Prólogo

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- ¡Teniente! - gritó un azabache con desesperación al tiempo que abrazaba las piernas de la rubia. Ésta sin embargo le observaba estupefacta, con los ojos abiertos como platos - No me quiero casar con ella - volvió a hablar Roy que en esta ocasión le soltó las piernas y se levantó para tomarla de los hombros. Riza seguía sin entender y tras unos momentos en silencio observó cómo el azabache se arrodillaba frente a ella y sacaba una pequeña caja que contenía un anillo - Cásate conmigo hasta que todo este lío haya pasado - el nerviosismo se le notaba en la cara al pelinegro y a pesar de que la rubia estaba al tanto de toda la situación ésto realmente le había tomado por sorpresa. tras parpadear un par de veces más, la rubia tragó un poco de saliva y con una sonrisa al tiempo que extendía la mano hacia él respondió - Acepto - las personas al rededor no entendían muy bien pero al ver como el joven colocaba el anillo en la mano de la chica empezaron a aplaudir y animar el lugar.
Realmente no se esperaban lo que se avecina con aquello...

*Un día "normal"*

Sin perder los buenos hábitos, la puerta de la oficina del coronel se abría fuertemente dejando ver a una rubia con el ceño levemente fruncido.  - Todos sabemos que significa esto - murmuraban algunos cerca de la escena - ¿Le fue infiel a la teniente? - preguntaban otros entre ellos -pobre Roy- murmuró Havoc hacia Black Hayate que se encontraba sentado junto a él. Los murmullos estaban  haciendo más y más grande la intriga hasta que la voz femenina bien conocida y sería dejo a todo mundo en blanco y en silencio - ¿Hay algo en que les pueda ayudar? - su mirada fría heló a todos los restantes después del silencio (muchos huyeron al sentir que algo pasaría) a lo cual todo mundo allí presente tragó saliva y se fue rápidamente del lugar - La teniente da miedo cuando se enoja - decían unos mientras se abrazaban y sentían el aura sombría que emitía la nombrada; entre ellos, Havoc huía del lugar con el pobre Hayate. Dentro de la habitación se encontraba el Coronel con su típica y nerviosa sonrisa, sabiendo que no sería nada bueno lo que se avecinaba. La rubia entro y la puerta se cerró tras de ella; su seriedad hizo tragar saliva al Coronel.
- Coronel Mustang-  Habló con total tranquilidad la Teniente mientras lo observaba - Dígame, Teniente Hawkeye - le respondió con igual tranquilidad al tiempo que apuntaba a un asiento para que ella lo tomaste y pudieran hablar con comodidad. La rubia permaneció de pie un poco más y al cabo de unos segundos caminó hasta el asiento y lo tomó - Como sabrá usted - empezó la rubia - El cuartel ha empezado a recibir nuevos candidatos a alquimistas estatales y también aunque dudo que lo sepa - dijo haciendo un además con una sonrisa algo burlona cosa que hizo que el pelinegro ladeara la cabeza  - Felicidades Coronel - fue lo último que dijo la rubia antes de levantarse de la silla y salir rápidamente y en silencio de la habitación hasta que la puerta sonó, dejando a un coronel confundido y bastante extrañado.

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¡Bienvenidos a esta nueva historia! En donde encontrarás algo con de todo incluido ¡Espero que la disfruten!


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