Amanecer

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Despierto en lo que parece ser una habitación, no logro ver nada ya que todo está a oscuras, estoy muy confundida, no recuerdo nada. Una luz de enciende, cierro los ojos bruscamente al tener contacto con la luz ya que me causa molestia pero logro ver 2 siluetas, una mujer y una hombre.
-Por fin despertaste bella Mariam- susurra el hombre que aproximadamente mide no más del metro setenta, claro de color, unos ojos llamativos color azul que podrían confundirse con el mismísimo mar, bien parecido y de cejas muy gruesas.
-Buen día mi niña- dice la mujer a su lado, una mujer de igual manera alta pero no pasa del metro setenta tampoco, me parece un tanto extraño ver a una mujer como ella, blanca como la misma nieve de cabello negro, tan negro que hace resaltar su color y una persona muy atractiva.
-¿Qué es este lugar? ¿Quiénes con ustedes?- pregunté pero no recibí respuesta alguna.
-¿Debemos avisar que ya despertó?- Preguntó el hombre.
-Dilan, ¿Acaso estás loco? ¿Tú sabes que le harían si se enteran siquiera que está aquí?- Sin entender nada de lo que ambos hablaban me quedé atónita con muchísimo terror ya que las últimas palabras de esta mujer no fueron absolutamente de mi agrado.
-Te llevaremos a un lugar seguro linda, nadie te podrá hacer daño- con esas palabras los dos se acercaron a mi tapándome los ojos.
-No grites o el jefe podría matarte- no hizo falta que dijera más ¿Qué era peor ya? No tengo idea de que me pueda pasar, en ese momento alguien me inyecta algo, no puedo mantenerme ni siquiera sentada, siento cómo caigo al piso pero antes ser detenida del fuerte golpe por un fuerte brazo.
Nuevamente despierto sin tener idea de qué sucedió, pero esta vez me encuentro en una habitación con dos camas, trato de abrir la puerta pero es en vano, tiene al parecer seguro, así como las ventanas del cuarto y del baño, la habitación es algo amplía y también cuanta con un baño, dos camas todo para que dos personas pudieran estar ahí sin pasar alguna necesidad. En ese momento escuchó abrir la puerta, entra una joven no más de 18 años a la habitación, ella es alta, morena clara de cabello negro como la noche y unos ojos extremadamente hermosos.
-Vaya, Mariam ya despertaste- dice con una voz dulce
-¿Cómo sabes mi nombre?- le dije con inseguridad
-Por Dios, eres polémica en el cuartel, "la nueva inquilina que salvará a todos" dime qué se siente ser el centro de atención, ¿Algo fastidioso cierto? Sí, así son los días aquí. Por cierto mi nombre es Lía - dice con voz algo frustrada.
-No entiendo nada, nunca había estado en este lugar- le digo algo confundida
-Claro que sí, aquí hemos crecido junto a otros jóvenes y tú prima, ¿qué es lo que te pasa?- dice pensando que esto es una broma
-Lo siento pero no recuerdo nada, siento que mi cabeza explotará-
-Oh si!! Claro, como no se me acordó, es parte del nuevo cargo que ocupaste, tu tranquila pronto deben volver a ti esos recuerdos. Antes quiero que te cambies, iremos a conocer a todos ¡Muero de ganas con que conozcas a los nuevos 3 chicos! Son verdaderamente guapos- dice con un tono burlesco.
Salimos camino al comedor, por Dios es un lugar muy grande, sin duda vivirían varias personas aquí, a lo lejos veo llegar a un chico muy apuesto, cabello rubio, alto flaco y cabe resaltar que aquellos ojos que tenía eran de otro mundo, ¡verdes! Verdes como el mismísimo césped pero aún más hermosos.
-¿Mariam?- el chico corre y me abraza.
- Quítate ¿Quién eres?- le dije tratando de safarmede su agarre.
-Soy yo, Eitan ¿Qué pasa?- dice confundido
-Subió de tanto Eitan, tranquilo- dice Lia con la mayor calma posible
-Ya veo, me da gusto Mariam, las veo más tarde chicas- dice alejándose por el camino opuesto a nosotras.
Llegamos al comedor y mis ojos no pudieron creer lo que vieron, de todos mis recuerdos sólo puedo hacer memoria de un rostro, un chico esta sentado comiendo una manzana mirándome fijamente, sí es Mauricio, mi mau, siempre tan guapo como siempre con esa mirada que podría intimidar a cualquiera pero a mí simplemente hace que me derrita por el, su cabello largo casi perfecto.
- ¿MARIAM? ¡Mariammmmm eres tú!- grita el joven corriendo hacia mi, Mauricio era lo único que recordaba y al momento de verlo sentí como todo era tranquilidad, en sus brazos me sentía segura como si no necesitara nada más que no fuera el.
- Mariam- dice una voz fría pero al momento de escucharla es como simples palabras dulces por mis orejas
- ¿Tu qué haces aquí? dice Mau viendo fijamente hacia la puerta de entrada.

Sin pensarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora