Parte 1 - Posterioridad.

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El día en que sentí la frescura y rareza de un nuevo suelo, llegué a creer que la belleza por fin perduraría más que la dolencia de éste mundo. Todo el caos, pérdidas de los voluntarios, inocentes y enemigos, quedaría en sólo un recordatorio de la humanidad, donde nos hará tener presente un triunfo más sobre los titanes. Si esa fuera la historia, si ellos fueran el verdadero enemigo.

Habían pasado semanas desde que Eren nos guió hasta la orilla de la inmensa masa de agua salada, llamado mar. Fue inevitable no caer rendida ante tal panorama, éste era un mundo impensable más allá de las murallas. No eran más cuentos, ni sueños, ya nadie venía y me contaba maravillas y expectativas del mundo; en carne viva estaba siendo testigo de que realmente existía algo más extenso, yo lo llamaba lago infinito, dicho bien, éste era el océano.

Entonces, cuando me di cuenta que ignoraba de muchas cosas, fue que desde mi interior surgió un temor a lo desconocido. Después de llevar toda una vida dentro de las enormes paredes de titán, donde sólo existía un mundo subyugado por gigantescas criaturas, explorar un nuevo mundo me resultaba aún más estremecedor.

La vida luego de salir a nuevas tierras, no era segura, sin embargo, tenía en mente la promesa que había hecho tiempo atrás. Procurar la sobrevivencia.

Como parte del cuerpo de exploración nuestro deber era seguir identificando el entorno, toda situación que estaba a nuestro alcance. Fueron días de ardua labor, determinando sitios seguros para poder levantar campamentos militares, donde nos facilitaría un reagrupamiento en caso de quedar vulnerables ante un ataque titánico, lo cual nunca llegó a pasar.

Cuando se le informó a la reina Historia que el territorio en general era seguro, ejecutó el permiso para que los campesinos comenzaran arar la tierra en las zonas más cercanas a la muralla María. No había manera de que el temor los inmovilizara, la policía militar tomó el compromiso de proteger a todo civil que estuviera en las áreas de cultivo en caso de algún posible avistamiento de titán. Por lo tanto, seguíamos recorriendo la isla.

Eren nos contó parte de la narrativa de Ymir. Ella siendo titán quedó en una clase de hibernación hasta el día en que Reiner y los demás toparon con ella. Fue así que Ymir volvió a ser una persona. No podíamos desatendernos ante la posibilidad que se presentara un caso más como la de ella. Por eso, nuestros recorridos aún no concluyen.

- Mikasa, buenos días.

- Hola. - me encontraba acomodando la mesa del comedor improvisado cuando Armin llegó. La mañana estaba fresca, agradable, sin embargo él no mostraba buen semblante. - ¿Te encuentras bien?

- ¿Ah? - sin duda estaba perdido. - Sí, no te preocupes. Es cuestión de alimentarme y tomar energía para la expedición.

Asentí en silencio cuando de repente Jean se acerca para saludar, cuestionando el paradero de Eren.

En éste sitio se han levantado dos pequeñas cabañas, donde Armin, Eren y el capitán Levi permanecen en una. Y en donde me estoy hospedando, Jean parece no importarle estar en compañía mía y de Sasha. Es más, parece disfrutar de dicha decisión.

- Él dijo que esperaría al capitán Levi.

- ¿Y es excusa para no llegar?

- Parece ser que le informaría de algo importante.

- ¡En estos momentos cualquier cosa es importante!

- Jean, posiblemente recordó algo más, y para no olvidar los detalles rápidamente fue a buscar al capitán. - tuve que interferir para que esto no se prolongara a una discusión. Divisé a Armin y él pareció aliviado al interponerme en su diálogo. Con la cara que tiene sé que no está en temple pacífico.

Encrucijada (RivaMika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora