Me habian trasladado a otro lugar, esta nueva carcel estaba más fria y olia un poco a animal muerto. Recuerdo llorar inconsolable por horas, de vez en cuando alguno de los hombres llegaba a ese lugar para divertirse conmigo, Sophia siempre los acompañaba, ¡era una sínica! ella siempre los alentaba a golpearme y eyacular encima de mi, ellos siempre la obedecieron.
No puedo evitar llorar mientras cuento esto, nunca creí que unirme a una banda me guiaría a este camino de tortura. No sabia si alguien estaría buscándome o si estos psicópatas se sentirían culpables. Nunca pude tratar de escapar, mi pies estaba en cemento y me dolían horriblemente, ya me habia resignado a morir, de todas formas, en cada violación y en cada maltrato fui muriendo poco a poco, mi corazón aun latía pero mi vida ya se había ido.
Mi cuerpo estaba sucio, yo me sentía sucia. Estaba inmobil, dolorida, por primera vez en mi vida anhelaba el suicidio, golpeaba mi cabeza repetidas veces contra el piso en un desesperado pero inutil intento de matarme. Me lastime mucho y al no saber que más hacer, solo me ponia a llorar.
Cada vez que entraban a la habitación donde me encontraba, cierta parte de mi se alegraba, pensaba que por fin me matarían y terminarían con mi sufrimiento, pero eso no pasaba, entraban y hacían lo que querían conmigo, a veces era un solo chico pero en otras ocasiones, Sophia llevaba amigos.
Yo anhelaba tanto la muerte, pensaba que aun si saliera de eso, yo no podría seguir con mi vida. Tenia miedo.
No se cuanto tiempo paso desde que me encerraron ahí, sólo se que fue mucho tiempo, mi cuerpo se sentía pegajoso y me daba repulsión mi propio olor. Cuando por fin parecía que me matarían me agarraron a rastras y me subieron de nuevo a un vehículo, esta vez eran más personas y todas se burlaban de mi; me quitaron finalmente la venda de mis ojos y pude verlos a todos, eran hombres desagradables, sucios y me miraban lamiendose los labios, Sophia se puso de cunclillas frente a mi y me pidió que cantara para todos esos cerdos. Yo me negué.
Ella me golpeó y me agarró apretandome las mejillas pidiéndome que cantara nuevamente, me amenazo diciéndome que si no lo hacia todos me violarían al mismo tiempo, eran cuatro hombres en total. No me quedó de otra que obedecer.
Me pidieron que cantara una canción con una letra muy sexual, mientras iba cantando me aguantaba el llanto porque veían que aquellos cerdos se excitaban, me sentí tan aterrada, me habian quitado la venda y durante toda la canción pude verlos a las caras.
Obviamente, lo que iba a pasar, pasó. Entre todos disidieron violarme, apretaron mis mejillas mientras me obligaban a seguir cantando, cuatro hombres se divirtieron conmigo y Sophia me veía, ella disfrutaba de todo el daño físico y psicológico que me habían hecho en ese momento.
Obviare el como ocurrió todo durante esa escena asquerosa, no quiero recordarlo ya. Cuando ellos terminaron, me dejaron ahí en el suelo del auto mientras contemplaban la obra de arte repulsiva en la que me habian convertido, duraron mucho tiempo viendome llorar, ellos habian dejado de reír, y yo sabia porque. Uno de ellos fue al asiento del conductor, encendió el auto y aceleró.
Sophia se acercó a mi y me susurró al oído, "¿Lista?".
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El Diario De Diana
AléatoireDiana narra en su diario las extrañas cosas que pasaron en su vida por casi un mes desde que se hizo, supuestamente, dueña de un teatro, poco a poco se fue desencadenando un tormento liderado por un chica que le guardaba un absurdo rencor por algo o...