6- Jugar

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Nos acostamos en el sofá aun besándonos. Alba quedando encima de mí, mientras sonreía entre cada beso, cuando nuestros labios se separaban y reanudaban.

Sus manos hicieron un camino de caricias a través de mi cuello, hasta pasarlas por debajo de él. Ahora, mi cabeza estaba apoyada entre sus brazos mientras nuestras lenguas seguían acariciándose y de vez en cuando dando pequeñas mordiditas a nuestros labios. No lo puedo negar, estaba disfrutando mucho del beso y el alcohol no me ayudaba de ninguna manera a controlarme. Además, si le sumamos el hecho de que Alba besa demasiado bien. Yo a estas alturas ya estaba lejos de poder detener lo que estaba sucediendo.

Decididamente llevé mis manos hacia su espalda, acariciándola lentamente a través de su ropa hasta llegar al inicio de sus nalgas, donde me quedé por un momento. Abrí los ojos para ver a Alba y estaba con los ojos cerrados, al parecer bastante sumida en el beso. De inmediato recuerdos de lo que había ocurrido esta mañana vinieron a mi mente - Alba con los ojos cerrados, acariciándose el abdomen, amasándose ambos senos, su boca ligeramente abierta, casi desnuda y el cuerpo brillante. Fue demasiado........

Perdí el control y mis manos fueron a dar a sus nalgas, las cuales rodeé con las palmas bien abiertas y apreté fuertemente. Alba soltó un gran gemido en mi boca y jadeó, al parecer excitada. Casi de inmediato, apretó más sus brazos alrededor de mi cuello y empezó a apretar mucho más su cuerpo contra el mío.
Seguí acariciando y pellizcando sus nalgas por unos
cuantos minutos más, hasta que una de mis manos caminó debajo de su blusa, sintiendo su piel suave. Subí mi mano por su columna vertebral lentamente hasta sentir la tela de su sujetador. Empecé a tratar de desabrocharlo y casi de repente, Alba se alejó de mis labios, saco sus brazos de mi cuello y se apoyó con sus manos sobre el sofá, mirándome fijamente sin ninguna expresión en su rostro. Sus ojos tenían un fuerte brillo y su mirada era casi inexplicable.
Unos segundos después, en su cara se hizo una gran sonrisa. Se inclinó hacia atrás de manera que quedo sentada sobre mis caderas con sus muslos apretándome a cada lado.

"¿Qué pasa?" Pregunté. Se inclinó de nuevo y puso su rostro sobre el hueco de mi cuello donde sentí su aliento caliente. Después mordió suavemente, lamió y picoteó. "¿Qué pasa?" Pregunté nuevamente "¿Acaso, no es lo que quieres?".

"Si" Respondió "Si, es lo que quiero" Se inclinó nuevamente y apoyo su barbilla en la mía "Pero no ahora " Sonrió "No así"

"No así. ¿A qué te refieres?" Ni siquiera sabía porque le preguntaba eso. Lo ideal sería que la empujara, la noqueara y corriera. Pero no lo hice. ¿Tal vez porque.. estaba excitada hasta el infierno?

"Me refiero a que, ese paso lo daremos cuando yo sea tu novia y no estes ebria" Sonrió y trazó la forma de mis labios con su dedo índice.

"Por qué estás tan segura de que serás mi novia?" Pregunté sonriendo. Si, definitivamente era el alcohol.

"Porque lo que quiero, lo consigo" Soltó una risita "Y tú eres lo que quiero"

"Tú sabes que tengo novia, no? Y la amo" De eso no tengo duda.

"Eso no será por mucho tiempo" Picoteó mis labios "Te lo aseguro" Me guiño un ojo. Acaso podía responder a eso? Esta chica sí que era decidida.

Sonrió, me besó de nuevo y susurró cerca de mis labios.
"Ahora, deja de balbucear tonterías porque voy a jugar un poco. Espérame aquí." Se levantó de mí y salió corriendo no sé a dónde.

Traté de levantarme del sofá para escaparme a mi habitación pero la cabeza me dio un vuelco y me mareé. Empecé a ver negro y tuve que sostenerme contra el brazo del sofá unos segundos, hasta que se me pasara el efecto.
En ese instante llegó Alba.

"Hey, que haces?. Acuéstate" Me empujó suavemente de los hombros y volví a caer de nuevo al sofá. "¿Que tienes?"

"Nada. Solo me voy a mi habitación "Traté de levantarme de nuevo. Pero de igual manera, me sostuvo de los hombros y no me dejó hacerlo.

"No te iras a ninguna parte. Ya te dije que quiero jugar "Se subió al sofá sentándose nuevamente con los muslos a cada lado de mis caderas y me apretó fuertemente. Ni siquiera pude protestar, estaba tan mareada. "Mira lo que traje" En sus manos traía lo que parecía un frasco de chocolate. Así que fue a la cocina!

"Alba, por favor, ya fue suficiente" Gemí enojada.

"Nunca va a ser suficiente, Nat" Apretó más su agarre en mí y empezó a destapar el frasco de chocolate. "Los besos son mejor si saben a dulce" quitó la tapa y la lanzó quien sabe a dónde "Aunque los tuyos me gustan como sea" Rió picara y se inclinó de nuevo hacia mí, recostando sus senos sobre los míos. Mierda! sentí sus pezones erectos.

Echó un poco de chocolate en uno de sus dedos y lo paso por mis labios, untándolos completamente. Se inclinó hacia mi boca y empezó a lamerme. Echaba más y más chocolate mientras seguía lamiendo. En este momento yo era un roca, sin ninguna movilidad.

Luego echó el chocolate directamente en mi labio inferior roto y empezó a trabajar en él, pero esta vez, mirándome directamente a los ojos. Me podía mover? No. Me quería mover? Tampoco. La verdad es que esto me tenía encendida como loca.
Al cabo de un rato dejo mis labios. "Te está gustando el juego?" Ni siquiera respondí. Parece que me hubiera tragado la lengua "Lo tomaré como un sí"

Entonces, sentí el líquido en mi garganta y después a Alba chupando allí, como si su vida dependiera de ello. Fuertes gemidos salían de mi boca. Alba estaba haciendo un trabajo exquisito en mi garganta, alternaba entre morder y chupar por donde regaba el chocolate.

Al cabo de unos minutos más tarde, se detuvo muy sonriente.
"Veo que estas disfrutándolo ¿Quieres hacerlo tú?" Se inclinó de nuevo hacia atrás. Y de la nada se quitó la camisa y la puso sobre el espaldar del sofá ¡Oh mi Dios! Su sujetador era rosa y se le notaban los pezones a través de la tela.

Soltó una risita y comenzó a llevar sus manos hacia atrás y como si Dios me odiara, su sujetador fue cayendo casi en cámara lenta. Mierda!

Esos mismos senos que había visto desde mi ventana y cuando entró a mi cuarto ahora estaban frente a mí. Uff Dios. Tenía los pezones rosaditos y se veían duros como rocas. Me empapé, fue inevitable... completamente
"Te gustan Nat" Sonrió. Trague saliva, totalmente incrédula y mis ojos estaban abiertos como platos. Si lo anterior me había traumado. Esto era el fin de mi vida. " Son solo tuyos" Llevó las manos hasta sus senos y empezó a amasarlos delante de mí, abrió los dedos y se apretaba los pezones entre ellos. Podía ver las marcas rojas que le quedaban cada vez que se acariciaba y los apretaba.

Los dedos de mis manos me picaban, estaba segura de que no iba a aguantar mucho y me iba a lanzar sobre esos preciosos y perfectos senos. Y como si no fuera ya suficiente para mí, cogió el frasco de chocolate y se lo untó en su pezón izquierdo. Yo solo veía como el chocolate tapaba su botón rosado, que ahora, era un botón lleno de chocolate. Listo para que yo lo probara.

"Éste" Señalo su pezón, apretándose el seno "Es para que lo pruebes. Si necesita más chocolate, no dudes en decírmelo" Sonrió y empezó a inclinar su pecho hacia mi rostro. ¿Esto era real?. Cerré los ojos lista para probar ese pezón de chocolate. Pero de repente, escuchamos el motor de un auto que nos sacó de nuestro momento. Alba se detuvo pero no se bajó de mí.

El motor dejó de sonar y lo siguiente que oímos, fue la cerradura de la puerta principal tratando de abrirse...

¡Natalia, serás mi novia! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora