S e i s.

2.7K 317 83
                                    

— En verdad no sabes cuánto te odio... — Sonrió Argentina sintiendo como las lágrimas bajaban sin parar, mojando rápidamente sus mejillas. Chile no sabía cómo reaccionar, había querido hablar con el argentino y tener una charla amistosa, como antes, pero parecía imposible pues cada vez que intentaba, el de celeste y blanco terminaba por repetirle las mismas palabras que tanto le dolían. — Te odio como no tienes idea, maldito hijo de puta.

— A-Argentina espera, yo... — Trato de acercarse, pero el grito que dió su contrario lo detuvo a la vez que logró que se sobresaltara por el susto.

— ¡Era mi hija Chile! ¡¡Era mía!! — Lo miro a los ojos, demostrando con su mirada el fuerte rencor que sentía hacía su vecino. — ¡Pero no te importó, ni a ti ni a ese estúpido pirata...! — Hizo un puño con sus manos, sintiendo un fuerte sentimiento de vacío y odio. — Ojalá y desaparecieras...

[. . .]

— Argentina... — México suspiro, se limitó a guardar silencio.

El país más alto había llegado de forma repentina a la casa del mexicano, sin dejar que este siquiera saludarla se lanzo a abrazarlo y ocultar su rostro en el pecho ajeno. No lloro, no hablo, simplemente se quedo en esa posición aún parados, simplemente sumergidos en el silencio y el ambiente melancolico.

— Mex...

— Mande.

— ¿Crees que ella haya crecido?

— ...

— Ya sabes, ya pasaron algunos años... Quizás ya es algo alta, lo habrá sacado de mi, quizás... — Su voz se quebró de un segundo a otro. — ¿Cómo crees que esta?

— Argie...

— ¿Ella está bien? — Sintió como los brazos de México lo apretaban levemente lo cuál hizo que sus ojos nuevamente se llenen de lágrimas. — ¿E-Es feliz?

México no respondió, no tenía una respuesta pues no estaba al tanto de ello. Su corazón dolía al ver a su amado de esa forma, tan débil y triste, extrañando a quien ya no estaba y no sabía si volvería. Sufría al escuchar los sollozos de Argentina, lamentaba no poder hacer nada. Sobre todo al entender perfectamente aquella sensación, perder territorio, a alguien muy querido; tampoco pudo evitar soltar un par de lágrimas. Abrazando con un gran cariño y protección a su novio, siendo correspondido de igual forma por este.

— Espero que si.

Novios. [MexArg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora