Hay muy pocos
monstruos que
garanticen los miedos
que les tenemos
-André Gide-
Esa noche fue un infierno para Helena, le dolía su parte baja hasta para orinar, hizó un gran esfuerzo para que nadie se diera cuenta de su sufrimiento. Después de que ese monstruo la fuera a dejar a su casa habló con sus padres sobre que debía ir más días para decirles si estaba bien o no.
Ella sabía que era un pretexto para abusar de ella las veces que quisiera.
Sentía demasiada repulsión, odiaba a ese hombre pero más lo odiaba por haber manchado el último regalo de su Nina, lloró hasta cansarse. No entendía por que la vida se empeñaba en hacerla sufrir, lo único que quería es ser feliz, seguir las palabras que su abuela le dijo antes de morir.
En toda la noche no pudó pegar el ojo, los espantosos recuerdos de lo sucedido llegaban como remolinos de viento y el malestar de su parte bajaba no lo soportaba.
A la mañana siguiente no tenía ánimos de levantarse, solo quería estar en su cama y llorar hasta que se le acabaran las lagrimas, sentía asco de ella misma quería decirles a sus padres, pero temía lo que ese hombre les pudiera hacer.
Como ya era costumbre escuchó los conocidos toques en la puerta, no tenía ánimos para nada pero debía hacerlo, ahora que su padres empezaban a creer que sería normal, tenía que demostrarles que era asi. Terminó de comer y se dió una larga ducha, restregaba con fuerza cada parte de su cuerpo, le dolían los senos aún podía sentir su asquerosa lengua ahí y sus dientes mordiendo con dureza sus pezones, se sentía asqueada a pesar de haberse restregado millones de veces, aún podía sentir su tacto, la saliva de su boca, los asquerosos mordicos en su cuello, sus manos apretando sus gluteos, quería gritar decirle al mundo la clase de persona que era ese bastardo, que de bueno no tenía ni un jodido pelo.
Se tardó demasiado en el baño, quería realentizar el tiempo no deseaba salir de su casa, pero su mamá le dejo bien dicho que a partir de ahora ella sola iría a las platicas, a pesar de las miles de suplicas que le hizó para que ella la llevara esta se negó, le dijó que debía aprender a estar sola, que si deseaba ganarse su confianza y su amor debía hacerlo, de igual manera le rogó a su padre, no hizó nada por contradecir a su madre, sabía que la autoridad de la casa era ella, pero nunca pensó que su padre no hiciera nada por cambiar eso, entendió que su padre era un titere manejado al antojo de su madre.
Se vistió despacio, se pusó un pantalón negro de vestir junto con una camisa morada y los mimos zapatos viejos, se hizó una coleta alta y con suma calma salió de su casa.
Temerosa iba caminando, pues era la primera vez que salía de su casa sola, rogaba que pasará algo que ese cerdo no estuviera, pero sabía eso no iba a pasar, empezaba a creer que la vida se había enseñado con ella para que nunca fuera feliz.
Mientras caminaba podía sentir la mirada de todos, se sentía incomoda, asustada, creía que todos sabían que estaba mal, sentía como todos hablaban de ella, que la juzgaban, por mas que quería volver a su casa no podía, no quería enfretarse a la furia de su madre, lo peor de todo intuía que ese hombre la buscaría ahí mismo
Llegó sin poder prolongarlo más, no quería entrar tenía miedo, sabía que abusaria de ella una vez más, tocó la puerta y esta se abrió al instante.
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El Misterio De Helena
Mystery / ThrillerEnferma esa palabra guarda muchos significados. Para mis padres estar enferma era cosa del demonio, puede que para mí también, era muy joven e ingenua para entender no es que estuviera maldita o que fuera un demonio de carne y hueso, sus creencias...