CAPÍTULO VIII

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La forma rápida en que la mente del joven trabajaba para poder quedarse en casa era abrumadora, le dolía la cabeza y no se había movido ni un centímetro de donde había caído.

- ¿te encuentras bien cariño? - Este alzo la visita hacia su progenitora quien lo vio con preocupación, de inmediato una idea se formo en su cabeza.

- Es un dolor de cabeza - Coloco con cuidado una mano sobre su frente y se quedo así.

- Deberíamos quedarnos, si estas así no podremos salir - Ellas se quedo pensando.

- No hace falta, vayan ustedes, yo estaré bien, dormire y se me pasara, pueden enviarme fotos y yo a ustedes - Batió las pestañas y la vio con cara de cachorro abandonado a plena calle, ella suspiro llamo a el señor de la casa y sus cómplices, trato de persuadirlos y meterle discurso a todo lo que podía y al final terminaron accediendo no tan convencidos, el mismo se despidió de ellos y desde el carro el padre vio no tan contento de que me quedara mas sin embargo el se sentía muy contento por dentro.

- Por cierto cariño - El lo miro "tierno" - Taiga vendrá a cuidarte, ¿No es maravilloso?, así podrán conocerse mejor antes de la boda, - Y la sonrisa se deformo asta no quedar lo que debía ser.

Al arrancar el auto corrió lo más rápido que puedo y se evento a la cama, marcó el número que ya se sabía de memoria y esperó a que contestara.

- Si diga - Aquella voy hizo que su corazón diera un vuelco enorme y la felicidad y una corriente eléctrica se apoderara completamente de su ser.

- Kazu, necesito que vengas a casa, Taiga estará en casa y no me fió nada de el, tengo miedo de que algo pueda pasar - Tragó saliva esperando una respuesta que no tardo ni medio segundo pero para el joven fue una eternidad el volver a escuchar esa voz que sin duda le transmitía tranquilidad y un profundo amor.

- Ahora mismo voy, si el llega encierrate en tu habitación hasta que llegue, no tardo amor, ya casi estoy contigo - El joven suspiro de felicidad y dio un ruidito de conformidad.

Se acostó en la cama y se acurrucó del lado donde siempre dormía su amado, y aspiro el vago olor que aún predominaba en las sabanas.























Nunca se dio cuenta cuando se durmió pero cuando despertó escucho el timbre que sonaba insistente, salto de la cama pensando que era Kazunari, paro en el genkan para ponerse rápido unos zapatos y cruzo casi a zancadas el jardín delantero una vez en la puerta se acomodo la ropa para verse bien y abrió la puerta.

Al ver tras la puerta encontró a quien no quería, al pelirrojo odioso.

- Hola mi vida, que hermoso te vez en pijama - Se agacho para darle un beso al joven pero en vez de encontrar los dulces labios o la piel suave se dio un golpe en la nariz al chocar con la pared.

- Pero que... - Cuando quiso ver el joven ya se estaba quitando los zapatos con una cara para nada feliz.

- ¡Oye!, no dejes hablando a tu prometido solo, yo aquí soy el hombre y harás lo que yo te diga, ¡Dame un beso! - El menor alzó una ceja en repuesta a lo dicho por el mas alto.

- No - Con eso subió las escaleras aprovechando el pequeño estado de Shock en el que había quedado el pelirrojo.

Se encerró en el cuarto con seguro, haciendo lo que su querido novio y único amor dijo, esperaría paciente a que el azabache llegara.

"No tardo amor"

Aquellas palabras las había sentido con tanto amor, sabía que su amor no tardaría, el lo había dicho.

TOW HEARTS, ONE HEARTBEAT. (Reescribiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora