Mute ~KookV~

13

Al despertar, Tae se removió en la cama, sin abrir los ojos, busco a su lado tanteando la cama al contrario, se encontraba solo, así que se sentó en la cama.

La sábana que lo cubría cayó en sus piernas, dándose cuenta que se había quedado desnudo.

Se cubrió rápidamente con la sábana, fue entonces que recordó lo que había pasado la noche anterior. Sonrió al recordar tal momento con Jungkook, la manera en que le propuso casarse con el, fue sencillo, pero tan hermoso para el, con gran alegría admiro el anillo que ahora portaba, le quedaba tan hermoso y lo que significaba de alegraba el alma entera.

Escucho ruidos en la cocina, así que supuso que Jungkook estaba cocinando.

Dando pequeños saltitos, salió de la cama, poniéndose únicamente su ropa interior y su camisa de dormir sin abotonar, para después dirigirse a donde el pelinegro.

Lo vio de espaldas a la entrada, parecía estar buscando algo en la estantería, se acercó a él y lo abrazo por la espalda desnuda, ya que Jungkook portaba únicamente su pantalón.

—Buenos días amor— Jungkook se giró para verlo y atraparlo en un gran abrazo, escuchando levemente la risa del peliazul —¿Dormiste bien?—.

—Si~—.

—Me alegra cariño, mira— paso su brazo por la cintura de Tae y le señalo hacia la mesa —he preparado hotcakes, tus favoritos—.

—G-gracias~— Tae volvió su vista al pelinegro para sonreír y llenar su rostro de besos.

—Lo que sea por mi prometido— sonrió de lado.

Tae se sonrojo ante la manera en que lo había llamado Jungkook.

Prometido.

Eso había sonado tan lindo.

—Prometido— susurro con emoción.

Jungkook tomo la mano de Tae que portaba el anillo, ambos lo admiraban ensimismados, pensando en que quizá en unos meses, él portará uno igual.

Llamando esposo al hermoso chico que tenía enfrente.

Aún le parecía tan efímero el hecho de estar al lado de una persona tan especial como lo es Tae, que con esa simple sonrisa rectangular le alegraba el día entero.

Ninguna palabra era necesaria cuando se mimaban uno al otro, con caricias y besos pequeños, con miradas y sonrisas del contrario.

Desayunaron juntos para después tomar una ducha y arreglar sus cosas para salir esa tarde.

Jungkook entro a la cabaña después de haber guardado en el auto la mochila con su ropa y demás cosas, ambos ya estaban vestidos pero aún así les quedaba tiempo para salir.

Cuando cerró la puerta y levantó la mirada, vió a Tae frente a la cama, había puesto algo de música y el peliazul bailaba en leves movimientos, teniendo sus ojos cerrados se dejaba llevar por la suave melodía mientras terminaba de abotonar su camisa.

Se acercó de manera cautelosa a él, y una vez teniéndolo enfrente con Tae dándole la espalda posó sus manos en la cadera de peliazul causando un leve brinco en él.

—¿Te he asustado?— Tae con una sonrisa tímida asintió, giró levemente su cuerpo sintiendo como Jungkook lo acercaba a él, chocando su espalda con el pecho del pelinegro.

Alzó su mano hasta la mejilla de Jungkook, acercando sus rostros hasta juntar sus labios.

Las manos de Jungkook lo habían rodeado, hasta posarse en su abdomen. Lentamente se giró, besándolo nuevamente, pasando sus brazos por los hombros del más alto.

Jungkook acariciaba suavemente los labios del contrario con los suyos, adoraba besarlo, para después verlo con un leve sonrojo cada vez que se lo hacía, y está vez no fue la excepción.

Al separarse levemente, miro un tenue carmín pintado en las mejillas del peliazul. Queriendo jugar un poco con el, mordió su labio para después bajar a besar el cuello de Tae, quien soltó su suspiro por su repentina acción.

—K-kookie~— reclamo al sentir a Jungkook morder levemente su piel, sin percatarse que había dejado una marca.

Jungkook sonrió al lograr su cometido. Dejando un leve beso se separó de él.

—Vamos, que si tardamos más aquí dentro, créeme que no te dejare ir hasta mañana—.

Jungkook mordió su labio para después bajar su mano al trasero de Tae y apretar levemente, ganándose un golpe de su parte.

...

—¿Tardarán en llegar?—.

—Estamos en camino, en media hora estamos allá—.

Y hubiera Sido más temprano, si no fuera porque al cierto pelinegro se le ocurrió pasar a ver una tienda de videojuegos.

Y ambos terminaron jugando por una hora ahí dentro.

Y no iba a negarlo, a pesar de ser ambos unos adultos, aún pasaban noches de desvelo en videojuegos o películas.

—Esta bien, la sorpresa llegó, solo que falta Jin Hyung y Hobi—.

—Ok, ¿Y Yoongi?—.

—Durmiedo, según él está "reponiendo energías"—

—Ya me imagino que habrán hecho, par de pervertidos— soltó una risa, escuchando al otro lado de la línea como Jimin se quejaba.

—Jeon, no es eso... No—.

—Ajà si, bueno en un rato llegamos, adiós Jimin~— y rápidamente colgó el teléfono antes de recibir más reclamos del mayor.

Miro a su lado, Tae estaba cubriendo su sonrisa, había escuchado parte de la conversación.

Pero lo único que hizo fue mirarlo y negar ante la broma a su rubio amigo.

...

—Tae, los estábamos esperando— Jimin salió del comedor para recibirlos con un gran abrazo.

El y Yoongi estaban acomodando todo en el comedor, donde ya se encontraban los demás.

Entraron al comedor y vieron que eran los últimos en llegar, ahí ya se encontraban todos.

Jimin tomo asiento al lado de Yoongi, ya se encontraban Jin y Namjoon hyung, a su lado Hoseok con una chica pelirroja a su lado -Despues preguntaría-

Pero su respiración pareció haber parado cuando al final de la mesa miro si sus padres.

Sin poder creerlo miro a Jungkook quien solo asintió y dejó un beso en su mejilla.

Volvió la vista a sus progenitores y sin dudarlo un segundo más corrió hacia ellos, abrazó primero a su madre quien lleno de besos sus mejillas.

—M-ma~—

—Mi amor, mi pequeño TaeTae—

Sonrió y dió un último abrazo para después dirigirse a su padre, quien no pudo retener sus lágrimas al escuchar a su hijo hablar, después de tantos años, era lo que más había deseado.

4/6

Siento que es más relleno que nada, espero les haya gustado.

Estoy cansada, me hicieron ir a vender >.<

Uff, pero bueno... Gracias por leer ❤

-Akira.

Disculpen si hay algún error.