Capítulo 4 (Final)

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Ya han pasado tres meses desde aquel día gris. Por más que trataba de regresar a mi vida normal no lo lograba. Todo el tiempo pensaba en Jinyoung, extrañaba su sonrisa cálida y su mirada llena de ternura. De vez en cuando las lagrimas salian de mis ojos. Parecía un zombie andante, era lógico que Kim y CNU se preocuparan por mí. Trataban de subirme el ánimo invitándome a salir, pero tampoco podía arruinarles a ellos la vida. Llego un momento en que decidí rechazar sus invitaciones, no era justo que los arrastrara con mi tristeza. Tan indiferente me era ya todo, que incluso las provocaciones de Baro dejaron de importarme. En mi mente solo había un recuerdo y ese era el ultimo día que vi Jinyoung. Escuchaba por los auriculares una canción que hacía que ese recuerdo fuera más fuerte.

 

“Ya no estás conmigo, ahora tú te has marchado

Decías quedarte para siempre.

Eras mi primer amor. Pero ha terminado…. aun sueño contigo.

Con una sonrisa, tú me dijiste adiós y un frio silencio nos envolvió.

Te acercaste a mí, pude sentir tu piel y ahí… me besaste otra vez

Solo en mis labios estas, solo en mis labios estas

No lo hagas porque tu calor sigue.

Solo en mis labios estas, solo en mis labios estas

Tu perfume y tu luz, fuiste muy bueno conmigo…”

Cierta ocasión, Kim me invito a salir de compras, no tenía ganas así que amablemente rechacé su invitación, sin embargo, Kim podía ser muy persuasiva y yo no tenía intención de pelear con ella. Caminamos largo rato parándonos en toda tienda que le llamara la atención. Yo miraba sin interés alguno. De regreso tomamos un atajo. La calle era angosta, poco transitada. Solo escuchaba la voz de Kim, lejana, sin mucha claridad. Algo llamo mi atención, a lo lejos vi una tienda de regalos, se veía antigua, por no decir vieja, daba un aire de melancolía. Algo mi incitaba a entrar, sin decirle nada a Kim, abrí la puerta y me tope con una hombre maduro de cabellos canos y piel algo arrugada. Recorrí la tienda de arriba abajo, tenían cosas extrañas, interesantes. Kim también veía los objetos admirada

Kim: Wow, mira Kira, tiene cosas grandiosas en esta tienda. ¿Quién iba a imaginar que tendría cosas así cuando se ve tan vieja por fuera.

Kira: Calla Kim te puede escuchar – le di un codazo ante tal comentario.

Señor: Déjala, su amiga tiene razón, la fachada es vieja, pero así me trae recuerdos.

Kira: Lo siento señor, mi amiga es muy boca-floja.

Señor: no, no, no se disculpe. Pero ¿puedo hacerle una pregunta?

Kira: claro señor

Señor: hace un rato escuche que su amiga le llamaba Kira, dígame ¿es ese su nombre?

Kira: así es señor, soy Kira, pero ¿por qué me lo pregunta?

Señor: es que ese nombre me recordó a mi sobrino Jinyoung, él tenía una novia con ese mismo nombre.

Mi corazón se encogió, sería posible tanta coincidencia? Era acaso esa la tienda del tan mencionado tío de Jinyoung. No me quede con la duda e interrogue al hombre que cada vez abria más y más sus ojos, como si tampoco pudiera creer la coincidencia. Confirme que esa era la tienda donde Jinyoung trabajaba, la curiosidad me estaba matando así que le hice una última pregunta al hombre.

Kira: Disculpe – el hombre me miro – ¿de casualidad Jinyoung sabe a dónde se fue Jinyoung?

Señor: (un tanto sorprendido) ¿no lo sabes? – vi su mirada era una mezcla de tristeza y pena – Jinyoung murió hace un mes. Él padecía una enfermedad incurable, vino aquí para recibir tratamiento.

Las piernas me temblaron, las lágrimas volvieron a aparecer, sentí una mano que detenía mi inminente caída, la mano de Kim que me miraba con una expresión de ternura y lastima. El tío de Jinyoung me acerco una silla

Kim: ¿estás bien, Kira?

Kira: ¿Cómo puedo estarlo? Jinyoung muerto, no me lo creo. Hubiera preferido que me dijera que había regresado con su familia, incluso que había encontrado a alguien más, así tendría la esperanza de poder verlo de nuevo, pero muerto, ya nunca más.

Señor: ¿Sabes? Cuando Jinyoung llego aquí conmigo se veía resignado, pensó hasta en dejar el tratamiento, pero un día volvió de un encargo totalmente diferente, su mirada era de gran felicidad, sonreía todo el día. Estuvo sin síntoma alguno por mucho tiempo, hasta los médicos se sorprendieron. Un día le pregunte qué era lo que lo había cambiado tanto y me conto sobre ti. Me conto del amor que sentía por ti y lo feliz que era a tu lado. También me dijo que le daba gracias al destino por permitirle conocer el amor antes de morir.

¿Destino? Si eso era muy de JinYoung. Al terminar su narración el señor, me levante de la silla. Le di las gracias por haberme contado un poco sobre Jinyoung y salí de la tienda, de tras de mi iba Kim.  Me pare por un momento y mire al cielo, una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro, volteé a ver a Kim y le dije: vamos a casa.

Con esa gran pena en mi corazón, tuve que volver a hacer mi vida normal, más no igual. Ahora apreciaba cada momento y cada detalle que vivía. Si bien, era verdad que dolería al saber que no lo tendría más a mi lado, también era cierto que no debía olvidar porque los instantes junto a él fueron quizás los más felices.

Volvió a pasar el tiempo, regresei a mis clases, a lo cotidiano, en la escuela nada había cambiado, ni siquiera Baro, que por alguna razón aun desconocida por mí, seguía molestando, hasta que me harte y lo enfrente.

Kira: oye Baro – casi le grite – ¿Quieres decirme de una vez que fue lo que te hice para que me trates con tal desprecio? – se quedo atónico, supongo que jamás pensó en que lo confrontaría así.

Baro: Tienes la desfachatez de preguntar, pero sí que eres tonta – sacudió su cabello, tenía una risa burlona y sus ojos expresaban odio, me asusto un poco, pero no retrocedí - ¿en verdad quieres saber? – asentí – Tu me has quitado a la persona más importante para mí. A quien yo quiero, te quiere a ti.

Kira: ¿Quién es? ¿Cual es su nombre?

Baro: CNU, eres tan tonta que ni siquiera te has fijado que a quien llamas a “amigo”, ha estado enamorado de ti desde hace mucho, así como yo de él.

La confesión de Baro me dejo perpleja, no sabía que Baro tuviera esas tendencias, fue sorpresivamente revelador aquello. Pero en cierto modo sentí un poco de pena por Baro. Además al fin comprendí el aire de tristeza de CNU el día que conoció a Jinyoung, Baro tenía razón al decirme tonta, pero ya no podía hacer nada. Me tranquilice, cerré los ojos, imágenes de Jinyoung vinieron a mi mente.

Kira: Baro, tu amas a alguien que jamás te corresponderá y yo amo a alguien que ya no existe, es penoso ¿no es cierto? Pero ¿sabes por qué? – Suspire – porque el destino lo quiso así.

Fue ahí cuando aprendí a creer en el destino, a aceptar  que ciertas cosas pasan por algo y también que uno, si se lo propone es capaz de engañar al mismo destino.

SI LLEGARON HASTA AQUI, QUE AGUANTE XD, NO ES CIERTO, MUCHAS GRACIAS POR LEER, AUNQUE NO RECIBIERA COMENTARIOS, SOY FELIZ CON EL HECHO DE COMPARTIR ESTA TIERNA HISTORIA CON USTEDES. DE NUEVO GRACIAS Y NOS ESTAMOS LEYENDO. IQUICHAN

El último beso (B1A4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora