I Want Your Virginity (#5 Odio a los chicos)

Capítulo 27

Grant:

—¡Grant!.—Mamá aparece por la puerta de mi habitación.—¿Qué haces aquí? Dijiste que me ibas a ayudar.

La mirada de mi madre se detiene en mí y baja hasta el cuadro con la fotografía de nosotros y mi padre en mis manos.

—De acuerdo.—La escucho suspirar y toma asiento a mi lado, sobre la cama.

Mamá observa la fotografía en silencio y la toma de mis manos.

—No se nota, pero aquí me había salido un barrito enorme.

—Mamá..

—Míralo.—Señala su rostro en la fotografía.—Aquí esta.

—Mamá, estoy bien.

Ella me observa quedándose callada.

—Estoy bien.—Le aseguro.

No necesito que mi madre se preocupe por los sentimientos que tendré en medio de la ceremonia, tiene suficiente en que pensar y hacer con los preparativos de la reunión de hoy.

—Solo estaba acomodando algunas cosas antes de.. —Trago saliva.—Ya sabes...

Mamá me examina y dibuja una sonrisa en sus labios.—¿De verdad estas bien?

—Lo estoy.—Insisto.

Desiste, ella me extiende el cuadro y lo tomo de sus manos.

—Entonces vamos.—Me dice poniéndose de pie.—Esos huevos no se rellenaran solos.

Sonrio.—¿Otra vez huevos rellenos como bocaditos?

Mamá se encoje de hombros.—Eran los favoritos de tu papá, creo que debería haber todos los años algo que le guste ¿No lo crees?

No le respondo, pero le doy la razón, mamá sonríe y sale de mi habitación, me pongo de pie y dejo el cuadro en su lugar, pero antes de irme pongo los ojos en mi ventana abierta y observo la de Tessandra, la cual ha estado cerrada con las cortinas desde esa mañana.

No puedo exigirle, ni quejarme después de lo que le hice.

Esto es lo que me he ganado.

—¡Grant!

—Voy.—Digo observando la ventana de Tessandra.—Ya voy, mamá.

(*)

Asisto a la ceremonia solo por mamá y Zoe y cuando acaba, llevo a mi hermana a dormir y luego prefiero quedarme en mi habitación a soportar las visitas hipócritas en su mayoría que solo se acuerdan de mi padre una vez al año desde que murió.

Tomo una ducha y me visto ahí mismo antes de irme a la cama, pero no esperaba encontrarla cuando regrese a mi habitación.

—¿Qué estás haciendo aquí?

El cuerpo de Tessandra se tensa al oírme y se gira en mi dirección, mis ojos la recorren a detalle, lleva ropa negra, un vestido hasta arriba de las rodillas para ser exactos, diferente al que fue a su recital mientras el cabello lo tiene amarrado en una coleta.

Cierro la puerta detrás de mí y me acerco a ella, mis ojos bajan de su rostro a lo que lleva en las manos y es el cuadro con la misma fotografía mía y de mis padres.

Tessandra sigue mi mirada y la observo pasar saliva incomoda.

—Tu mamá me invito a la ceremonia.

—¿Has estado en la misa?

—Si.. eso dije...

Un silencio incomodo rodea la habitación, no entiendo que hace aquí, pero debe haber un motivo importante, Tessandra no es de las chicas que después de lo que yo le hice, estuviera detrás de uno.

Y por algo debe estar aquí, en mi habitación, después de no vernos desde el pasado domingo.

Una semana, Tessie..

Ya lo sentía dentro de mí, pero no imagine que fuera tan grande la falta que me hacía hasta que la tengo parada frente a mí.

Aun así.. Mi historia con ella ya termino y debo aferrarme a eso.

—¿Qué haces aquí, Tessandra?

Sus ojos se abren tras la frialdad de mi voz.

—Ya lo dije, tu madre me invito..

—No aquí.—Me acerco a ella y tomo el cuadro de sus manos, nuestros dedos se tocan y mi corazón se enciende.—¿Qué haces en mi habitación?

Nos miramos a los ojos y los suyos se vuelven temblorosos, con ganas de bajarlos, pero se mantienen aferrados a los míos, así que yo rompo nuestras mirada y le quito el cuadro de sus manos, la ubico sobre el mismo lugar de mi cómoda y regreso a ella.

—Ella me pidió que subiera..

Diablos, mamá...

Me imagino porque está aquí, mamá seguramente le ha dicho la imagen que le he dado al subir a mi habitación e ignorar la reunión que se lleva en el primer piso de mi casa.

Mierda, la he preocupado.

Era lo menos que quería hacer y lo he hecho.

—Grant..—Mi nombre sale de sus delicados labios.

Mantengo mi mirada sobre la suya.

—Tenemos que hablar.