Acto 3. Migrante

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9:20 am

Albert bajó del autobús, se detuvo enfrente de la biblioteca para contemplarla; este edificio se caracterizaba por su arquitectura gótica, su gran altura de 25 metros y sus muros hechos de cantera; en sus esquinas, en el tejado, tiene unas elegantes gárgolas. Albert notó una novedad: las puertas de ingreso ya no eran de madera y de bisaras, ahora son de cristal y automáticas.

A pesar de que se encontraba lejos del ingreso, él caminó cruzando el pequeño estacionamiento que estaba antes de la puerta de ingreso.

Cuando llego a la entrada, encontró el perchero, mientras se quitaba la bufanda y el gorro, vio a su querido amigo sentado en la silla del puesto de recepción mientras dormitaba, tenía sus lentes de lectura puestos y sobre su pierna derecha un libro pequeño titulado "La metamorfosis de Franz Kafka"; Albert dejó su mochila en uno de los estantes que estaban al lado del perchero, se acercó al escritorio lentamente para evitar hacer sonidos fuertes con sus pasos.

Apoyó su mano derecha sobre el escritorio, hizo un sonido rápido y melódico con su dedo medio e índice sobre el escritorio, Hudson despertó, parpadeó, levantó la cabeza, vio a Albert, pero no lo distinguía por los lentes, cuando se los quitó parpadeó un par de veces y dijo sorprendido:

—Albert, que sorpresa niño

Dejó su libro sobre el periódico, que estaba lado su taza de café, todo esto estaba sobre el lado inferior derecho de la mesa, también plegó sus lentes y los puso sobre el libro.

—Hace tanto que no te veo por acá

—Si más recuerdo, hace tiempo mencioné que viviría en la cuidad por mis estudios, ¿o no? —dice Albert dudoso

—Es verdad, vaya, ¿y cómo te ha ido en ese lugar?

—Hasta ahora todo bien

—Quiero buenas calificaciones, no de decepciones

—No tengo mucho problema con eso, tú me conoces. Ojalá sea este mi futuro trabajo, me vendría bien tomar siestas como tú de vez en cuando

—¡Ja!, lo dudo, no creo que alguien como tú sea dueño de un lugar como éste, es lo único que tengo para siquiera hacer algo durante el día, es aburrido ser pensionado

Albert ve el encabezado del periódico que dice "Habrá juicio para el líder de la secta "La raíz" por presunto acto delictivo en Haleaf"

—¿Los miembros de la raíz?, ¿pero de qué los están acusando?

—Oh, sí, creo que bien sabes que ellos reciben órdenes de su supuesto dios, pues, de acuerdo con lo que dice su líder, éste les ordenó que vinieran aquí y encontraran a un "fénix reencarnado", lo capturaran y se lo llevaran a su templo que está en el bosque

—¿Y qué hicieron?

—Los están acusando supuestamente de haber secuestrado a un joven, más o menos de tu edad, él se encontraba desaparecido hace días en el mismo bosque donde está templo, siguen investigando al respecto, todavía no hay más información sobre el muchacho.

—Esa secta jamás ha tenido este tipo de problemas, nunca han hecho daño a nadie.

—Afortunadamente es una secta pacífica, no como otras

—Ojalá al final solo sea un malentendido

—Eso espero también

Albert ve la escalera pequeña con pasamanos de madera rústica, su mirada sigue las escaleras y en la media planta, contempla numerosos estantes y pocas mesas equipadas con lámparas y baja la mirada hacia las escaleras de la derecha. Hudson tomó sus lentes y su libro, se puso las gafas y abrió el libro

El FénixWhere stories live. Discover now