capitulo 3

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Su abuela Alicia, estaba feliz de conocer a su nuevo nieto,  era lindo, blanquito y sobre todo varón, después, de que se marcharán todos, le dice a su yerno --sabes, tenías razón, Ana es una chica vaga-- voltea su padre hacía Alicia --porque lo dice señora-- mientras sostenía al pequeño en brazos, sostenia la mano de Liza, como señal de apoyo --es que ayer Liza y yo hicimos las cosas, pero...-- se detubo y luego Sebastián enojado pregunta -- y que estuvo haciendo Ana-- con cara de enfadado --pues veras, Ana se la pasó jugando, todo el día, no se que haré con ella es una malcriada, no como mi querida Liza ella si es un angel-- la miro sonriendo y está le correspondio.

Después de un rato, la señora se marcho, dandole un beso a ambos nietos y una mirada de indiferencia a Ana, pero, está se veía feliz, seguramente por lo que  le  había  mensionado a su yerno. En la tarde Ana barria abajo unas hojas que habían caído a causa del viento, de un árbol, para que se viera todo limpió, fue cuando su padre la llamo, se escuchava molesto, pero no penso porque, pues hizo todo sin reproches, no tenia razón, fue tranquila pues no había hecho nada que mereciera un castigo, mientras subia la escalera; al llegar, --digame que decea-- pregunta, sin decirle padre, pues sabía que esto le molestaba; el solo se levanto despació y se la acercó a ella.

Le dío una bofetada y callo al suelo por la fuerza de está, de inmediato le grita --que pretendes, hacerme quedar mal con tu abuela, !estúpida¡-- ella estaba conmocionada, no entendia nada, con la mano en en rostro pregunta --pero, que ocurre, no he hecho nada malo, porque me golpea-- respode enojado --con que ahora te haces la inocente ¡he!-- aun sin comprender --no se de que me  habla, digame por favor-- sin mirarlo a los ojos porque le tenía miedo observó a su alrededor, y vio, como su madre se reía junto a su hermana, mirando y jugando con el bebé como si no pasara nada, esto la hizo sentirse triste el padre suspira y le contesta,tal vez para reclamarle claramente --esta bien, tu abuela me contó, que no habías  ayudado en nada, inútil-- fue cuando comprendio al fin lo que estaba ocurriendo, su abuela  mentia; de inmediato se incorporo, retirando la mano de su mejilla adolorida --no he hecho eso, ayude a mi abuela en todo, ella estuvo jugando con Liza mientras yo hacía todo-- fue cuando el padre repico --ahora llamas a tu abuela mentirosa, tu hermana fue quien ayudo, ella es testigo de lo que dice tu abuela-- gritando y con la mirada decepcionada.

Lo último que ella escuchó fueron regaños, por un rato, para terminar diciendole, que se marche del lugar, que no dormiria arriba y que no comeria, ella, solo bajo por las escaleras, se sobaba la mejilla, para despues dirigirse a una mata de mango y tomar una frutas, ademas, de dos guineos, de una mata caida que estaban maduros.

Abajo de la casa, en la noche, escuchaba como su "familia", disfrutaba de una cena, que olia deliciosa, la cual no disfrutaria,  y aunque le permitieran comer, serian las sobras, sus padres jamas dejarian que su "hija" por asi decirlo, comiera lo que comen ellos y sus verdaderos hijos. No lloraba, ya no lo hacía, no importa como la traten o como le hablen, que si la golpean o no, si la quieren o no, para ella era lo mismo. 

No odiaba a sus padres o hermana, no tenía ese sentimiento en su corazón, solo, los perdonaba, porque sera, pues su bisabuelo Esteban era responsable de ello, una tarde ella estaba llorando debajo de una mata de mango, después de que su padre y madre le habían dicho cosas terribles, como que debía estar muerta, que era bastarda y que hubieran preferido que los doctores salvaran a la otra bebé antes que a ella, salió llorando del lugar, pues no queria seguir escuchandolos.

Su bisabuelo la vio y alcanso a escuchar que quería morir, que odiaba su vida y como la trataban, aunque, no lo parecía, él se daba cuenta del trato que le daban a Ana, pero, como ella no decia nada no podia ayudar,  pero tampoco era de mucha ayuda un hombre de 91 años de edad, como podría ayudar a una niña de ocho años, que ni si quiera sabé, cuanto tiempo mas le quedaba de vida.

Él Dolor, Él Amor Y Él CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora