4: Mascotas y Ascendencia

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La mañana llegó como quien no quiere la cosa.

El joven Gryffindor, abrió los ojos  por culpa de la luz que se colaba por una de las ventanas y por el ruido, entre un rugidos/gruñidos y el galopar de algún caballo o algo similar.

Se incorporó y pudo apreciar con mayor claridad, donde el chico que había conocido apenas hace unas horas, le dió la oportunidad de dormir; ahora mismo tendría que pensar en donde tendría que parar y cómo llegar al callejón Diagon para terminar de comprar sus útiles y materiales para el nuevo ciclo escolar y si era suficiente con los galeones que aún tenía en su baúl.

Su pensamiento de pronto, recalcó en algo; no poseía la llave de su bóveda y no podría disponer de más de su dinero hasta Hogwarts en donde tendría que decírselo a Dumbledore; podría haber seguido en sus preocupaciones de no ser por la estridente y poca prudente entrada de una criatura, que bien podía pasar por un hurón o alguna nutria con cierto parecido a un mapache, seguida de los pasos presurosos de Yerik y su voz, la cual sonaba molesta.

— ¡¡Yalit, hija de la tiznada, te dije que no podías entrar ahí!! ¡¡Salte, carajo o te voy a chingar pero bonito!!— el mexicano estaba vestido con un pantalón gris corto y una playera con un estampado en figuras, parecidas a osos  con lentes de sol y la bandera de Rusia en su pecho; cuando reparó en que no solo la intromisión habría despertado a su inquilino, no supo si molestarse más por su bendita mascota o reírse de las pintas del "almohadazo" que tenía el chico, además de la cara del susto.

— ¡Que pedo wey! ¿Y el  boiler donde te explotó o que? — Amagó en burla y saludo, usando ese característico tono de bienvenida que podría parecer entre insulto como halago (Típico de un mexicano).

El inglés no sabiendo interpretar del todo sus palabras solo dirigio nuevamente su mirada a donde la criatura/animal se habia escondido.

— ¿Que? D-digo... ¿Que es eso? — señaló debajo de la cómoda donde aún estaba haciendo un par de ruidos el animal

—Ah eso... amm es mi Jarvey... se salió de la jaula mientras lo limpiaba

— ¿Tienes un jarvey? Creí que no estaban permitidos

— Umm Fue un regalo de mis abuelos — Explico acercándose al mueble — Sal ahora Yalit, no te voy a regañar ya...

El tono más calmo del mexicano hizo que su mascota saliera un poco más tranquila, y terminará subiendo por la pierna de este hasta sus brazos

— Como tal, su nombre es Yalit, es algo temperamental, porque no le gusta estar encerrada con lo demás... Pero es porque no se sabe comportar muy bien con los invitados

La criatura gruñó un poco mientras era acariciada por el chico

— Wow...espera ¿Tienes otras mascotas?

— Si, pero no las tengo todas aquí, por las condiciones y por el tamaño... ¿Quieres ayudarme a darles de comer?

— ¿Enserio? — Al inglés siempre le habían agradado los animales, y ahora le presentaba la oportunidad de conocerlos aún más

Clarines carnalito, Vamo'— Nuevamente su animado hablar y los ademanes que usaba, salvaban al de lentes para entenderlo

Mientras el mexicano se daba la vuelta para salir, se detuvo y apareció con un "chasquido" un conjunto de guantes y botas especiales para su amigo

— Algunas criaturas son algo especiales, pero el olor y textura de esto, hará que no te ataquen, al menos hasta que se acostumbren a ti. Te espero abajo, pasando la escalera hay una puerta al jardín de atrás

Salió por fin, dejando que se cambiara y pasando por su cuarto a dejar a su Harvey, quien terminó por quedarse hecha una bolita en su cama

— Solo promete que te quedarás aquí y no entraras al cuarto del morro, porque no quiero que lo asustes, vale?

La criatura asintió entendiendo a su dueño y se acomodo a dormir, mientras el mexicano bajaba para ir a donde sus demás criaturas y esperar al de ojos verdes.

En el "pequeño" patio, habían varios habitad mágicos, con las condiciones específicas para sus compañeros: Kitsunes, Tanukis en un ambiente tradicional japonés, un Demiguise que se encontraba cuidando de unos huevos de plata. Un Diricawl y un Vipertooth en un espacio de selva y un par de espacios más con un Dragón tian joven, un par de Fenix, quetzales y halcones peregrinos que disfrutaban en un habitad tranquilo y semitropical.

El mexicano se sentó en el suelo, esperando a su compañero y meditando un poco frente a todas las criaturas; la comida estaba lista y solo era cosa de alimentarlos

El inglés bajo, después de ponerse un pantalón corto y una playera; que le quedaban un poco grandes al seguir siendo vestigios de Dudley. Esperaba que no le hiciera algún comentario sobre esto, pues aunque sabía que el moreno, lo hacía con buena o una intención amena, seguía doliendo.

Al llegar al jardín se quedó maravillado de aquellos habitad lógicamente mágicos, donde se encontraban criaturas de las cuales había leído solamente, gracias al libro de Hermione, sobre las Criaturas Mágicas.

Vio al mexicano que seguía con los ojos cerrados y se debatía entre acercarse o simplemente llamarlo. Al cabo de unos segundos optó por acercarse y tocar su hombro, pero nunca lo tocó, ya que en un rápido y ágil movimiento, el contrario había hecho algo parecido a una llave de pelea, que terminó por dejarlo en el suelo.

— ¡Hey...! — Iba a reclamarle algo más, pero los ojos antes onix del más alto, ahora eran ciertamente de un color ámbar, y lo dejaron sin habla por unos instantes, hasta que el otro reaccionó y parpadeo un par de veces y sus ojos volvieron a su color original.

— Hey ... amm perdona — se vio en el una sincera señal de arrepentimiento y relajo sus músculos para mejor ayudarle a pararse.

— N-no... No te preocupes, supongo que yo debí llamarte mejor

El mexicano sabía que no debía de hablar de sus otras escuelas; por órdenes de sus padres y no iba a desobedecerlos ... Del todo.

— Fueron mis reflejos por parte de un curso de defensa que tuve cuando pequeño, una escuela de combate amm ¿humano?

— ¿Te refieres a las artes marciales?

— ¡Exacto!, No sabía si estabas en contacto con los que no tienen magia

— Bueno si, crecí mi vida en ese entorno ... —El inglés ya se había incorporado, junto al moreno y le veía con la pregunta en los ojos ante aquel cambio de moreno

Ya sabiendo de ello, el mexicano solo suspiro y le miró con una sonrisa, antes de sacar su varita y apuntar a donde se encontraba su Quetzal, y dejarlo salir. Tan pronto el ave salió fue a parar a los hombros de su dueño

— Su nombre es Donaji y es uno de mis vínculos al país de dónde es mi madre, y de dónde mi ascendencia me dio cierta condición por mi linaje.

La cultura prehispánica y la parte mágica de este, que conformaban los altos mandos de cada civilización, conservaban su linaje al seguirse cuidando y relacionando de cierta forma entre ellos. Según los dictámenes de sus antecesores y una cierta forma de vínculo que conformaba si era correcta su unión.

Su madre había sido comprometida con alguno de los otros magos de la cultura maya, pero su vínculo no fue bien visto por la magia en si, uniendo mejor a la morena heredera de las culturas maya y azteca, con el heredero de la Rusia magica antigua.

Fue algo que desde un principio se pudo notar y ahora Tezcatlipoca, era el fruto de aquella unión, vínculo y relación.

Dos guerreros que habían quizá creado a un nuevo protector o dirigente, de lo que conociera.
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Próximo capítulo,escojan

—La historia entre Los padres de Tezca
—La travesía en el Callejón Diagon

Un mexicano en Hogwarts /Original Fanfic/ (PAUSADA INDEFINIDAMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora