Capítulo 5

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Nelson

–Aja–segui comiendo

–¡TARAN!–salió en sostenes

Ella tenía sus senos pequeños pero lindos, con solo verlos pude imaginar la talla por eso los compre pensando en cómo le quedarían ¡Si soy un enfermo, lo se! Lo que nunca pensé era que ella me permitiese verla con ellos puestos tal y como lo imagine

Ella tenía puesto un mono azul oscuro que disimula toda su parte inferior, pero me salió con el sostén negro que él había comprado sin camisa y con el cabello suelto que pasaba sus nalgas obviamente al verla me provoco cosas indecentes, ya que nunca había notado la linda figura que tenía.

Ella era pequeñita rellenita pero admito que tenía su cuerpo, cintura pequeña ''dentro de lo que cabe'', grandes caderas, senos medianos, piernas demasiado gruesas y unas madres nalgas cosa que nunca mire, hasta ahora que no sé qué diablos me pasaba

–Te queda bien–le dije serio

–Si, lindos a mí me gustaron mucho los azules me quedan muchísimo mejor por mi color de piel

–Si, eres sumamente blanca y con ese cabello negro que te puedo decir, te luce muy bien

–Exacto, por eso–corrió y me abrazo–Gracias, eres el mejor me urgía tener unos

–De nada–me quede con la mirada perdida.

–¡Mil gracias!–me beso en la frente y subió corriendo

–¡DIOS!–me levante y me fui al lava manos–¿Qué diablos te pasa?–me lave el rostro con abundante agua–Es una niña–me repetía varias veces

–¡Nelson!–bajo y me abrazo por la espalda–¿no tienes hambre acaso?

–Si, claro Ana–me voltee y la mire.

–Entonces come bobo-me dijo riéndose-Te guarde pan con leche-abrió la nevera.

–Ok dale–me sente–Una pregunta

–dime–me miro detenidamente.

–¿tienes novio?–la miro serio

–¿Yo?–se asustó toda

–Si, tu no me mientras soy tu hermanito mayor

–Eh, bueno si–exclamo nerviosa

–¿Por qué no me comentaste nada?–alzo la ceja

–Porque te molestaría–susurro con la cara baja

–No vale normal, pero puedo aconsejarte ya que he vivido un poco más que tu ¿Quién es el niño? ¿es de tu sección?

–No es un niño, es un chamo mayor

–¿COMO ES LA VAINA?–me altere

–No te enojes, es Víctor–trato de tocarme a lo que yo me aleje

–¿Víctor? ¿Víctor? ¿Mi amigo?–pregunto con el ceño fruncido

–Si, él y yo salimos desde hace dos meses–baja la cara

–¿Te toco?–dije lleno de celos

–No, no me dejaría y lo sabes.

–Él tiene 20 no te conviene–dije muy celoso

–Se cuidarme Nelson–me miro a los ojos

–Eres mi niña no quiero que él juegue contigo, déjalo–la mire serio

–¿Estas celoso?– pregunto con las cejas fruncidas

–¿Yo? ¿Celoso? ¿Más o menos por qué? Si tú y yo no somos absolutamente nada.

Secuestrada (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora