Despedida

234 24 12
                                        


La lucha había terminado y Erdia había resultado vencedora.

Mikasa despertó con un fuerte dolor es su costilla. Al tocarse, notó que sangraba.

Sus amigos la encontraron convaleciente y la auxiliaron. Trataron de convencerla para que se quedara a descansar pero tenía un pendiente...

Después de aquella batalla, Mikasa emprendió la búsqueda de Levi hacia donde había tenido sometido a Zeke.

---------------------------------------------------------------

Al llegar pudo observar los cadáveres de titanes cubriendo el suelo por todos lados y una escena que le congelaría la sangre.

Una mano y una pierna yacían esparcidas, lejos una de la otra.

No, no puede ser... ¡POR FAVOR, QUE ESTO NO SEA VERDAD!

Mikasa tomó una mano y la llevó a su pecho. Empezó a llorar.

Los segundos se transformaron en minutos y la joven no dejaba de imaginarse un nuevo amanecer, junto a su capitán y dos pares de tazas de té.

Una de lavanda y otra de té negro.

Su mirada vio entonces al río que hacía correr sus aguas en dirección al oriente. Fue cuando ella empezó a creer que, tal vez y sólo tal vez, había esperanza.

Sí, había una mano y una pierna pero el dueño no. Creyó que quizás podría haber escapado de aquel sitio al lanzarse al río así que siguió la dirección de la corriente usando su equipo de maniobras con los árboles lo más rápido que podía.

Levi... Tú y yo volveremos a ver el amanecer.
 

---------------------------------------------------------------------------

Mikasa encontró a Hange cerca de la orilla del río a unas colinas más abajo. El cuerpo convaleciente de Levi estaba de su lado.

La chica llegó, sin aliento.
Caminó lentamente mientras observaba su cuerpo mutilado, supo entonces que era dueño de las extremidades que había hallado; además, un profundo corte recorría desde su ojo derecho hasta por debajo de la comisura de sus labios.

Hange quitaba los pedazos incrustados de su rostro, de lo que parecía ser metal.

La azabache se dejó caer de rodillas mientras sollozaba y abrazó el cuerpo de Levi.

-Yo... Debí llegar a tiempo...

-Sigue vivo.

Mikasa observó a Hange, la cual tenía una mirada muy destrozada.

-Aunque no estoy segura de que esté consciente, pero respira.

-Levi... Levi soy yo, Mikasa. Lo hice, luché por mí misma. Luché... Levi, te prometo que iremos a ver el amanecer junto con una taza de té ¿Te parece? ¿Te gustaría? Levi... ¡LEVI!

Mikasa se quebró. Empezó a llorar como nunca antes lo había hecho desde que sacó a Eren de su titán aquella vez cuando eran reclutas.

La joven abrazaba a un Levi que no daba señales y Hange le puso una mano en su cabeza.

-Lo quieres mucho ¿Cierto?

Mikasa contuvo sus lágrimas y observó a Hange.

-No era difícil notar aquellas veces que pasaban juntos.

La azabache empezó a acariciar el pelo de Levi y le miraba con ternura.

-Él también te quiere, Mikasa. Lo veía en sus ojos. Nunca fue de muchas palabras, lo sabes ¿Verdad?

-Sí...

En ese momento Levi empezó a toser. Un poco de sangre salió por sus labios.

-¡Levi!

-Mi... Mikasa.

-Levi, aguanta más. Debemos ver el amanecer juntos otra vez... Perdón, perdóname por ser tan torpe y no escucharte aquella vez, perdóname por dejarte solo pero prometo que no sucederá de nuevo. Hoy luché por mí misma, luché con toda la furia que yacía contenida desde hace bastante tiempo y lo hice por mí. Levi...

El capitán volvió a toser.

-Mikasa... Yo... Lo sé.

La chica que tenía tendida su cabeza en su pecho volteó para verle sorprendida.

-Pude sentirlo. Sabía que estabas luchando... Por ti misma. Desde aquel lugar donde vimos las estrellas, en el campo de lavandas, desde... Desde ahí... Pude sentirlo.

Mikasa lo recordó y al parecer, él tampoco lo había olvidado.

-No fue un sueño.

-Tsk, tonta, te dije... Te dije que me volverías a ver.-Levi le dio una tierna sonrisa.

Los rayos de sol comenzaban a ocultarse. El cielo empezaba a tornarse naranja, rojo y un poco morado.

-Está por atardecer.- Señaló Hange.

-Mi... Mikasa... Te dije... Prometí... Que volveríamos a ver algo parecido al amanecer ¿Recuerdas? Esto es de lo que hablaba...

La chica rompió a llorar y tomó el rostro del joven.

-Pero no será el último.

Levi le dio una triste sonrisa como informándole que, su afirmación no era correcta.

-¡Levi! ¡No te me vayas! Por favor... Aún nos queda mucho...

-Tenía miedo de morir, Mikasa... Pase... Pase la vida huyendo de mis propios demonios en lugar de enfrentarlos. Temía morir antes de cumplir la promesa de Erwin pero... No puedo vivir encadenado a ello. Todos somos esclavos de algo. Aquel día que recuperamos la muralla, Erwin dejó de ser un esclavo. No pude darme cuenta que en ese mismo instante, él me convirtió en uno... Y... Me alegro que tú también hayas dejado de serlo... Estoy... orgulloso de verdad. Me siento feliz porque luché al final, me siento feliz porque... Me siento... Libre. Gracias, Mikasa...

-Levi...

-¿Te importaría... Ver lo que resta de este improvisado amanecer conmigo?

Mikasa le sonrió y juntos dirigieron sus miradas hacia los últimos rayos de sol que caían hacía el infinito. El cielo se tiñó de un fuerte azul y luego la última luz de que se vio al horizonte se llevó el último aliento de Levi.

-Ahora... Descansa en paz.- Hange abrío los ojos de Levi para después cerrarlos para siempre.

La joven, entre llantos, llevó sus labios temblorosos hacia la frente del capitán.

En un beso, cerró lo que nunca pudieron empezar... En esa vida.

Gracias, Levi

Rivamika-One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora