Memories •Derek Hale•

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It's coming

La pelirroja se despertó de golpe y asustada, quedándose quieta en el lugar tratando de controlar su respiración. Sentía su cuerpo quemar sin ninguna intención de parar, y un cierto vacío en su interior.

—¿Por qué hace tanto frío? —susurro.

Paso su mirada por el oscuro lugar tratando de recordar cómo llego ahí, a la casa Hale. Porque lo último que se le venía a la mente era que estaba en el hospital y que Stiles trataba de despertar a Derek.

En el momento que Jessica se levanto se sintió liviana como una pluma, cosa que le pareció raro; aunque le pareció más raro que hubiera alguien frente a ella.

—¿Y tú qué? —pregunto a la defensiva la chica.

Apenas se veía el cuerpo de la sombra, si no fuera porque le llegaban pequeños rastros de luz. La pelirroja camino hacia el lugar con desconfianza totalmente de lo que sea que estuviera ahí, aunque se sorprendió a ella misma de lo valiente que estaba siendo; le duró muy poco. En cuanto cortó la distancia pudo ver mejor el rostro de la persona y casi se va de espalda al suelo.

Retrocedió espantada hasta chocar contra la mesa, al quejarse del dolor giro su cabeza viendo algo mucho peor y que ella deseaba no haber visto.

Quedo de rodillas al piso, llorando como un río sin parar. Con las manos contra su cabeza negando la realidad, en la mesa se encontraba su cuerpo; literalmente su cuerpo, Jessica no lo creía y no quería. Pero de repente una mano se puso sobre su hombro en modo de consuelo, era acogedor y tal como si fuera magia la chica dejó de llorar.

—Pequeña.

Levantó su vista del suelo, yendo a parar hacia lo que estaba detrás de ella. Y otra sorpresa llegó, provocando la confusión.

—¿Abuela?

Los brazos de la chica rodearon lo antes desconocido, aferrándose al consuelo que ella quería tener, llorando como un alma en pena sin saber qué hacer. La mano de la persona se pasaba con delicadeza por la hermosa cabellera de Jessica, buscando calmarla para poder así explicarle la situación.

—Dígame por favor que esta pasando —sus palabras se cortaban por el llanto. — Que es esto abuela...

La nombrada sintió como su corazón se apretaba, sintiendo pena por su nieta.

—Estas no son las mejores condiciones para tener nuestra última conversación... necesito que te calmes para poder explicarte.

La adolescente lo pensó unos segundos, pero terminó aceptando.

—Por dios, pequeña —la mujer ayudó a levantar a la chica.— Es una pena para mi decirte que ya no estas en el mundo de los vivos; por de momento.

Jessica miro su cuerpo, que transmitía una paz absoluta.

—Cuando una banshee muere tiene tres opciones. Que serían, quedarse con nosotras las banshees, morir definitivamente o volver a la vida, aunque esta ultima traerá consecuencias que no te podre decir del todo.

El debate mental que estaba teniendo la pelirroja le estaba por hacer explotar la cabeza. Tampoco es que fuera la mejor situación para tomar una decisión, aunque tampoco era algo que se debía posponer.

—Antes de que tomes la decisión, necesito mostrarte algo.

Sin permiso alguno la mujer llevo su mano a la frente de Jessica y su vista se volvió blanca por unos segundos, hasta que terminó por ver con claridad un lugar ya conocido para ella.