5.

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no me odien (:

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Por la mañana siguiente, desperté tarde ya que en esos días se me estaba dando por dormir más de ocho horas, y debido a que todavía no estaba completamente recuperada, qué mejor momento para hacerlo?

Al levantarme de mi cama, caminé hacia la cocina y me fije si había alguien en casa, pero todo indicó que yo era la única que me encontraba allí. Minutos luego tomé un bowl y vertí un poco de cereal con leche en este, para poder volver a mi habitación y desayunar viendo la tele.

Sin embargo, al cabo de unos minutos, pude sentir ruidos que provenían de la entrada y segundos luego, voces que susurraban. Y entonces mi puerta sonó dos veces, dándome a entender que alguien quería entrar.

Quién podía ser?

Mis ojos se abrieron como platos al igual que mi boca, al ver como una chica y un chico delgados y altos entraban a mi habitación sonriéndome felizmente, seguido de mi prima Penny.

Eran Clara y Josh.

Ambos habían crecido, como era de esperarse, y se mostraban alegres ante mi ya que hace un largo tiempo que no los veía, lo cual provocó también que, al momento de recordar eso, mis ojos se cristalizasen ante la emoción que sentía al verlos.

- Diablos Smith. Eres toda una mujer. - Josh dijo, con una voz que no logré reconocer, mientras se acercaba a mi para poder abrazarme.

- Y tu todo un hombre. - comenté antes de poder rodear mis brazos en Clara, quién, como era de esperarse, se había largado a llorar exageradamente. - Yo también te extrañé amiga. - dije mientras le sonreía.

- No puedo creerlo... - comenzó a decir mientras sollozaba - Cuando Penny nos avisó creí que estaba bromeando, yo... - agregó algo agobiada por el llanto que ocupaba su garganta, pero le sonreí con la intención de animarla.

- También me pone feliz verlos. Ahora que todos son adultos y con su propia vida no creí que tuviesen tiempo para juntarse. - dije honestamente. Pero entonces una cierta incomodidad rodeó el ambiente, por lo que recordé que ambos ya no estaban juntos.

Sin embargo, Penny se ocupó de disipar dicha sensación y al cabo de unos minutos y luego de cambiarme yo, los cuatro salimos a recorrer las calles de la ciudad con la intención de almorzar algo todos juntos.

El clima era bonito más se sentía realmente extraño estar moviéndose junto con mi grupo de amigos, quiénes no habían estado conmigo desde hace tanto tiempo.

Al llegar a un restaurante algo elegante, más bastante casual para cuarto adultos como nosotros, entramos a este y nos sentamos en una de las mesas de al fondo que daba a una ventana con vista a la calle.

Minutos después empezamos a conversar acerca de trivialidades primero, pero eventualmente la conversación fue tomando su rumbo y concluyó en mi desgracia. Mi maldita desgracia.

- Podemos no hablar de eso si no quieres Lola... No hay problema. - Josh comentó serio, pero yo negué con la cabeza sonriendo.

- Esta bien. De todos modos, ya sucedió verdad? Me gustaría poder volver hacia el pasado, pero no puedo hacerlo. - reí inconcientemente sabiendo que en realidad nada de lo que decía daba risa en lo absoluto.

Pero entonces, una angustia enorme comenzó a crecer en mi pecho. Una angustia demasiado pesada que hizo que de mi boca no pudiesen salir palabras, incluso si los demás habían comenzado a llamarme por mi nombre.

Cual era ese motivo?

Pues Hurley habia sido invitado también a ese almuerzo, y en ese momento se encontraba caminando hacia nosotros, sonriendo radiante como siempre lo hacía.

Sin embargo, era inevitable evadir el sentimiento que tenía hacia él, de modo que, sin pensarlo mucho, mi cuerpo decidió levantarse de donde estaba y a continuación, abandonó rápido el lugar sin decirle a nadie a donde me dirigía.

Me sentía incompleta.

Infeliz.

Angustiada.

Y a pesar de que Hurley fuera la razón de ello, mi corazón y mi mente no querían dejar de pensar en él ni un solo minuto.

Con frecuencia me preguntaba que sería de mi luego de que este y su prometida se casasen.

Tendrían una bonita boda y una linda luna de miel?

Formarían una familia con niños?

Sería Diego feliz?

La última de aquellas preguntas no la podía dejar de cuestionar en mi mente. Y lo peor era que, a pesar de cual pudiera ser la respuesta, sabía que mi re- introducción en la vida de mi mejor amigo en aquel momento tan solo le traería más problemas.

Por lo que la mejor opción era alejarme de él.

Es por eso que huí. Me fui de aquel restaurante sin pensar en nada más que no fuese alejarme de aquel peli rubio de ojos claros.

Sin embargo, mis pies no corrieron lo suficiente, y en ese entonces terminé arrastrada al mismo conflicto una vez más.

- Me vas a decir que te sucede? - Hurley preguntó ya serio, por un lado preocupado ante mi reacción más frustrado al no poder comprender que era lo que estaba haciendo.

- Disculpa Diego... - suspiré evadiendo el nudo en la garganta que comenzaba a formarse dentro de mi. - No puedo hacer más esto.

- De qué hablas?

- Te he extrañado. Y ese es justamente el problema. Que debido a eso mi mente no ha podido olvidarte.

Mi Mejor Amigo [3] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora