4 de Febrero de 1978

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-(Megafonía)El turno a terminado, dejad todo preparado para el turno de noche.

Das un suspiro de alivio, por fin a terminado tu turno, haciendo caso omiso de la orden dada por megafonía abandonas tu puesto de trabajo y te dispones a irte. Antes de salir por la puerta algo te toca el hombro, te giras asustado y ves que es tu compañero de sección.

-¿No te abras asustado no? (Dice en tono burlón)
-¿Tu qué crees? (Respondes en una mezcla de alivio y enfado)
- Siempre igual, nos vemos mañana (afirma jocoso mientras sale por la puerta)

Tras esto esbozas una media sonrisa y también sales por la puerta, una gélida noche te acompaña en tu camino a casa.

Vas cantando con la música a todo volumen y no te das cuenta del coche que está detrás, solo te fijas en él cuando te adelanta súbitamente (parece que lleva mucha prisa... piensas) para después ver cómo poco a poco se aleja más y más de ti.

Aún quedan unos veinte minutos para llegar a casa y una cegadora luz aparece por tu retrovisor, otro coche piensas, pero antes de que termines de hacerlo dicha luz pasa por encima de tu coche y colisiona contra una pequeña pared rocosa a unas decenas de metros de ti.

Inmediatamente das un frenazo tan brusco que tu pequeño Niva se cala, sin darle importancia te bajas a investigar. La oscuridad se cierne sobre ti y apenas ves nada, te acercas cauteloso a la zona de impacto, para tu sorpresa se trata de una pequeña avioneta, al acercarte más te das cuenta de que en los restos de la cabina no hay nadie.

Perplejo, optas por volver al coche para acercarlo y gracias a luz de los faros conseguir ver algo entre la oscuridad, una vez hecho esto decides revisar los restos del panel de instrumentos y te fijas en que el contador de combustible indica que el depósito está vacío.
Comienzas a inquietarte, no hay tripulación, ni hay combustible y para colmo en los restos de la cola no ves ningún número de identificación. Decides mirar en la pequeña zona de carga y perplejo descubres que hay una pequeña caja de madera.

Sin dudarlo la coges. Justo entonces escuchas un coche detenerse al lado del tuyo, dos hombres vestidos con gabardinas, sombreros y máscaras de gas se bajan cautelosos de él y comienzan a acercarse, uno de ellos saca su pistola, asustado, sales corriendo con la caja bajo el brazo y con cuidado de no hacer ruido te escondes tras unas rocas a una distancia prudencial. Los hombres comienzan a buscar alterados algo entre los restos de la avioneta¿estarán buscando la caja? piensas, sea lo que sea lo que contenga tiene que ser importante. Observas que mientras uno de ellos sigue buscando entre los restos del aparato, el otro comienza a buscar concienzudamente al propietario del otro coche, ósea a tí.

Por seguridad decides esconderte más aún y esperar a que se marchen, tras 20 minutos, el sonido de 2 puertas cerrandose seguidas de un acelerón te indica que se han ido, eso sí, no sin antes prender fuego a los restos del avión y pinchar las ruedas de tu coche. Una vez totalmente seguro de que se han ido, sales de tu escondite y te diriges raudo a tu coche, te montas y poco a poco ya que no puedes correr llegas a tu casa, las llantas de tu Niva están destrozadas.

Colocas con sumo cuidado la caja sobre la mesa de tu salón y te preparas mentalmente para abrirla, ¿Qué habrá dentro? Te preguntas.

La caja de maderaWhere stories live. Discover now