CAPÍTULO 7

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Al estar la puerta abierta de par en par estaba mi mayor temor frente a mi, mi padre y ese hombre, todos platicaban y mi abuela veía con desconfianza al pelirrojo tigre.

— Cariño, e vuelto a casa, no es increíble, podremos volver a nuestra casa, todos, junto a tus hermanos y tu madre — Mire a mi abuela sobre el hombro de mi padre, ella solo me vio con tristeza.

— No, yo no quiero irme de aquí, quiero quedarme con mi abuela — El solo suspiro y le sacudió un poco de los hombros.

— Mira, Tetsuya, ya han molestado demasiado a tu abuela, demasiado, así que volveremos a casa sin ninguna queja — No dije nada y mi abuela hablo de rato.

— A mi no me molesta mi nieto, de hecho, podría quedarse todo el tiempo que quiera así no me dejaría sola — Tuve esperanza de que mi padre cediera a esa frase pero no dijo nada, sacudió la cabeza y se volteo a ver a mi abuelita.

— Suegra, no quiero que Tetsuya sea un molestia, usted necesita paz... — Rápidamente interrumpió ella su habla.

— Mi nieto no sabe dar guerra, es muy pacífico y a mi me encantaría que se quedara en casa — A el no le pareció las palabras de mi abuela.

— Dije que nos íbamos, es mi última palabra — El salio por la puerta junto a ese estúpido pelirrojo, mi abuela me miro a los ojos con claras intenciones de disculparse pero yo sacudi la cabeza para decirle que le agradecía mucho que me apoyara.

Nos dio una semana para recoger nuestras cosas, en esa semana mantenía informado a mi adorado novio sobre todo, la mudanza, la nueva dirección ya que cuando intente suicidarme mi madre no quiso volver a esa casa, según ella del infierno, dentro de dos semanas mas nos instalamos nuevamente en una casa un mas grande, aun mas fría, mi recamara quedó justo al final, incluía un bello balcón donde yo puse flores y plata para que dieran luz, tras una maceta escondí bien una cuerda lo suficientemente fuerte para que Kazunari no cayera redondito al piso, mordí mi labio esperando esa misma noche a mi adorado azabache, este lazo una piedra a la ventana del balcón, me faltaron alas para arrojarle la cuerda, una vez dentro me vio pícaro, se abalanzó a darme un beso lujurioso y algo brusco, no me queje cuando me mordió el labio inferior para que abriera bien la boca, me giró la cara hacia el espejo de cuerpo completo que tenia en mi recamara, pose una mano en el espejo al ver mi cara roja, me avergonzaba mucho ver como me ponía de rojo y en mis ojos se acumulaban lágrimas de lujuria.

— Mírate cariño, no puede existir ser mas perfecto que tu — Trague saliva al ver como me mordía el oído sacando un pequeño gemido.

Cerré mis ojos con algo de pena.

— No, no cariño, si cierras los ojos tendré que castigarte, estas siendo un niño muy malo, ¿que paso con mi niño obediente? — Abrí un poco los ojos encontrándome con su mirada gris posada en mi.

Pasó su mano fría por debajo de mi camisa haciendo que me estremezca, empezó a jugar con mi cuerpo mientras yo le di la libertad de hacer conmigo lo que quisiera, mordió mis labios y nos basamos hasta que nos quedamos sin aire, jadee cuando adentro su mano adentro de mi pantalón de pijama, todo lo hacia mientras yo me moría de la vergüenza al ver mi reflejo rojo en el espejo, esto me parecía tan incorrecto pero a la ves tan emocionante, tanto me quede divagando en mis pensamientos que no me di cuenta cuando el me miraba con una sonrisa traviesa plasmada en sus labios, pasamos toda la noche acallando gemidos y jadeos, cuando menos me di cuanta ya eran las tres de la madrugada y nosotros aun seguíamos sin tener sueño.

- Tetsuya eres lo que yo mas amo - Me apegue mas a su pecho y me quede observando su abdomen el cual subia y bajaba a un ritmo tranquilo, su cuerpo me brindaba un calor agradable que me hizo cerrar mis ojos disfrutando de los pequeños trazos invisibles que daba por mi espalda y el sonido de los grillos acompañado por su respiración tranquila, poco a poco me sumó en la inconsciencia del cansancio de esa noche.







Desperté estirandome cuan largo era,  al incorporando me en la cama me di cuenta que el ya no estaba en la cama a mi lado, pero si una nota que decía que me amaba y que la próxima vez que durmieramos juntos un anillo reposaría en mi dedo y despertariamos juntos y completamente casados,  patalee de felicidad de tan solo leer esas líneas que me subieron el calor a la cara mostrando un expresión avergonzada.

Pero mi felicidad fue interrumpida por toques en mi puerta y una voz algo gruesa.

— ¿Tetsu?, baja, el desayuno esta listo, queremos comer en familia, ¿puedo pasar? — El tomo la perilla de la puerta pero antes respondí con un grito apresurado.

— NO,  espera un poco — Me levante como alma que lleva el diablo y ordene un poco la habitación que parecía como si dos gatos hubieran desecho la habitación, me puse el piyama que estaba regado por toda la habitación, cuando me detuve a ponerme la camisa de piyama un olor conocido desprendió de esta y me clave en el olor.

«Kazunari», pero mi felicidad no duró porque volvieron a tocar la puerta,  esta vez la voz de Seijuro me saco de mi agradable burbuja de paz, salte a la cama después de ponerme la playera y me tape hasta la nariz.

Cuando los deje pasar ellos me vieron raro.

— ¿Que tanto hacías? — Seijuro me vio con tranquilidad y se sentó a un lado de mis piernas.

Pero sentí como alguien me elevaba a una altura considerable del piso, iba a voltear pero algo hizo que me estremeciera, mi hermano lila empezó a olfatear mi cuello abriéndose en este con mucha insistencia, un carraspeo hizo que mi hermano se detuviera y yo suspirara de alivio.

Shintaro me arrebató de los brazos de mi posesivo y gigante hermano y se encamino escaleras abajo conmigo en sus brazos, una vez llegamos al comedor me deposito con suavidad en una silla y me quede viendo a mi padre que leía el periódico y bebía café con tranquilidad.

— Buenos días cariño — Mi madre acaricio mi mejilla con dulzura y me dio un beso en la misma.

— Buenos días corazón — Dijo mi padre viéndome, alce una ceja con algo de duda.

— Buenos días — Me removí un tanto inquieto por lo raro que se me hacia la escena, hacia ya tiempo que no me sentaba a desayunar con todos, solo eramos mi abuela y yo.

Me comí la mitad de todo lo que sirvieron, cada vez que terminaba una porción que yo consideraba perfecta ellos me servían mas y mas y mas, casi vomito al ver la pila pan queques que me sirvieron, al final termine tumbado en el sillón tumbado de no devolver la comida.

— Chicos, vayan a alistarse,  iremos a un paseo familiar — Todos gritaron de la emoción menso Shintaro y Seijuro que solo sonrieron, yo y tenia planes con Kazu, me quede viendo el techo, tengo que planear una estrategia rápida.















Bueno les dejo este capitulo, es muy corto pero,  entre en estrés, me enferme por lo mismo, tuve una semana de exámenes una de guías y luego esta que esta por terminar es de finales para terminar mi cuatrimestre, pero eso no es lo importante,  espero que les guste y uno y mil millones de perdones por tardar tanto en actualizar.

Cuidense mucho, gracias por votar por la historia, por tomarse la molestia de esperar a esta tardera, por soportar las notas finales, sorry.

Por cierto esta historia ya llegó a mil y pico de vistas, MUCHAS GRACIAS A TODOS, POR SU APOYO.

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¡MUCHÍSIMAS GRACIAS DE TODO CORAZÓN!

TOW HEARTS, ONE HEARTBEAT. (Reescribiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora