Capítulo 4

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Im Ji Yong no paraba de llorar, sentía que su corazón reventaria por tantas emociones y es que por más que quisiera parar de sentir aquello su mente era bombardeada por preguntas e inseguridades. ¿Tan mala amiga había sido?, ¿Porque simplemente no podía dejar de hacer tanto daño?, ¿Porque nunca nadie la había elegido a ella?, ¿Porque nisiquiera ella se podía elegir?. Quería que todo parará, quería dejar de sentir eso. Aun con el corazón roto se acercó a la ventana de su habitación, la abrió y se sentó en la orilla, las lágrimas le inundaban el rostro, miro al cielo ya era de madrugada por lo que se lograban ver las estrellas con claridad, los recuerdos la atormentaban sin piedad. Recordaba los días en los que ella se escapaba de casa y corría a la casa de su amiga, juntas creaban pillamadas con helado y películas, en ocasiones Ji le cantaba al hermano menor de su amiga para que pudiera dormir. Ellas subían con pizza o pollo frito al techo de la casa y se acostaban a mirar las estrellas, en todas esas noches ellas imaginaban un futuro juntas, donde serían roomies al entrar a la Universidad y poder estudiar juntas, desvelarse en vacaciones por ver series que amaban o por ir a alguna fiesta, salir con chicos y hablar de ellos. Graduarse juntas. Volverse adultas juntas y entonces cada quien tuviera su casa, deseaban ser vecinas para visitarse constantemente, salir a citas dobles y cuando llegará el momento cada quien formaría su familia. Pero todo eso lo harian juntas, bueno ya no. Todo se fue a la basura y claro ella no culpaba a Shi pues estaba en todo su derecho de hartarse de todo, aún así Im tuvo la esperanza de que al menos ella si se quedara con ella. Ella entendía todo eso pero ¿De que sirve entenderlo si aún así eso no la hacia sentir mejor?. Dejó que sus lágrimas flujeran, era imposible detenerlas, y es que ella desde siempre había sido una chica con demasiados problemas de autoestima, aunque no lo demostraba, ella se veía al espejo todas las mañanas y veía el reflejo de aquella chica hermosa que era, porque era consciente de ello, pero ¿De que servía esa belleza cuando todos huían de ella?, recuerda los primeros días de Instituto cuando muchos niños y niñas se habían acercado a ella para conocerla, Im Ji Yong era del tipo de persona que nunca pasaba desapercibida en ningún lado, los niños eran muy amables con ella hasta que fue la primera reunión de padres en la escuela ¿Cuál fue el problema?, fácil, su madre asistió y humilló a casi todos los padres con comentarios despectivos y miradas retadoras, las madres se aseguraron de que sus hijos se alejaran de aquella niña, pues seguramente era igual a su madre, pero no era así. La juzgaron demasiado rapido. Entonces las preguntas comenzaron ¿Qué había de mal en ella? ¿Porque nadie quería ser su amigo?, algunos niños la señalaron pero Han Shi Kyu no lo hizo, ella le tendió la mano. Su historia comenzó desde ahí. Con el tiempo Im se acostumbró al trato de los demás así como a las envidias, pues a sus padres sólo les importaba que su hija fuera la mejor en todo, crearon una niña perfecta, ella durante años fue señalada por muchos por el hecho de ser quien era, los demas la rechazaban pero jamás le importó porque Han estaba ahí para ella. Ahora que ya no estaba su todo se había caído sobre ella, haciéndola ver una realidad que había ignorado, estaba totalmente sola. Se lo merecía, ella sabía que era así, merecía cada lágrima que derramaba, lo merecía por ser tan mala amiga y tan desconciderada.

¿Hyung esa no es Ji Yong?- Taehyung señalo a la ventana donde estaba la silueta en la oscuridad de la chica quien miraba hacia el cielo, al menos a esa distancia no notaron que ella estaba llorando desconsolada. Yongui dirigió la mirada al punto donde Tae señaló.
Parece que si- dijo sin interés, pero antes de que pudiera retirar la mirada pudo ver como la chica dirigió su mirada hacia abajo y un escalofrío recorrió su cuerpo al pensar que ella estaba a punto de lanzarse al vacío. Así que por impulso se atrevió a gritar a la chica- ¡Im alejate de esa ventana!- la chica dio un saltito asustada, no había notado la presencia de aquel par que la veían con miedo- ¡Regresa a adentro por favor!- el resto del grupo al escuchar los gritos se acercaron a el par para así ver que sucedía, ahora había siete pares de ojos viendo cada movimiento de la chica.
Im iba a acatar la orden, sabía bien que un movimiento en falso le podría costar la vida, pero el sonido de la puerta siendo abierta con violencia, ya que estaba cerrada, la sacó de sus pensamientos, por el susto casi cae. La figura de Kwang se hizo presente en la habitación, el hombre en tres zancadas llegó hasta la chica, ella sintió que la sangre se le helaba al ver la expresión de furia pura que tenía el hombre.
Espera Kwang- Ella por instinto levantó las manos tratando de calmar al guardaespaldas- No iba a hacer lo que piensas- aquello era verdad pero al ver los ojos hinchados y rojos de tanto llorar además de las mejillas sonrojadas y la expresión demacrada que había adoptado en tan poco tiempo era poco creíble-Sólo quería aire fresco y...
¡Y nada!- grito el hombre desde su posición, el grupo era testigo de lo que pasaba pero no lo entendían del todo ya que a aquella distancia sólo se distinguían las siluetas, pero eso era suficiente para saber que algo estaba mal- ¡Deja de hacer estupideces como esta ya!- sus ojos la miraban con odio puro, sus fosas nasales se dilataban por la fuerza que ejercía para respirar, la quijada se le trababa de coraje, el estaba harto de cuidar a una estúpida niña que sólo sabía causar problemas, porque el siempre terminaba arreglandolos para así evitar los regaños de su jefe. - ¡Si te vas a matar hazlo de una puta vez!- grito con todo lo que sus pulmones dieron, observó a la chica quien lo miraba atónita y con los ojos bien abiertos por aquello, Kwang bufo al ver como ella bajaba la mirada y sollozaba haciendo que su cuerpo temblara por ello. Sin ningún cuidado la tomo del brazo y la jaló brutalmente hacia el interior del departamento, ella no hizo nada para defenderse, estaba cansada y rota. Dejó que la arrastrará al interior,  aunque la lastimara y sintiera que les estaba arrancando el brazo se dejó manejar como una muñeca, porque eso era ella, una muñeca que podía ser manejada por quien quisiera. Kwang la dejo sin ningun cuidado a los pies de la cama y regreso a la ventana donde la cerró con fuerza y puso el seguro, posterior salio de la habitación y transcurridos algunos minutos regreso para clavar el marco de la ventana y así Ji no pudiera abrirla más. El grupo tan solo se quedo con aquel sentimiento de duda e intriga al ver eso. ¿Qué había sido aquello?, ninguno dijo absolutamente nada pues no era de su incumbencia. Kwang al terminar se giró en dirección a la chica quien seguía en el suelo llorando sin consuelo, la tomo del mentón haciendo que lo mire- No estoy dispuesto a seguir con esto- aplicó más fuerza en su agarre clavando los dedos en el rostro de la chica- Si haces una sola cosa más, no me voy a medir- alejó su mano con brusquedad haciendo que la chica volteara el rostro, sacó su celular y busco algo al encontrarlo se lo mostró a la chica- Dame sólo una puta razón, una sola- la chica miraba atravez de las lágrimas la conversación, era el chat con su padre, en esos mensajes Kwang le informa lo sucedido con Shi, su padre le da el consentimiento de hacer lo que el quisiera con ella, le decía que la podía castigar  como el considerará necesario y correcto. La estaba entregando a manos de un extraño ¿Qué podía esperar entonces?. El hombre sólo le dedico una mirada feroz y se fue de ahí.
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