C i n c o.

2.6K 337 91
                                    

— Chinguen su puta madre.

Fue lo único que respondió México a todos los que le habían hablado, estos quedaron en silencio, algunos ofendidos, otros extrañados. El de sangre Azteca mantuvo su ceño fruncido mientras desviaba la mirada a cualquier parte con tal de no ver a ningun país, recostó su mejilla en una de sus manos haciendo de soporte y se quedo allí en silencio con una mirada verdaderamente molesta.

Algunos de los presentes se miraron entre ellos buscando respuestas a sus dudas acerca del mexicano, pero nadie tenía una idea muy clara. Decidieron dejar solo al norteamericano por un tiempo hasta que aquel mal humor se le pasará, pero se detuvieron al escuchar como la puerta principal se abría dejando ver a Argentina con una mirada seria pero relajada.

Se dirigió a México, sin que este se de cuenta se colocó detrás de este y sin previo aviso lo abrazo rodeándo el cuello del de menor estatura, quien volteó enfurecido pero ablando su mirada al ver de quién se trataba.

— Te estaba buscando, ¿donde estabas? Estuve como un boludo tratando encontrarte por media hora man, desconsiderado.

— Eh... ¿Me perdonas?

— No.

— Ow vamos. — Lo jalo con cuidado hasta hacerlo sentarse en sus piernas de una pequeña caída.— Argie, chikistrikis, narizón, Argento mio de mi corazón, ¿qué necesitas de mi?

— Que dejes de decirme asi la puta madre que te parió, y también que me ayudes en algo.— Se acomodó mejor comenzando a explicar la razón de su búsqueda.— Mis provincias dicen que quieren hablar con vos, lo cuál me hace pensar que quieren, si querés voy con vos estoy casi seguro que te van a quemar vivo ahre no, pero si. Esa manga de pelotudos son un peligro ¡ah! Eso me hace acordar ¿qué era lo que me habías...

De un momento a otro México dejo de escucharlo y simplemente se dedicó a abrazar a Argentina disfrutando del olor a dulce de leche raramente típico de él, tan sólo sonriendo y asintiendo con la cabeza sin siquiera saber que es lo que le preguntaban o decían.

Mientras que por otra parte Canada, Chile, Perú, Bolivia y Venezuela los miraban sin entender que acababa de suceder con México.

Novios. [MexArg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora