Las elecciones

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Espera estaba lista para empezar la mañana cuando inició el televisor mientras estaba la programación en directo de los informativos del canal sur.
—Hoy es el día de las elecciones y mucha gente se ha levantado pronto para botar los primeros—decía la presentadora del programa.
—¡Mi puta madre, que son hoy las elecciones!—exclamo alterada Espera.
Se tomó su té con Monster y Red Bull con sacarina y ron. Mientras salía de casa el chico del periódico pasaba por esa zona lanzando la prensa de ese día dándole en la cabeza a Espera provocándole un traumatismo craneal de vigésimo grado.
—La ostia vaya tortazo, puto periódico, ¡si estáis más muertos que mis relaciones sexuales!
De camino al trabajo Espera observó toda la gente que estaba dispuesta a botar sin conocimiento alguno de que sus votos no influían en nada.
—Jajakajaajajajajaajajajajjajaj. Menudos anormales, piensan que tienen voz y voto.
Cuando Espera cruzó la puerta para empezar a trabajar se dió cuenta de que algo había cambiado, derrepente los cuerpos y cuerpos del Estado eran los dueños de aquel lugar. Cuando se metió en la sala de los diputados observó una figura que se encontraba en el centro de la sala. Una vez que todo el mundo entro en el Parlamento se cerraron las puertas y el sujeto situado en el centro de aquella enorme sala empezó a hablar.
—Creo que todos aquí me conocéis—en este momento la persona se giró y mostró su rostro al mundo, ¡Era Francisco Franco Bahamonde!—Muajajajajaaj, esto si que es un giro de guíon inesperado.

LAS AVENTURAS POLÍTICASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora