Capítulo I

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Otro azote se incrustó en su espalda mientras lágrimas caían por sus ojos y rogaba que parara pero sus súplicas no fueron escuchadas hasta después de 15 azotes más, con la espalda sangrando y sus ojos hinchados se quedó de rodillas mientras lo dejaban solo pues su atacante ya se había retirado...

- por qué a mi? - sollozo nuevamente en silencio para no molestar y no recibir otros azotes o golpes -

Después de una hora se quedó dormido pero la felicidad de sus sueños no duraron mucho pues a la media hora de quedarse dormido se despertó sobresaltado al sentir como el agua fría bañaba su cuerpo...

- es hora de comer - gruñó el mayor - te quiero en cinco minutos en la mesa, entendiste? - el menor asintió asustado - muy bien pequeño estorbo vas aprendiendo - se marchó con una ladina sonrisa -

Bajo a comer en total silencio para no molestar.. Cuando terminó se quedó en su asiento esperando que le dieran autorización para levantarse...

- no te vayas a encerrar - advirtió en tono molesto - en cinco minutos te quiero afuera y prepárate, vamos a entrenar - el moreno asintió - bueno, ya puedes retirarte -

Se fue, se puso ropa más cómoda y antes de los cinco minutos ya estaba afuera de la casa...

- que puntual - la voz detrás de él lo sobresalto - hora de empezar -

Entrenaron una hora y al terminar el mayor aplaudió - muy bien Castiel, yo sabía que tu podías, por fin estás dejando de ser una simple basura - alabó con algo de orgullo - muy pronto pasaremos a la siguiente parte - le revolvió el cabello - ya te puedes retirar a tu habitación, si quieres cenar puedes bajar a la hora que quieras, has hecho un buen trabajo hoy - le dio una sonrisa y camino hacia el interior de la casa -

Castiel se quedó un rato admirando el cielo y camino hacia la casa para subir a su habitación y encerrarse en ella para no salir hasta el día siguiente...

Al día siguiente empezó de nuevo su rutina, pero la parte del entrenamiento fue diferente, Castiel fue llevado a un lugar desierto y sólo había unas latas en una encimera, al lado había una pequeña mesa vacía...

- es tiempo de empezar con la segunda fase - sonrió y se acercó a la mesita dejando al menor desconcertado en su lugar - te enseñaré algo muy importante, espero lo sepas valorar y utilizarlo bien - saco una pistola blanca con detalles dorados en los bordes -

- estás loco Miguel??, cómo pretendes que la use? - levanto la voz pero al ver la expresión del mayor se dio cuenta de que cometió un grave error - y-yo lo siento no quise gritarte - se disculpo pero fue en balde, el mayor se acercó a él con pistola en mano - por favor, te lo suplico, perdoname - fue golpeado en la mejilla con la pistola provocando que sangre saliera de la comisura de sus labios -

- qué te he dicho Castiel?, no me decepciones pequeña basura, y ahora harás lo que diga maldito inútil - grito regresando a la pequeña mesita donde dejo la pistola - ven acá - ordenó y el moreno tembló antes de obedecer - te enseñaré a utilizar las armas, primero empezaré con esta pistola, luego veré como vas para así mismo ponerte otra cosa - le tendio el arma y el moreno con manos temblorosas la tomo -

- no Miguel, no lo haré - soltó el arma y el mayor le dio una mirada amenazante - qué harás??, lo mismo que le hiciste a mis hermanos - quiso sollozar pero se contuvo -

- lo qué yo hice? - se empezó a reír - no me vengas con que eres una blanca paloma, Castiel, porque sabes que eres como yo -

- nunca seré como tú - grito pero se calló al recibir una fuerte cachetada -

- si así lo quieres, maldita basura - empezó a golpearlo con fuerza hasta dejar al menor en el suelo y sangrando, pero ni así se detuvo, volvió a patearlo en el estómago repetidas veces - eres una maldita decepción, no vales nada yo pensé que eras como yo, pero una basura como tú jamas será nadie en la vida - volvió a patearlo - nadie te quiere, Castiel - agarro su arma y se fue del lugar -

La otra cara de la monedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora