KuroKen Week 2018

DÍA 5: GENDER SWAP

El sol empezaba a salir por el horizonte, iluminando con sus primeros rayos los altos edificios de Tokio, cuando el gimnasio de Nekoma rebosaba de actividad. Los gritos de los chicos se mezclaban con el chirrido de las deportivas y el eco de la pelota impactando contra el suelo. De repente, la puerta corredera se abre lentamente dando paso a una recién llegada.

- Buenos días... -susurra Kenma con el uniforme femenino del Nekoma y cargando la cesta de las cantimploras, dejándola al lado de las toallas.

- ¡Vigile, Kuroo-san!

Lo siguiente que se escucha es la pelota impactando contra una superficie blanda y un cuerpo cayendo al suelo. Los chicos interrumpen la práctica mientras se acercan alrededor del cuerpo caído del capitán.

- Es la primera vez que veo a Kuroo-san en el suelo.

- Calla, Lev, que no es para reírse. –grita Yaku mientras pega una patada en las costillas del medio ruso.

- Ei, Kuroo, ¿estás bien? –pregunta Kai arrodillándose.

- Sí, supongo... ¿Es normal ver a un ángel de buena mañana?

- Genial, hemos perdido a Kuroo... -murmura Yaku mientras camina hacia las cantimploras y ve a la mánager jugando con su consola- Oh, buenos días Kenma-chan... ¿¡Kenma-chan!?

- ¡Ala! ¿Qué se ha hecho en el pelo, Kenma-san? –pregunta Lev corriendo al lado de la chica.

- Oh, sí, el ángel era Kenma con su cabello lago teñido de rubio pero con las raíces negras...

- Kuroo, ¡levanta el culo del suelo y deja de decir tonterías! –regaña Yaku lanzándole una toalla en la cara.

- ¡Te queda bien, Kenma!

- ¿Y ese cambio? ¿Lo quiere dejar con Kuroo-san?

- No... Claro que no...

- Lev, hoy harás treinta vueltas al campo de futbol. –comenta Kuroo con una sonrisa y poniéndole la mano en el hombro.

- ¡Lo siento!

- ¿Y? ¿A qué se debe el cambio? –pregunta Kuroo con curiosidad.

- Nada en particular... Ayer fui a cortarme las puntas... Y la peluquera me propuso que sería buena idea teñírmelo... Y pensé que así pasaría más desapercibida...

- ...Hombre... Tanto como desaper-...

- Te queda perfecto y si a ti te gusta, le gusta a todo el mundo. –interrumpe Kuroo con una sonrisa sincera y acariciando el cabello de la chica.

- ¡Ei! ¿Se puede saber qué hacéis aún aquí? ¡Id hacia los vestuarios que en unos minutos sonara el timbre! –grita el entrenador provocando que los alumnos se movieran rápidamente para recoger las cosas.

Después de cerrar el gimnasio, Kenma y Kuroo se dirigen hacia la entrada de la preparatoria, cogidos de las manos.

- ¿Hoy podremos comer juntos? –pregunta el moreno, balanceando el brazo que mantenían unido de forma exagerada.

- Claro. ¿Vamos a la azotea como siempre?

- Sí. Sé que siempre me dices que no pero, por si acaso hoy es mi día de suerte... ¿Puedo pasar a recogerte en tu clase?

- No.

- Lo sabía... Eres mala.

- No lo soy.