Ladies problems

2. Resaca y revolución.

Thess Benett POV

Debía parar esto. Primero porque no sé siquiera quien es -Tampoco sabías quien era el muchacho con el que bailabas- Cierto. Bueno, segundo que es un cretino. Tercero... ¡Joder! Sus grandes y cálidas manos estaban debajo de mi blusa, subiendo por mi espalda. Me fue inevitable no sentir una corriente eléctrica en ella y algún que otro escalofrío. Me separé de él y se atrevió a moder mi labio para luego sonreír. Sus labios tenian sabor a tequila.

- Wow eres... -Lo irrumpi-

- ¿Quien te crees que eres para besarme? -Sentencié-

- Nena, no te has negado -Dijo riendo- En caso que hubieses omitido queja alguna, me hubiese detenido. No soy un aprovechador de niñitas tontas y ebrias. Vi como disfrutabas de esto tanto como yo -Sonrio triunfante-

- ¿Disculpa? -Me había llamado no solo tonta sino que también ebria. Era un imbécil-

- Te disculpo si me das otro beso como el de hace un instante -Estiró sus labios hacia adelante en forma de trompa-

Lo único que iba a recibir de mi era un puñetazo. Solté uno en su cara, no un cachetazo, un puñetazo...

- ¡Espera! -Se atajó el rostro-

- ¡Alejate! -Le grité por encima de la música y me fui caminando con mi dignidad en brazos-

- ¡Thess! -Gritó nuevamente en vano, ya me había perdido entre la multitud de gente-

Tenía razón, me había gustado aquel beso... Tenía una forma distinta de besar muy diferente a todos los hombres que había besado. No lo sé, pero me gustó.

Cameron Whittman POV

Malditas hormonas alteradas. Thess Benett me había dejado tonto desde la primera vez que la vi en la oficina de su padre y accidentalmente la golpeé. Era atractiva y ardiente. Jamás había visto curvas tan bien definidas. Su trasero, sus pechos, su contorno, su figura... De seguro es extraordinaria en la cama. Y yo iba a comprobarlo. Jay me mataría si se enterara de esto. Pues no trabajo para él con el motivo de andar ligando con su pequeña hija. Debía vigilarla y cuidar de ella, no sé de que manera haré eso sin que lo note. Me dirigí al bartender para pedirle un vaso de Whisky. Lo tomé de un trago seco y pude sentir como el líquido efervescente quemaba en mi garganta. Cerré mis ojos fuertemente e hice una mueca. Hoy sería una larga noche...

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Resaca. Mala, mala, mala. Ni tomando aspirinetas se me pasaba. Sentía que todo retumbaba en mi mente, me costaba pensar con claridad. Mi mente estaba nula. Mi cabeza dolía, así que me levanté con rumbo a la cocina. Estuve despertandome toda la mañana y tomando aspirinetas para que el dolor cesara y lo hacia por momentos. Si seguía así acabaría muriendo por sobredosis. Me apoyé en la mesada de marmol que había en la cocina y cerré mi ojos intentando calmar el dolor.

- ¿Resaca? -Dijo Adeline, la señora que se encarga de la cocina-

- ¡Por amor de Dios! -Dije agarrando mi pecho con las manos-

- Thess, ¿Otra vez? -Preguntó abriendo la heladera-

- Sí -Asentí-

- ¿Cuando aprenderas? -Me regaño Adeline, y no obtuvo respuesta alguna, así que prosiguio- Tu padre ha salido muy temprano hacía la camara de senadores para arreglar asuntos de política que desconozco y no entiendo

- Como siempre -Tomé el vaso que me tendió Adeline y también la pastilla-

- Esta muy enfadado contigo. Un día lo harás colapsar de una crisis nerviosa

- Lo sé, pero el sabe que esas cenas y cócteles no son lo mío -Tragué la pastilla e hice una mueca de asco, cerré fuerte mis ojos-

- Thess ¿A dónde estuviste? Debes cuidarte pequeña

- Adeline, ya estoy bastante grande, sé defenderme sola, se que me cuidas pero yo también puedo

- Lo sé. Sé que sabes defenderte sola, solo que... No crezcas tan rápido pequeña -Me abrazó y correspondí gustosa-

Adeline es como una tía para mi. Sí, tía porque jamás compararía a nadie con mi madre.

__

- ¿Que creías que ganarías fugandote ayer en la noche? -Gritó mi madre, alterada- ¿Sabes como hemos quedado frente a las demás familias ejemplares en el evento? -Volvió a gritar y tapé mis oídos, ignorandola. Pero de tan fuerte que gritaba todavía la escuchaba.- ¡Pues muy MAL! -Una sonrisa traviesa se asomaba por mis labios. Tenía ganas de reírme-

- Mamá no me interesa tu bendito cóctel -Elevé mi voz- Nunca te preocupas por lo que verdaderamente me importa. ¿Por qué rayos no llamas a tu perfecta hija Kathleen? -Ironicé y mi madre se quedó estática. Nunca se había quedado así- Ni si quiera debes saber cual es mi color favorito -La miré y ella apartó la vista hacía otro punto de la sala-

- Claro que lo sé, es el rosa -Dijo ya mas suave-

- Exacto... -Reí amargamente- No tengo color favorito Grace -Me levanté harta-

Sali de la casa para relajarme. No estaba frustrada, quería solo salir de esa casa de locos. Comencé a caminar por las calles de Nueva York y me detuve frente un edificio grande y alto para descansar. Cuando estuve por caminar más adelante, le pisé el pie a una pobre anciana y me disculpé miles de veces, me sentía terrible. La anciana se veía muy tierna. Me ubiqué en la entrada del edificio y saqué mi celular para textearle a Lexi. Traté de caminar a ciegas hasta la recepción del edificio, iba mirando el artefacto sin mirar enfrente y alguien paso corriendo, eso hizo que mi celular cayera al suelo.

- ¡Puta madre! -Grité enfadada mirando mi destrozado celular- ¡Demonios! ¿Por qué?

- Lo siento -Dijo un muchacho castaño observando mi celular en el piso-

- Si, sientelo -Lo señalé con el dedo y él levantó su mirada-

- Espera ¿Tú? -Preguntó sorprendido-

- ¿Tú que haces aquí? -Lo miré con el ceño fruncido-

- No, tú que haces aquí -Me contradijo-

- Yo pregunté primera -Sonreí triunfante-

- Pues vivo aquí -Dijo de lo más obvio y se formó un silencio incómodo-.

Esto es broma. Diganme que es una jodida broma.

- Alisson...

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MULTIMEDIA: Alex Broderick

Mil gracias a todas las que votaron y leyeron los capitulos. Espero que con el tiempo esto avance y tenga mas lectoras! Aunque es molesto saber que hay personas que si leen la historia y no son capaces de votar, es frustrante no entiendo porque lo hacen, si leyeron y les gusto es dar un click en la estrellita, ni siquiera es costoso aparte de que es gratis.

Espero que el tiempo de sus frutos.

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Pasense por mi otra novela (Si quieren):

→ No te enamores del amor.

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