La alarma del pelirojo sonó indicando que tenía que despertar para ir a clases.
Éste se despertó con una hermosa sonrisa adornando su precioso y pálido rostro.
Se dirigió a su armario para ver que podía ponerse y se decidió por una chaqueta de cuero roja, una simple camisa negra, pantalón negro y sus botas.Se dio un rápido baño y al salir de puso un poco de perfume, se cambió, tomó su mochila y salió de su habitación.
Al llegar a la cocina se encontró con su hermano mayor Mikey haciendo el desayuno.-Buenos días Mikes- Saludó el pelirojo sentándose en una de las sillas de la barra de la cocina.
-Buenos días Gee, ¿listo para tu primer día de tu último año de secundaria?-
-¡Sí! Estoy algo nervioso pero todo bien -
-Todo saldrá bien, Gee, nada más que si el tipo ese Frank - hace una pausa el mayor para hacer un gesto de disgusto- te hace algo le partiré la cara y le enseñaré que con mi bebé nadie se mete- terminó de hablar el mayor para después servirle el desayuno a su hermano menor.
-Eres muy sobreprotector Mikes, ¿no crees? - suelta una risita el pelirojo para después empezar a comer si desayuno.
-No, eres mi bebé y siempre voy a cuidarte, sip-
-Bueno señor Michael, tenemos que irnos ya si no no llegaré a la secundaria y tú no llegarás al trabajo-
-Vámonos ya entonces-
Recogieron la mesa y salieron rápido de la casa.
Al llegar a la secundaria, Gerard dejó un besito en la mejilla de su hermano mayor despidiéndose para después entrar a clases.
Llegó un poco tarde por lo que nervioso tocó la puerta de su nuevo salón.-Pase- Gerard rodó los ojos y empezó a maldecir en voz baja al escuchar esa voz... La voz del señor Lambert, el odioso maestro de química.
-Buenos días señor- Saludó el pelirojo un poco irritado.
-Más bien buenas noches, mire la hora que es, ya si quiere no venga-
-Sería como ganar la lotería poder faltar a sus clases- Volvió a rodar los ojos y se fue a sentar a su lugar sin esperar respuesta.
¡Oh sorpesa! El único lugar que había era a dos bancas frente a Frank.
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Desolation Row
FanfictionOh Frankie, no sabes cuánto me lastimas y tampoco sabes cuánto me gustas, o tal vez sí lo sabes pero no quieres dejarla.