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Felix se levantó con indecisión. "Y- Yo ni siquiera sé tu nombre. ¿Cómo puedo..."

Changbin se dio cuenta de que no había siquiera preguntado por el nombre del chico y ya le estaba llevando a su casa. Muy inteligente, Changbin, se regañó. "Yo soy Changbin. ¿Y tú?"

Felix intentó sonreír a pesar del dolor en su estómago. "Soy Felix."

"Felix," probó su nombre. "Vale, Felix, vámonos."

"¿En serio no me vas a decir por qué dejaste Australia?" Changbin preguntó mientras bajaban por la calle.

"Como ya dije, es complicado," Felix suspiró, sus pasos desacelerándose. "Si te molesta que no te lo diga, puedo simplemente volver al banco."

Changbin frunció el ceño y se giró para mirarlo. "Te estoy haciendo un favor, ¿por qué te estás comportando como si tú me estuvieses haciendo el favor a mí por ir conmigo?"

"No quería decir eso," Felix le miró con los ojos bien abiertos. "Honestamente. Quería decir que no quiero causarte ningún problema, así que si es mejor que vuelva..."

Changbin negó. "Sólo... venga. Está justo aquí." Señaló su casa que estaba próxima.

Changbin sabía que todos ya estarían probablemente durmiendo. Bueno, excepto Chan. Él apenas estaba en casa por la noche - pasa las noches poniéndose al día con la tarea de sus asignaturas, en la biblioteca. "Tenemos que ser silenciosos para no despertar a los demás," Changbin advirtió a Felix.

Felix le siguió con indecisión. "¿Estás seguro de que esto está bien?" susurró.

Changbin negó. "No, y estaré en problemas cuando ellos se den cuenta de que estás aquí. Pero ya pensaré en algo."

Felix miró las paredes bien decoradas del comedor. Alguien tenía buen gusto. Siguió a Changbin hasta su habitación. "Estás de suerte," le dijo Changbin. "Alguien se mudó hace unos días. Puedes usar esa cama esta noche." Señaló a la cama en el lado derecho de la habitación.

"Gracias," agradeció Felix, sacando su mochila y sentándose. Changbin se quitó la chaqueta y la tiró en la cama. Su camisa sin mangas revelaron los músculos de sus brazos y Felix tuvo que apartar la mirada al sonrojarse.

Changbin comenzó a hurgar en su armario. Tiró unos pantalones cortos y una camiseta a la cama de Felix. "Puedes usar eso para dormir."

Felix sonrió. "Muy amable por tu parte."

"Um..." Changbin mordió su labio. "Te puedes cambiar en el baño. Está justo detrás de esta habitación. Te traeré algo para comer."

Fue a la cocina y comenzó a calentar las sobras de la cena. Cuidadosamente vertió la pasta en dos cuencos y emprendió su camino de vuelta a la habitación. Frunció el ceño al ver toda la ropa sucia esparcida por el comedor. Por supuesto, todas pertenecían a Jisung. Seungmin volvería a enloquecer por la mañana. Y fue ahí cuando tuvo una de las ideas más estúpidas que había tenido nunca- estaba seguro de que el chico no estaría de acuerdo.
Pero no es como si tuviera algo mejor que hacer.

"Así que," dijo, tendiendole el cuenco con pasta a Felix, "¿qué piensas hacer mañana? ¿vas a quedarte en Corea para siempre?" Miró como Felix devoraba el cuenco con pasta en menos de cinco minutos. ¿Cuándo habrá sido la última vez que comió?

"Um..." Felix pensó sobre eso. "Realmente no puedo volver. Así que supongo que estoy atascado aquí."

"¿Porque no puedes permitirte comprar un billete de avión?" Changbin supuso.

Felix sacudió su cabeza. "No tengo ningún lugar a donde volver."

"¿Tus padres...?" Changbin cuestionó.

"¿Podemos no hablar sobre eso?" Felix frunció el ceño, devorando el resto de su comida.

"Okay," Dijo Changbin, frustrado por que el chico no le contara nada sobre sí mismo. "Tengo una idea. Aunque quizás no te guste."

"¿El qué?" Preguntó, alegrándose por ser de alguna manera útil.

"¿Sabes limpiar?" Cuestionó Changbin nervioso.

"¿Limpiar?" Felix le miró atónito.

"Como um..." Changbin trató de explicar. "Limpiar la casa... ¿esta casa?"

"Oh," Felix se miró las manos, avergonzado. Él nunca había siquiera tocado una escoba. Estaba muy acostumbrado a que su madre lo hiciera todo. "Y-Yo supongo que lo puedo intentar," se encogió de hombros.

Changbin estaba aliviado. "Entonces eso será lo que haremos. Necesitamos a alguien que limpie y estoy seguro de que Chan te dejará quedarte si estás aquí para limpiar todos los días."

"Gracias," Felix esperó sonar agradecido. De verdad lo estaba. Nunca pensó que estaría atrapado en Corea con un trabajo como limpiador. Él debería haber estado empezando la universidad ahora. Si hubiera escuchado a sus padres...

"Toma," Changbin vació su pasta en el cuenco de Felix. "Pareces tener hambre."

Felix sonrió. "Gracias, Changbin."

Changbin llegó a su armario y sacó un par de vaqueros azules y una vieja camiseta gris que no había usado en años. "Ponte eso cuando les conozcas mañana." Sugirió. "Tienes que parecer desesperado por un trabajo. No como si hubieras salido de una revista de Vogue."

Felix se sonrojó ante el sutil cumplido y se las ingenió para decir un "Gracias."

Esperó a Changbin para meterse en la cama antes de revisar si tenía algunos mensajes de alguien. Suspiró interiormente cuando vio que no había ni uno.

"Apaga la luz cuando acabes de comer," murmuró Changbin, antes de cubrirse con las mantas hasta la cabeza.

Felix no pudo evitar sonreír al peluche de Munchalx que Changbin tenía cubierto con las mantas junto a su cabeza. Quizás no eres tan aterrador después de todo, Changbin.

Felix se quitó el medallón de su cuello y miró a las fotografías de dentro. Lo siento por decepcionarles, mamá y papá. Dejó el medallón en la mesa próxima a la cama, y trató de dormir.

HOME [trad] (changjinlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora