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Ésta sería la definitiva, esta vez lograría que su TaeHyung hyung se fijara en él.

JungKook corrió a su espejo a observarse por última vez, revisando que todo se encontrara en su lugar, pasó una mano por sus cabellos e intentó alisar su camisa azul —la cual sólo utilizaba en ocasiones especiales— con la otra. Ya estaba listo.

Esperaba que no se notará mucho que no había dormido la noche anterior por la emoción.

Rápidamente salió de casa y tomó un autobús que lo dejaría cerca de la cafetería en donde se habían conocido. No es que hiciera mucho calor, pero aún así se mantuvo limpiando el sudor de sus manos en su pantalón durante todo el trayecto.

Al bajar, hizo una rápida parada en un puesto de flores para comprar un ramo, y, aunque el vendedor le explicó el significado de varias, el pelinegro se encontraba demasiado nervioso como para prestar atención, por lo que terminó comprando las primeras rojas que vio.

«¡Vamos, JungKook, tú puedes!», el pelinegro podía sentir su corazón latiendo desbocadamente debido a los nervios mientras caminaba hacia el lugar, incluso se tropezó con sus propios pies un par de veces. «¡Claro que puedo!»

Unas calles más tarde finalmente llegó, tomando una larga respiración antes de adentrarse.

Contrario a lo que esperaba, la cafetería se encontraba un poco vacía, provocándole un dejavú el encontrar a TaeHyung jugando con un vaso de agua, justo lo que había estado haciendo cuando lo conoció. Avanzó hasta la mesa y tomó asiento, causando que el mayor lo mirara y formara una sonrisa.

—Hola, hyung, perdón por tardar.

—No te preocupes, yo también acabo de llegar.

JungKook acercó las flores por encima de la mesa —Son para tí.

—Oh, ¡Muchas gracias! —el castaño sonrió, sintiéndose un poco desconcertado al sentir latir su corazón más rápido de lo normal, colocándolas a un lado suyo —, son muy lindas.

Luego de algunas pláticas y de haber terminado de comer el helado que habían ordenado, JungKook sintió que era el momento, por lo que dejó de lado la servilleta que traía entre sus manos.

—TaeHyung hyung, tengo algo que decirte.

El mayor levantó sus cejas y lo observó fijamente, curioso —¿Es algo malo? ¿O por qué de repente estás tan serio? —dijo con tono juguetón.

—Yo. . . —el pelinegro tragó saliva y rascó su cabeza, sintiendo repentinamente mucho calor a pesar de que en el lugar el aire acondicionado siempre se encontraba encendido, a la vez que su corazón comenzaba a latir bruscamente —y-yo- me. . . Me gustas.

La expresión en blanco que TaeHyung le dedicó no hizo más que empeorar sus nervios, ¿Sería una buena idea salir corriendo ahora?

—Ah, estás jugando, ¿Cierto? —el castaño rió falsamente. De repente, el ambiente podía ser cortado con un cuchillo —, no bromees así, casi lo creo.

Los ojos de JungKook se abrieron más de lo que ya estaban —No, no, hyung, hablo en serio. Desde que te conocí me pareciste muy lindo.

—P-pero a mí me gusta HoSeok, y tú lo sabes —el mayor frunció el ceño. Lucía tan confundido.

JungKook tragó saliva —Aún así me gustas, y mucho —«por favor, por favor» el pelinegro rogaba a todos los dioses que no lo rechazara —. Yo sé que soy menor porque me lo has dicho muchas veces, y tal vez no soy lo que buscas, pero podemos hacer funcionar esto, así que, ¿Puedes darme una oportunidad, por fa-?

TaeHyung dejó dinero sobre la mesa y se levantó bruscamente, tomando el ramo de flores y entregándoselo al menor.

—Lo siento.

Pequeñas gotas de agua se deslizaron por las mejillas de JungKook mientras observaba al mayor salir del lugar y alejarse corriendo.

Real Man ಃ [VKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora