Capítulos 2: El comienzo

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Elissandra Cortez era una joven de dieciocho años estudiante de diseño gráfico, cuando conocio a Murat a través de la red social Facebook. Ella siempre subía fotos de ella en distintos paisajes, además de fotografiar sus mejores trabajos de dibujo y postearlos también. Por lo que para ella era habitual, al momento de abrir su cuenta, aceptar una considerable cantidad de solicitudes de amistad, tampoco veía nada extraño cuando sus nuevas "amistades" añadidas comentaran sus publicaciones e incluso, que le escribieran por mensajería privada.

Fue una tarde de mediados de Julio cuando, como cualquier otro día, al llegar de su trabajo tomaba su computador portátil para relajarse un rato viendo vídeos a través de la web, no sin antes ingresar a su cuenta de su red social favorita para subir unas fotos que había tomado con su teléfono celular de unas avecillas por la mañana en el campus de la universidad. Fue en ese momento que vio el pequeño uno color rojo sobre el botón de mensajería, y clickeo sobre el al instante pensando que se trataría de alguna contratación de sus servicios como fotógrafa. El mensaje pertenecía a alguien llamado Murat Kılıç.

El mensaje sólo contenía lo siguiente: Güzel iş ama senden fazla değil.

Ella se sorprendió y extraño al mismo tiempo al ver aquellas palabras escritas en un idioma que no reconocía en absoluto. Así que selecciono el texto, lo copio y lo pego en el programa que usualmente utilizaba para traducir, fue así cómo supo que el mensaje estaba escrito en idioma Turco. Alzó una ceja al ver el significado "Hermoso trabajo, pero no más que tú". Aunque en anteriores oportunidades ocasionalmente aparecía usuarios con dotes de Don Juan, si era primera vez que alguien le escribía en otro idioma. Generalmente, ella no respondía los mensajes a menos que fueran asuntos de trabajo o universidad, pero esta vez decidió hacer una excepción.

Durante unos segundos, sopeso la idea sobre si responderle en español o en turco, pero terminó decidiendo contestarle en su mismo idioma puesto que era lo más educado. Por lo que le escribió lo siguente: Çok teşekkür ederim mutlu günler (Muchas gracias, feliz día), pulso la tecla enviar y continuo subiendo sus fotografías.

Al dia siguiente, al llegar a su casa se encontro nuevamente con el pequeño uno marcado sobre el boton de mensajería, sintió un vuelco en el corazón al desplegar el listado y comprobar que, era el mismo turco del día anterior quien le había escrito de nuevo, solo que esta vez el mensje era más extenso y en español, rezaba lo siguiente:

"Mas bien fue gracias a ti que mi día se volvio feliz. La belleza que reflejan tus fotos palidece ante la hermosura de tus ojos. Me tome la libertad y el atrevimiento de ver tu trabajo, y gracias a eso pude descubrir aquello que tanto me intriga y atrae sobre ti. Son tus ojos, cuyos colores me recuerdan a los girasoles, pero he notado poseen un tono algo oscuro que me hace pensar que hay sombras en tu vida que opacan tu existir y se refleja en tus hermosos ojos, que solo merecen brillar de felicidad. Me pierdo en el delirante sueño de ser la causa de ese brillo. Te deseo feliz día a ti también"

Ella mordía fuertemente su labio mientras leía el mensaje. Ese fue el inicio de la relación virtual entre Murat y Elissandra. Desde ese día sus conversaciones se hicieron gradualmente más frecuentes, de tal manera que ambos conocían mas cosas el uno del otro.

La voz de Murat la trajo de vuelta al presente, le pedía con voz suave que se colocara el cinturón de seguridad, ella pestañó rapidamente para despejar su mente mientras procedía a colocarselo. Luego volvió a centrar su atención en la ventanilla del copiloto, donde volvió a perderse en sus pensamientos mirando sin ver el paisaje que recorrían. Tenía el ceño levemente fruncido, ella no se percataba que hacía eso cuando demasiados pensamientos rondaban su mente, pero desde luego que Murat si lo hizo, se aclaró fuertemente la garganta para atraer nuevamente su atención. Ella dio un leve respingo, y giró lentamente la cabeza hacia él.

- Estas muy callada - le dijo con tono serio-. ¿No soy lo que esperabas?

- No es eso, es solo que... - comenzó pero negó con la cabeza y bajo la mirada. Él extendio la mano hasta su mentón para obligarla a alzar la vista nuevamente, en un movimiento demasiado rapido que provoco que ella contuviera la respiración.

- Dimelo - le ordenó, mientras ella lo mirada hipnotizada.

- No esperaba que tuvieras un auto como éste - le soltó en turco, acto seguido él estallo en carcajadas, mientras centraba su atención nuevamente en la carretera y su mano se situaba en la palanca de cambios.

Pasaron varios minutos hasta que él decidió romper el silencio nuevamente.

- Hay aspectos sobre mi vida de los cuales aún no estas enterada, pero lo estarás pronto - dijo a modo de explicación, y ella sólo asintió.

Elissandra dejo atrás los pensamientos para concentrarse en los paisajes que recorrían en ese momento, los grandes edificios propios de la ciudad de Istambul quedaron atrás mientras se adentraban en una zona más rural donde predominaban diferentes tonalidades del verde de los frondosos arboles que flanqueaban ambos lados de la carretera.

Habían pasado casi dos horas, hasta que Murat anunció que ya estaban por llegar a su casa. La mandibula de Elissandra cayó al ver la gran verja de hierro sostenida por dos columnas adosadas de roca caliza de estilo griego. Murat detuvo el auto frente a ellas y accionó el botón de un control que traía guardado en un pequeño compartimiento bajo la radio.

El gran portón de hierro ornamentado comenzó a abrirse casi al instante, y Murat reanudo el camino hacia el interior. Recorrieron una larga carretera hasta que Elissandra logró divisar el final de la carretera, que era marcado por una gran fuente que en el centro tenía un gran pez gato de color marfil que expulsaba grandes chorros de agua a través de su boca.

Elissandra soltó un grito ahogado por la sorpresa al ver la gran mansión de dos plantas con grandes ventanales de cristal situada justo detrás de la fuente. Apenas fue consciente de que el auto se detuvo, por lo que dio un respingo de sorpresa cuando la figura de Murat bloqueo su visión mientras procedía a abrirle la puerta del auto.



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