treat you better [JULIANTINA]

Octava parte

A finales de noviembre el invierno ya se había apoderado de la cuidad. Aveces caían suaves nevadas que adornaban con su blancura las copas de los árboles y el alféizar de todas las ventanas.
Juliana había vuelto a vestirse con la prenda que tanto le gustaba, ese día llevaba un suéter blanco que se confundía con su entorno.

Días antes, tuvo una conversación importante con su madre. Ella lo había notado se extraño, triste, así que ella termino contándole todo.

«Si a Lauren no le interesa arreglar las cosas, significa que no vale la pena sacrificar tanto por esa amistad» le había dicho. También le alentó a buscar a Valentina, y eso es lo que haría, sólo esperaba que no hubiera encontrado a alguien más.

Primero la busco en casa, pero no estaba, sus padres, gustosos le indicaron el camino para llegar a la tienda de mascotas donde se hallaban trabajando en esos momentos. Prácticamente corrió hasta ahí con su corazón latiendo de emoción.
La vio a través del cristal, hablando con una linda chica que llevaba un pequeño gato en brazos. Quiso esperar a que se desocupará, pero los ojos de Valentina la encontraron y no tardó en sonreír enormemente, luego le hizo una seña para que entrará. Tímidamente se abrió paso entre jaulas y peceras.
Valentina no podía apartar la mirada de ella.

La clienta agradeció amablemente y se fue. Juliana todavía no sabía que decir.

— ¿Qué haces aquí? — Valentina cuestionó — Perdón, no quiero parecer grosera, me da muchísimo gusto verte después de tanto, pero me sorprende.

— No fue tanto — repuso la morena.

— Lo sé, pero a mí me pareció que sí — las miradas que se daban eran exactamente las mismas de antes, la forma en la que se sonreían no había cambiado.

— Vine para hablar contigo de algo.

— Está bien, sólo espera a que cierre la tienda y vamos por un café.

Pasaron sólo unos minutos y al final, caminaban juntas por el mismo parque en el que habían pasado tantas horas de estudio y momentos íntimos, cada uno con un humeante café. Incluso se sentaron en la misma banca de siempre.

— ¿De que quieres hablar?

Juliana no despegaba la mirada de sus rodillas.

— Antes de decirtelo, necesito saber si estás saliendo con alguien.

— No, no estoy saliendo con alguien y supongo que sabes la razón — contesto la mayor con una sonrisa divertida, provocando que las heladas mejillas de Juliana enrojecieran.

— ¿Tú aún... me quieres?

— Si — respondió inmediatamente — No te he dejado de amar ni un poco.

— Y si te dijera que yo también...que lo he pensado mejor y quiero que volvamos a ver...novias, ¿Que me responderias?

— Te diría que no — respondió Valentina.

A Juliana se le formó un nudo en la garganta, pero antes de que sus lágrimas se formaran, la castaña continuó:

— Diría que quiero hacer las cosas bien, como debí hacerlo desde el principio. Tú no merecías citas a escondidas, no merecías fingir que estabas bien cuando Lauren estaba cerca de mí, merecías mucho más y es lo que quiero darte ahora... comencemos de nuevo, ¿Si?

Juliana ni siquiera necesito pensarlo, eso era lo que quería ella también.
Asintió, levantando la cabeza.

— Entonces, ¿Quieres tener una cita conmigo?

—¿Ahora? — del cielo comenzaban a brotar pequeños copos que bailaban en el viento.

— ¿Por qué no?

— Está bien, ¿Y a dónde iremos?

— Vamos a cenar y luego a caminar o a caminar y luego cenar.

Valentina tono la mano calidad de Juliana y comenzaron a andar.
No sabían a dónde se dirigían primero, pero el orden no tenía importancia.

— ¿Estoy siendo demasiado atrevida en la primera cita? — Valentina pregunto, refiriéndose a sus dedos entrelazados.

— Está bien, sólo no te pases y deja los besos para después.

— ¿Puedo besarte en la segunda cita entonces?

— Es muy pronto — río la morena.

— ¿Entonces en la tercera? — pregunto con picardía al reír también.

— Mmmm...me parece bien.