𝑼𝒏𝒐.

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Agarraba su mano, tratando de entrelazar sus dedos pero estos casi distanciándose debido a los movimientos que hacían sus cuerpos al correr por el extenso terreno.

La estruendosa risa de WooYoung inundaba cada esquina de cada avenida por las que se aventuraban, y, a pesar de los gestos que hacía SeongHwa en un intento por hacerlo callar, esta continuaba, contagiándolo, haciendo que con su mano libre tuviera que tapar su boca para así no despertar a nadie.

Era de noche, los habían pillado en el jardín de un viejo cascarrabias con buena mano para lanzarles cualquier cosa y para amenazar con llamar a la policía.

La pareja había salido corriendo, con el corazón ladrando con fuerza en sus gargantas y sus piernas llevando a su cuerpo. No pensaban, no tenían por qué hacerlo.

—¿Crees que aquí nos encontrará?— Preguntó WooYoung tratando de no alzar la voz, su respiración interrumpiendo casi todas sus palabras entre exhalación y exhalación.

Detuvieron sus pasos cada vez más, hasta que vieron un pequeño callejón y allí su oportunidad de esconderse y descansar, al menos durante un rato. El azabache guió a su novio hacia el lugar.

"Quién tuviera la dicha de amarte como yo lo hago."

—No creo.— Murmuró susurrante, mirando a su al rededor.— Le costó el simple hecho de salir de su casa, dudo que haya querido perseguirnos si quiera.

WooYoung rió por lo bajo, apoyando su espalda contra la pared de ladrillo rojiza de la que estaba hecho aquel callejón. Alzó su vista, apreciando lo poco de cielo que se podía llegar a ver entre aquellos dos edificios.

—Deberíamos dejar de hacer estas cosas, bebé, algún día nos pillarán y nos vamos a meter en un buen lío.— Suspiró, SeongHwa se acercó a su cuerpo, con una sonrisa cansada decorando su rostro y un par de hebras resbalando por su frente.

—¿No te resulta divertido?

—¿Acaso es una especie de fetiche?— WooYoung alzó una ceja, el contrario rió, apoyando ambas manos contra la pared tras su novio, quedándose frente a él.

—Tú eres mi fetiche.

WooYoung le sacó la lengua, SeongHwa aprovechó que había cerrado momentáneamente los ojos para besar de manera fugaz su sonrosada mejilla.

—No sé cómo debería de tomarme eso.— Susurró con su aliento chocando contra el rostro del contrario.— ¿Debo llamarte cursi o pervertido?

El mayor pareció pensárselo.

Llámame "el amor de tu vida."

—Vale, cursi.— Dijo poniendo sus ojos en blanco, SeongHwa volvió a besarlo con rapidez, esta vez en los labios. WooYoung sonrió.— Tengamos más cuidado la próxima vez ¿Vale?

—Con la condición de que me beses.— Hizo una mueca, pensativo.— Y de que no te separes de mí, en muuuucho mucho tiempo.

—No, sin condiciones.— Rebatió, ignorando los pucheros que hacía su novio para tratar de convencerlo.

—¿Entonces no me vas a besar?— Susurró, cada vez más cerca de sus labios. WooYoung no cedió, pero tampoco se apartó.— ¿Ni te vas a quedar conmigo muuuucho mucho tiempo?

Con esa última pregunta, las facciones del rostro de WooYoung parecieron debilitarse.

—Solo si me lo prometes.

SeongHwa arrugó la nariz como falsa queja ante su petición. Tras unos segundos de vagas respiraciones, asintió con la cabeza.

—Te lo prometo.— Dijo susurrante, tratando de transmitirle toda la confianza posible con aquellas simples tres palabras.

Woonnie sonrió.

—Vale, tonto, ahora bésame.

( . . . )

Sus piernas eran incapaces de detenerse, su respiración completamente acelerada solo era una señal para que continuara con su carrera. No seguía un camino, no había ninguno.

La luna era la única luz que se reflejaba en aquel bosque, todo era negro a excepción de las siniestras sombras que formaban las hojas irregulares de los altos árboles contra el suelo. Y es que en el pasado las hubiera temido, y lo hacía, por dios que tenía miedo.

Pero estaba lo suficientemente absorto en aquella voz como para no darse cuenta.

—Seonghwa~

Aceleró su paso, corría incansablemente y la velocidad de su trote junto con el viento cada vez más intenso lograba despeinar su cabello, complicar su respiración.

Escuchó eco, una rama crujir.

—¡SeongHwa!

Se detuvo en el sitio, su cuerpo mareado, girando sobre sí mismo, buscando a su al rededor.

El viento movía levemente sus ropajes, y por un momento se le pasó por la cabeza, que tenía razón al suponer que no eran más que exageraciones de la gente.

—Wooyoung.

Murmuró, manteniendo sus ojos abiertos, observando cada hueco de entre los árboles como lo haría un lunático.

Y es que debía de ser eso ¡Se estaba volviendo loco! ¡El sentimiento de soledad lo estaba llevando a perder la cordura completamente! no podía ser Wooyoung, era imposible.

—¡Park seonghwa!

Pero es que aquel tono de voz sonaba tan real, llamándolo por su nombre como solo él lo haría, que por un momento pensó en la posibilidad de que quizás, solo quizás, su esposo nunca se hubiera ido.

Llevó las manos a su boca, haciendo con ellas la forma de un megáfono.

—¡Jung Wooyoung!— gritó a todo pulmón, alargando la 'u' del final.

Una aguda risa resonó por todo el lugar, Seonghwa se quedó paralizado.

—¿Por qué gritas, Hwannie? ¡Estoy aquí, tonto!

Irónicamente hablando, la viva imagen de Jung WooYoung se mantenía apoyada sobre uno de los gruesos troncos de madera.

Él sintió la vida que le había sido arrebatada años atrás.

El viento comenzaba a aumentar.

𝐕𝐎𝐈𝐂𝐄𝐒 || WooHwaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora