Jimin esta casado con Jungkook, un impotente Rey Alfa. Pero todo cambia con la llegada de Hoseok, un simple plebeyo Alfa el cual es contratado como parte de la servidumbre.
Lo que le causa más curiosidad al Alfa es que Jimin no tiene marca.
- Porta...
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- ¡Hoseok!.- El nombrado entra corriendo apresuradamente hacia la habitación donde se encontraba Jimin.
- ¿Qué ocurre?.- Pequeñas gotas de sudor caen por la frente del alfa, al parecer el adorable Jimin ahora era un grano en el trasero.
- Quiero un jugo de naranja, ahora. Te doy dos minutos, el tiempo corre.- Hoseok maldice internamente y sale corriendo de ahí hacia la cocina por el maldito jugo, si le hubieran dicho que ese pequeño ángel en realidad sería un caprichoso ni de juego trabajaría ahí, pero ya no era tiempo de echarse para atrás.
Con el ceño fruncido y tirando maldiciones al aire, Hoseok sirve el jugo de naranja en un vaso fino de cristal. Lo lleva con cuidado hacia la habitación del insoportable omega y se lo entrega.
- Aquí tiene.
- Demoraste tres segundos más de lo acordado, pero esta vez la dejaré pasar.- Los puños de Hoseok se cierran con molestia pero no quita la sonrisa. Jimin le da una linda sonrisa de maldad y toma del jugo y su cara de desagrado asusta al alfa.
- No me gusta el jugo envasado, solo bebo jugo natural ¡natural!
- Lo siento... yo no lo sabia.
- Pues ahora lo sabes y de castigo tendrás que darme un masaje, estoy muy estresado.- El omega señala sus hombros y Hoseok procede a darle un masaje.
El omega disfrutaba ser caprichoso con aquel alfa, le gustaba ver sus caras de frustración aunque para Jimin esos gestos le parecían tiernos y el alfa no se daba cuenta de las verdaderas intenciones de Jimin.
El masaje que el alfa le proporciona es tan delicado que hace su cuerpo estremecer, le gustaba sentir esas suaves manos y le encantaría sentir esas manos en todo su cuerpo, en lugares donde nadie había tocado. Por que tal vez Hoseok lo ayude a salir de su tormento.
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