Primera parte

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Juliana podía permitirse cruzar cualquier límite.
Lo había hecho en casa, negándose a obedecer a su madre cuando ella le exigía que hiciera sus quehaceres o enfrentando a su padre cuando recibía reprimendas.
Solía hacerlo en la escuela también, sacando malas notas en todas las materias, logrando posicionarse en el penúltimo lugar de su clase, ya que el último lo ocupaba un chico que llegaba dos o tres veces por semana.
Sin embargo había límites que ni siquiera ella se había imaginado penetrar, los que ella misma se impuso, aquellos que formaban la base de su vida y la convivencia con sus amistades; consistía en ser leal y no hacer algo que llegara a dañar a los suyos. Por eso cuando conoció a Valentina, la novia de una de sus mejores amigas, supo inmediatamente que esa sensación que le contraía el estómago y le ponía las manos sudorosas, le traería problemas sino aprendía a controlarla a tiempo.

La primera vez que se vieron fue un veintiséis de septiembre.

Caminaba por un sendero circundado por árboles que se elevaban rebasando los cuatro metros, algunos medían incluso más de seis. Las rugosas horas de tonos ocres y rojos pendían de ellos, oscilantes sobre montones que cubrían la tierra alrededor de los troncos, como alfombras crujientes. No acostumbraba a salir las calles en viernes, francamente prefería quedarse en casa y desvelarse viendo películas, pero no pudo negarse cuando recibió un mensaje de Lauren diciendo que les quería presentar a alguien y que todas, sin excepción, debían estar ahí. Esa era la razón por la cual se encontraba caminando el tramo entre sus casas; vistiendo con unos jeans azules, botas negras y un suéter verde, ya que Lauren jamás mencionó a donde irían y además el clima estaba fresco debido a las lloviznas que pugnaban por caer, culpa del ciclón que azotó alguna cuidad aledaña.

Entre pasos lentos y cortos, se dió el tiempo de admirar cómo las arboledas se habían puesto de colores cafés, amarillos, naranjas, rojos; y los verdes del verano habían quedado, casi por completo, en el pasado. Le gustaba el otoño, los cuadros que adornaban las calles y su clima aveces relente y a veces cálido, tan característico de él.
Cuando llegó a la cochera y subió la baja rampa, se abrió la puerta y por ella salió Lauren, seguido por el resto de sus amigas.

- Pensé que no vendrías, ¿Por qué tardaste tanto?. Estuvimos a punto de ir a buscarte - reclamó Lauren, peinando con fastidio su cabello aún húmedo.

Juliana sonrió en disculpa y saludo a cada una de las personas que estaban presente.
Más tarde se hallaban todas caminando hacia su restaurante de hamburguesas favorito, el que solían visitar casi todos los días al finalizar las clases.

- ¿A quien nos presentarás? - pregunto Ally a la mitad del camino.

Durante todo el trayecto Lauren se había mostrado ansiosa y sonriente, por lo que todas sentían la curiosidad de saber acerca de esa persona misteriosa.
Dinah había intentado sacarle información acerca de esa persona, pero Lauren mantenía su boca cerrada, limitándose a decir que pronto la conocerían y que acabarían sorprendidos.

- ¿Tienes novia?, ¿Es eso? - pregunto Normani, quien iba hasta atrás con Dinah. Pero con su pregunta apresuró sus pasos solo para alcanzar a Lauren y mirarla con inquisición.

Juliana verdaderamente la conocía, sabía lo que aquella sonrisa ladina significaba, sin mencionar el destello que brillaba en sus ojos verdes.
La última vez que Lauren había tenido una novia, - también la primera, ya que la revelación de su sexualidad era reciente -, fue aproximadamente un año atrás o quizá más. Lauren enamorada era la persona más cursi y melosa que hubiera conocido, de solo mirarla a Juliana le daba la impresión de sentirse empalagada y se esfumaban sus ganas de tener pareja.

Cuando atravesaron la puerta corrediza de vidrio cromado y se adentraron al sencillo, pero elegante, restaurante; fue donde una chica llamo a Lauren desde los sillones blancos situados junto al ventanal del fondo. Todas se giraron simultáneamente, pero fue Juliana quien parecía más sorprendida, porque aquella chica era realmente guapa.
Fueron arrastradas por Lauren hasta la mesa y la morena solo podía desear que fueran amigas, porque su atención había caído por completo en ella.

treat you better [JULIANTINA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora