capitulo 1

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Él 8 de marzo de 1998 nace Ana, en un hospital ubicado a las afueras de Milagro, cerca de Ansic un recinto del Ecuador. En el día posterior al nacimiento de ella, donde próximamente nacería, ocurre un cambio de bebés, producto del descuido de una enfermera.

Hubo un gran escándalo por él asunto en cuestión, bueno, era de esperarse se trataba de un hospital a las afueras de la ciudad, carecía de recursos médicos y de personal. Disponían de un médico general, una Octetris y dos enfermeras, una de está, era la nueva que se acababa de incorporar al lugar.

Patricia la nueva enfermera se equivocó al colocar las etiquetas de identificación de los bebés, se le callerón al suelo, como está, no estuvo presente durante él parto, no sabía quién era quien, colocó las etiquetas como creyó que debían ser.

Él problema se solucionó una hora después aproximadamente, fue gracias a las madres, que notaron de inmediato que los niños no eran suyos, cuando las enfermeras se los trajeron para que los amamantaran, bueno una madre tiene ese sexto sentido que le avisa cuando algo anda mal y la apariencia de estos no coincidía con los de los padres, unos tenían la tez blanca y los otros la tez morena; los bebés que le habían traído eran de diferente color. Unos minutos después una disculpa de la recién llegada fue lo último que se escuchó, cuando entro Marian con otra mujer que también estaba en labor de parto.

Entraron ambas a dar a luz, los padre permanecierón fuera, en la sala de espera, las mujeres ya cansadas pujarón una última vez. Casí a la vez nacieron las dos niñas, Ana como se llamará de aproximadamente 7 kilos era pequeña y blanquita, lloraba fuerte, pero la doctora no la acercó a la madre cosa que se suele hacer con un recién nacido. La entregó a la enfermera está la llevo a limpiar mientras, el doctor atendía a la otra bebé que no lloraba. La Octetris se le acercó rápidamente y entre los dos dictaron que la otra bebé había muerto, --la otra bebé murió-- dijo una de las enfermeras a la otra. Para la pareja la noticia fue un golpe terrible, las lágrimas y gritos no se tardaron en darse a conocer. Estos casos suelen suceder, no muy a menudo en este lugar, debido a falta de recursos médicos.

Mientras tanto, Sebastián y Marian se regocijaban por su primer bebé, Sebastián la tomó con sumo cuidado, para no lastimarla pues era chiquita y se veía tan frágil. Al día siguiente le dieron de alta a la madre y la bebé, Sebastián alquiló un auto para llevar a la bebé a la que sería su casa. La casa de la pareja se encontraban a media hora en auto, era lejos se adentraron por un camino de un solo sentido y al llegar al primer desvío entraron por este para así detenerse en la primer casa.

Cuando llegaron los padres de Marian y Sebastián se encontraban en el lugar, juntos con otros familiares para recibirlos y conocer al bebé. La madre de Marian se acercó y le pidió a está que le dejará tomar a la bebé entre sus brazos, Marian asintió con la cabeza y está tomó a la bebé, que aún estaba dormida. Sonrió al ver a la chiquita rozar sus manos sobre las mejillas, luego hablando despacio se presentó ante la bebé --Hola pequeña soy tu abuela, me llamo Alicia y este a mi lado es tu abuelo Patricio-- la levantó un poco, para presentarla a los demás --mira esos que están a mi lado son tus otros abuelos este es Carlos y Diana, los otros son tus tíos y primos-- la bebé en  brazos sólo movió las manitos restregandoselas suavemente en su carita, después poco a poco empezó a abrir los ojos, dejando a todos asombrados.

La niña tenía unos hermosos ojos, eran verdes azulados. Las personas a su alrededor se acercaron para verla, pues era raro que una niña de ojos claros nazca; ya que todos eran de ojos negros o café pero no así, fue entonces que el comentario de unos de sus tíos no se hizo esperar --pero que extraño, sus padres no tienen ojos claros-- a lo que su hermana le responde --cállate, Fabián no digas estupideces-- enfadada, este sólo  le responde --lo siento Sara, lo dije sin ninguna intención-- agachado la cabeza, ella replica --eso espero-- se acerca a los padres y le dice --los ojos claros para su información se pueden heredar de primos, tíos, abuelos e incluso un bisabuelo, tiende a pasarse hasta por tres generaciones-- sonriendo, de manera macabra --no le hagan caso a Fabián, por favor-- ellos y todos los demás escucharon la explicación y simplemente asintieron con la cabeza; le tenían miedo de cierto modo a su hermana, pues era la mayor y sabía como hacerse respetar y callar a los demás cuando es preciso.

Él Dolor, Él Amor Y Él CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora