-- ¡Abre los ojos resoplidos! –mi padre me mueve con cariño–
-- Papá, quiero dormir todo el día –me tapo la cara con la almohada–
-- ¡Pero si es 4 de marzo mi niña! –dice con demasiada efusividad–
-- Si, pues bien, como regalo déjenme dormir –resoplo, perdí todo el interés de esta celebración tan pasajera, lo único que me hace sonreír es el recuerdo de Dylan, no puedo creer que ya casi vaya un año que lo dejé–
-- ¡Yanira Van der Val te levantas ahora mismo! –grita la abuela Ankie quitándome la almohada de la cara–
-- ¿Porque? ¿Dónde está el incendio? Ustedes mejor que nadie saben que no me interesa un tonto cumpleaños, solo quiero estar sola ¿acaso está mal? –grito desesperada, ellos comparten una mirada–
-- Yani, el caso es que estas deprimida y llevas demasiado tiempo así –dice mi abuela sentándose en la cama- tal vez deberías llamar a Dylan y arreglar las cosas
-- No hay nada que arreglar, el me dejo irme y no me busco así que por algo será –digo triste– le intente llamar pero no me cogió el teléfono, de hecho Tony dice que a ellos tampoco, que se alejó de todos hace ya bastante tiempo.
-- Y bueno, porque no vas a buscarlo
-- ¿A dónde? –pregunto confundida–
-- A Puerto Rico claro, ¿ahí vive su familia no?
-- Sí, pero él me dijo que vivía en Los Ángeles
-- Pues bien, busca en internet, en la ciudad de Los Ángeles a dichoso actor Ferrera –me rio a carcajadas–
-- Ankie, Dylan es doctor no actor y su apellido no es Ferrera es Ferrasa
-- Oh pues como sea –dice sin importarle, mi padre se ríe y luego sale de mi habitación junto con mi abuela, vuelvo a tumbarme en la cama y me pongo a pensar en lo que ha dicho ¿debería intentar buscarlo? Tal vez cambio de número y por eso no atiende, el sonido de mi móvil interrumpe mis pensamientos, veo la pantalla y sonrió al ver que Tony:
-- Hola Tony –sonrió al móvil–
-- Hey Yanira, muchas felicidades ¿Cómo te la has pasado hasta ahora?
-- Bien, ha sido genial –miento, ufff si supieras, pienso– ¿Tu como estas? ¿Qué tal tu familia? ¿Cómo está La Tata y Preciosa?
-- Todos están bien guapa, Tata igual de cariñosa que siempre, Preciosa feliz junto con Omar y Tiffany, ui quien los viera ¿te los imaginabas de padres? Se ven tan tiernos, como una linda familia –ambos reímos felices– mi padre pues igual que siempre, por cierto dice que feliz cumpleaños
-- Oh ammm di...dile que gracias –tartamudeo sorprendida–
--Si, de hecho quiere hablar contigo, en un rato vuelvo, ya te lo paso –suena tan extrañado como yo me siento ahora mismo–
-- ¿Hola, Yanira? –dice el claramente nervioso–
-- Amm si, Hola Anselmo –intento calmarme, dos nerviosos no son buen par, y menos teniendo en cuenta el pasado, pienso amargamente–
-- Yo .... quería desearte un muy feliz cumpleaños y amm bueno quería disculparme por cómo te traté hace tiempo, no debí decir todas esas cosas, en verdad lo lamento y espero puedas perdonarme –¿él dijo que? Santa vaca, si me pinchan no sangro–
-- Yo ammm si, si, claro que te perdono –digo sinceramente, al parecer el ogro no es tan malo–
-- Bueno, no sabes cómo me alegro de que puedas perdonarme, de nuevo felicidades, y ojala pronto puedas venir a visitarnos
-- Claro que si Anselmo, será un gusto volver a verlos
--Excelente, te paso a mi hijo
-- Adiós papá –dice Tony a lo lejos antes de escucharse una puerta cerrar- ¡oh por Dios Yanira, nunca había visto a mi padre pedir perdón! –dice sorprendido–
-- Pero lo hizo –susurro– vaya, no....no sé qué decir Tony
-- Tampoco yo –ríe– al menos esa parte está bien
-- ¿A qué te refieres?
-- No, nada, no me hagas caso
-- Anthony ¿Qué pasa?
-- Por fin logré comunicarme con Dylan –mi corazón empieza a latir con fuerza–
-- ¿Ah sí? Y ¿le pasa algo o porque estas mal? –digo nerviosa–
-- Está mal Yanira –suelta un suspiro– me entere que renunció a su trabajo hace meses o que lo corrieron, no estoy seguro, también supe que no solo no sale con nadie sino que .... Bueno el
-- ¿El que Tony? –pregunto antes de que me dé un ataque, Dios Dylan ¿Qué hiciste?–
-- El no ha parado de beber en meses Yanira, es un borracho que no quiere tener cerca a nadie, nunca coge el teléfono a nadie, el otro día lo encontré en la tienda mientras compraba licor, me acerque a hablarle y joder, su aliento era licor puro y sus ojos estaban tan rojos, parecían inyectados en sangre, vestía un pijama sucio y llevaba barba, era otro Dylan –susurra triste–
-- Oh Tony eso es terrible –digo triste- eso explica porque no atiende mis llamadas
-- ¿Le has llamado? –dice sorprendido-
--Si, quería intentar arreglar lo nuestro pero el tiempo ha seguido pasando y no sabía nada de él ni...
-- ¡Tienes que ir a verlo! –gritó interrumpiéndome-
-- ¿Qué? ¿Perdiste la cabeza? Tony yo no puedo.... No sé ni dónde vive ni nada
-- Tengo su dirección y una copia de su casa, por favor a ti te hará caso, estoy seguro de ello –súplica, pienso en todo lo que la abuela Ankie me dijo y al final digo–
-- Está bien, salgo esta noche para Los Ángeles
-- ¡Sí! –grita feliz-
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¡Las palabras lastiman, ferrasa!
Fiksi PenggemarLa siguiente historia es un fanfic de la historia original "Pídeme lo que quieras o déjame" de la escritora Megan Maxwell. Los personajes de la siguiente historia no son de mi autoría, sin embargo los tomo prestados para realizar este final alternat...