Prologo:Encadenado con una Reina

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Había transcurrido una eternidad desde la última vez que entabló una conversación, si es que alguna vez la tuvo. Desde que tenía memoria, su vida consistía en enfrentarse a adversarios genuinamente formidables, desafiando a aquellos cuyas fuerzas igualaban la suya.

No obstante, en ese instante, la monotonía se apoderaba de él, un tedio indomable que le arrastraba a la desesperación. Ya no encontraba a nadie digno contra quien empuñar su destreza, nadie que le ofreciera el exquisito placer de la lucha.

En medio de esa quietud abrumadora, un joven de cabellos erizados, tan oscuros como la medianoche, meditaba con la mirada perdida en las sombras. Vestía una gabardina carmesí que ondeaba sutilmente en la nada, dejando entrever una camisa negra que se fundía con la oscuridad. Sus pantalones, también de un negro profundo, completaban el atuendo que lo convertía en un espectro en la penumbra.

En aquel rincón sumido en la oscuridad, parecido a un abismo sin fin, el silencio era roto solo por los susurros de sus pensamientos. Sus ojos, fijos en la nada, reflejaban la nostalgia por los combates pasados y el anhelo de nuevos desafíos que le devolvieran la emoción a su existencia. La inmovilidad de aquel instante solo era la calma previa a la tormenta que esperaba con anhelo.

"¿Quizás yo pueda cumplir tu deseo?" resonó una voz, calma pero firme, en la oscuridad que envolvía al guerrero solitario.

Los ojos del guerrero se abrieron en respuesta, centelleando con curiosidad y cautela mientras inquiría, "¿Quién eres?"

"Mi nombre no tiene importancia; solo quiero conocer tu respuesta", respondió la voz misteriosa, emanando desde las sombras.

El guerrero, con la guardia en alto, reflexionó durante varios minutos antes de pronunciar, "¿Cómo cumplirás mi deseo? ¿Eres acaso una divinidad al estilo de Zeno-sama?"

"Algo así," susurró la voz, tejiendo un halo de misterio. "Podríamos decir que soy la misma oscuridad."

La revelación provocó una inquietud en el guerrero, una duda que recorrió su cuerpo como una corriente eléctrica. "Soy verdaderamente fuerte, pero debido a ciertos acontecimientos, me encuentro atrapado en este lugar. Si logras destruir los 7 sellos que me atan aquí, te prometo que lucharé contigo."

El guerrero sopesó la oferta con una mezcla de escepticismo y la chispa de la posibilidad. Los sellos que retenían a la entidad en la oscuridad se convirtieron en el enigma que podría liberar a su próximo desafío.

"Hmm, es fascinante tu relato, ¿pero puedo confiar en ti?" cuestionó el guerrero, su escepticismo danzando en la penumbra.

"Es tu elección creer o no, pero tienes una idea más intrigante en mente," respondió la voz con un matiz enigmático.

El guerrero quedó sumido en sus pensamientos por unos instantes, para luego esbozar una sonrisa. "Creo que sí, confiaré en tu palabra."

"¿Dónde residen estos sellos?" preguntó, y ante sus ojos se materializó un portal majestuoso.

Atravesándolo, se encontró inmerso en un mundo totalmente distinto, poblado por criaturas de todas las formas y tamaños. "En ese lugar yacen los 7 sellos que me aprisionan," explicó la voz, mientras el portal revelaba la imagen de 7 torres esparcidas por toda la extensión del mundo.

El guerrero se maravilló ante la vista, su instinto guerrero palpando la energía que emanaba de esas misteriosas torres. Cada una de ellas representaba un desafío, una pieza crucial para liberar a su nuevo aliado de las cadenas que lo retenían en la oscuridad.

"Dentro de esas torres reposa un sello mágico. Si logras destruirlos todos, podré liberarme de esta prisión", reveló la voz, sus palabras fluyendo con un matiz de esperanza.

Cadenas de Inocencia y Odio(Dragon inu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora