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El sabor de sus labios aún seguía en los míos, ese cosquilleo que hacía que se me revolviera el estómago y una sonrisa tonta se formara en mis labios. Algunas veces me llevaba los dedos a esa zona inconscientemente como si de esa forma pudiera sentir sus besos otra vez.

Elane aún me quiere no tengo dudas, ahora solo tengo que convencerla. Merezco una segunda oportunidad, ambos nos merecemos una.
Pero es tan terca, siempre lo ha sido y aunque es una de las cosas que más me gustan de ella en estos momentos me estaba molestando.

Esta noche festejamos el cumpleaños de Dahee en uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad, el cual Namjoon había mandado cerrar exclusivamente para la ocasión como uno de los regalos para su novia. Todos debíamos ir vestidos formal y de blanco. Al parecer se están preparando para el día que celebren su boda.
Sabía por obvias razones que Elane estaría invitada, a pesar de nuestra separación nunca dejaría de ser parte de la familia.
Solo seríamos nosotros catorce pero me propuse impresionarla. Elane nunca fue ambiciosa ni pretenciosa, no salía a restaurantes caros ni era fanática de usar ropa elegante y costosa por muy amante de los vestidos que fuera. Técnicamente prefería ir a comer a un carrito de comida chatarra antes que a un fino restaurante.

Pero tenía un fetiche, verme vestido con traje.

Y si, como había comprobado aquel fin de semana, aún le gustaba que le mordiera el cuello antes de besarla, también seguiría gustandole eso.

Saqué del armario un traje blanco en especial, tenía varios del mismo diseño pero el que usaré esta noche será el que ella me regaló. Se diferenciaba ya que los demás al ser de diseñador tenían el diseño en ellos, pero este era simple. Esperaba que lo notara. Una vez estuve listo me acomode el pelo tratando de hacerlo lucir casual pero no desprolijo y que se viera un poco de mi frente. Namjoon y Dahee no pensaron en la posibilidad de que fuéramos a ensuciarnos, por lo que veo.
Me coloqué perfume, arregle mi cabello por segunda y última vez y salí de la casa con la mejor de las sonrisas, la cual no se borró ni por un segundo.
Claro, no hasta que llegué al lugar de encuentro y la vi, pero no venía sola.

Por supuesto, ¿cómo fui tan estúpido de olvidar a su novio, Chris?

No conocía a ese chico de nada. Cuando me enteré de que Elane tenía pareja la breve información que Taehyung me dio fue que era de Portugal, estudia Derecho en la misma universidad que ella y fue ahí donde se conocieron. También supe que comenzaron a salir poco tiempo después de nuestra ruptura, hecho que le dolió.
Pero ahora, luego del fin de semana, Elane se ha empecinado a que la acompañe a todos lados, por lo que cada vez que nos juntamos los catorce ahí está él como mosca.
Desde entonces me he dedicado a observarlo, y parece un buen tipo no voy a mentir. Es inteligente, habla varios idiomas, hizo un curso de cocina y se le da bastante bien, la última vez que nos reunimos en casa de Boram él y Seokjin se encargaron de todo y fue una delicia. Además parece entretenido y todos disfrutan su compañía.

Si, no tengo nada malo que decir del novio de la mujer que amo y es algo que me enoja de sobremanera. No tiene ni un defecto que pueda criticar o echarle en cara a Elane. Lo peor de todo —y lo que más me duele reconocer— es que ella se ve feliz a su lado, demasiado. Y estaba siendo testigo de eso.

A pesar de que él estaba ahí eso solo me desanimo un momento, pero por eso no renunciare a mi plan. Si no podía sentarme al lado de Elane, me sentaré enfrente.
Nuestras miradas se encontraron cuando lo hice, por más que estuvo evitandolo y ni siquiera me saludó cuando entré no pasé desapercibido esta vez. La saludé con un gesto de cabeza y una sonrisa que parecía ser inocente, pero ambos sabíamos las intenciones que se esconden detrás. Mientra ella me asesinaba con la mirada disimuladamente claro, pero la conozco y sé que de estar nosotros solos hubiera agarrado un cuchillo de la mesa y lo habría clavado en mi pecho.
Elane querida, no sabes lo sexy que te ves enojada y en ese hermoso vestido blanco.

Los chicos no ignoraron la situación y al ver donde había decidido colocarme sus reacciones fueron variadas. Yoora y Hoseok lanzaron los pulgares emocionados, al igual que Jungkook quien sentado a mi izquierda me palmeo la espalda sonriente. Solo ellos tres continuaban fielmente a mi lado el resto solo eran espectadores, algunos rieron con ironía otros negaron con la cabeza. Luego teníamos la pequeña Hyebin, fulminandone con la mirada e intercambiando algunas palabras acaloradas con Jungkook, esos dos no atravesaban una buena etapa.
El que también reparó de mi fue Chris que me saludó con su típica sonrisa de “todos me caen bien porque soy la persona más amable del mundo”. Pero no soy tan tonto como para no darme cuenta de su verdadera reacción, por muy simpático y tranquilo que aparentó estar note la forma en cómo apretó la mano de Elane sobre la mesa y la dejó ahí. Si intención fue clara y aunque ella no lo notó yo si lo hice.

Parece que nuestro perfecto e inmaculado Chris es un “poquito” celoso, y no lo culpo. Si yo aún tuviera a Elane a mi lado y alguien tratara de robarmela me pondría igual o directamente iría a partirle la cara. Lástima que, para su mala suerte, sin importar cuán protector fuera ella seguía queriéndome a mi.

Todos estaban bastante concentrados en la anécdota que contaba entretenida Yoora, todos menos Elane quien al parecer aún estaba molesta con ella. Me enteré por Hoseok que cuando su novia confrontó a la castaña por su ridícula idea de compromiso, la discusión fue tal que ahora ambas estaba peleadas al punto de no hablarse.

Mejor para mi, si no estaba prestando atención a la chara no tendría problema en notar lo que estaba por hacerle.

— Elane ¿me alcanzas la botella de vino, por favor?

Su cara fue un poema cuando me miró, entre confundida y sorprendida dio un saltito en su lugar al oírme, y a pesar de dudarlo hizo lo que le pedí. Tomó la botella —que Jungkook se encargó de alejar a propósito— y se dispuso a colocarla al lado de mi copa. Pero fui más rápido, antes de que el vino tocara la mesa alce la mano para tomarla yo mismo y al hacerlo nuestras manos se rozaron. Fue apenas un roce pero lo justo y necesario para que los vellos de su brazo se erizaran, alejó la mano rápidamente como si mi tacto la quemase.
Giró la cabeza enseguida temiendo que su novio nos haya visto, pero Chris estaba demasiado entretenido en la conversación al igual que el resto. Nadie se dio cuenta de lo sucedido, suspiró aliviada.

No te alegres tanto, esto recién comienza.

Mis zapatos no son difíciles de quitar por lo que no tuve que esforzarme mucho para sacarme uno con ayuda del otro pie. Por otro lado por muy larga que la mesa fuera no era muy ancha, a pesar de que mi idea era sentarme a su lado estar enfrente me resultaba aún más ventajoso, debía usar los pies pero era más discreto.
Solo era estirar un poco el pie y ya podía tocar el suyo. Volvió a sobresaltarse cuando sintió mi tacto nuevamente, sonreí con picardía. Primero lo acaricie por encima de su zapato despacio, luego subí al mismo ritmo por su pierna esta vez por debajo del vestido. Su piel caliente contrastaba con el frío de la mía y eso lo hacía todo mucho mejor. Mi pie llegaba hasta donde podía, trazaba caricias desde su tobillo hasta un poco más abajo de la rodilla. Me habría gustado llegar hasta los muslos porque es extremadamente sensible en esa zona, la cual fue mi propósito en un principio por esas razones, pero para ello debía estirarme un poco más y terminaría llamando la atención de su novio.

Por supuesto mientras todo eso pasaba no aparté la vista de Elane ni por un segundo y aunque trató de distraerse e incluso llamar la atención de Chris sin éxito, no pudo evitar mirarme también.
Yo tenía una sonrisa socarrona concentrado en lo que hacía debajo de la mesa y divertido por su expresión. Al principio se veía bastante molesta, labios fruncidos y entrecejas arrugadas. Pero con el paso de los minutos y el aumento de toques su temperatura fue en aumento también cambiando su semblante, relajadolo al igual que su cuerpo que si bien estaba tieso con las primeras caricias, correspondió a las otras y casi podía jurara que se acercó un poco para darme mejor acceso.

Pero lo mejor de todo eran sus ojos que no le permitían mentir, su mirada oscura y penetrante acompañadas por un leve rubor en sus mejillas y la manera en la que tragaba a cada rato con la respiración acelerada. Conocía esos gestos, lo estaba disfrutado tanto como yo.

— Bebé ¿estás bien?

Maldito entrometido.

💫💫💫

La segunda parte estará pronta en una horas y esta igual/más intensa que esta

xo - g

Want You Back ⚡ JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora