Mis padres

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Mi padre era y es guapo, muy guapo. Para que os hagáis una idea es moreno, pelo rizado pero con ricitos, ojos color miel y moreno aunque no mucho. No era gordo pero sí fuerte y altura normal, yo diría que a 1'75 no llega. Guapísimo. Y nada he sacado de el salvo los rizos en el pelo y el carácter.

Mi madre tampoco es fea pero sí tengo que elegir, mi padre tiene las de ganar en cuanto a belleza y atractivo. Ella es morena aunque hubo un tiempo en el que le dio por teñirse de rubia. Nariz graciosa, ojos marrones, con prominentes protuberancias (espero que me entendais que no voy a describirlo de otra forma) y caderas anchas aunque no exageradas a ver que os vais a imaginar. Pero lo que más destaco de ella es: ella en sí. Hubo un tiempo en el que creí que mi madre era fantástica, estupenda, genial, mi mejor amiga. Lo que más destaco de ella es su risa contagiosa, sus ganas de ser feliz y la diversión que rebosa por cada uno de sus poros. Esa es mi madre.

Y bueno, para mi gusto yo he sacado las sobras de ambos. Soy morena como mi madre pero hubiera preferido el pelo negro de mi padre. Tengo rizos aunque preferiría el pelo liso como mi madre. Ojos marrones, no de color miel. Caderas como mi madre y como toda la familia materna en general. No tengo tantas prominencias como mi madre pero me quejo igual de cantidad. Demasiada para que cueste mirarme a la cara en lugar de al escote.

Estas son las fisonomías de mis padres y la mía. Como vereis, nada digno de mención. Humanos del montón. Aunque aún hay más...

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