CAPÍTULO 4: Extraña carta.

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Jungkook le tendió un vaso de agua mientras Jimin seguía enseñando sin descanso cada uno de sus juguetes nuevos. Con todos los detalles un niño puede dar.

—Mira, papi — Extendió un especie de excavadora en miniatura con un diseño extraño. — Este viene de Plutón por eso se ve así de raro, ¿verdad, tío Nam?

El susodicho asintió, dándole una sonrisa pequeña.

—Es de estos colores porque un alienígena quiso comerlo pero no pudo, ¡mira, papá! — Ahora le tocó a Jungkook ser espectador de aquellas presentaciones.

Cuando terminó de beber el líquido, Taehyung trató de retener a su hermano.

—¿Porque no te quedas a dormir, Joon?, mañana Ggukk nos llevará a desayunar a...

—No puedo, Taehyung. Iré a Japón a negociar con los transportistas — Bebió de su copa, sin dedicarle una sola mirada. La indiferencia tan obvia que Jungkook solo pudo apretar los puños para contenerse.

Pero era una indiferencia a la que el castaño ya estaba acostumbrado. Tal vez por eso pedía por su presencia como un cachorro buscando a su madre.

Y no lamento nada.

—Oh, Japón, cierto, ¿es agotador?, tal vez si te tomas un día...

—No puedo, ya que decidiste dejar la parte que nuestro padre te dejó del negocio aún no encuentro un sustituto para que lo maneje.

Taehyung bajó la mirada, asintiendo con algo de remordimiento en sus facciones. Lo dejo pues simplemente la pasión que Namjoon sentía por Empresas Kim no era el mismo que el del doncel. Pese a eso, pocas veces, como este momento, se arrepentía de haberlo hecho.

—Tae ya no quería trabajar ahí, y eso fue hace tiempo, ¿cómo no has podido encontrar un remplazo? ¿recursos humanos es inútil o...?

Namjoon apretó los labios ante la respuesta pasivo agresivo del esposo de su hermano. Aquel hombre que nunca obtuvo su aprobación de ninguna manera.

—Ggukk, tiene que encontrar alguien con experiencia en esos campos, es un proceso lento y tedioso, ¿verdad, Nam? — Defendió Taehyung, sonriendo débilmente.

Por otro lado, al no obtener la atención de su papá, Jimin tiró de la camisa de Jungkook.

—¡Falta el bebé dinosaurio astronauta! ¡Mira!

La relación de los hermanos Kim era extraña.

Principalmente, porque al parecer el Kim mayor no parecía sentir cariño por el menor. ¿Cómo era posible? Ambos crecieron juntos en el mismo hogar. Según Taehyung, Namjoon lo protegía tanto como sus padres, pero desde que su madre murió y comenzó a madurar, este lo dejo de lado de un día para otro. No más noches de películas, no más dulces a escondidas. Solo... Este Kim Namjoon.

¿La razón? Ni siquiera Jungkook fue capaz de encontrarla. Y Taehyung no perdía la esperanza de que su hermano un día volviera a la normalidad.

Jungkook no le dijo que probablemente esa era su faceta normal. La real.

El celular de Namjoon sonó dentro de sus bolsillos, Jungkook revolvió los cabellos rubios de Jimin, viendo con una mueca el rostro desanimado de Taehyung, pues este sabía que una llamada significa trabajo.

—¿Que carajo...?, ¿revisaste las cámaras? — Susurró el mayor contra el teléfono, levantándose con prisa.— Estaré ahí en veinte minutos.

—¿Nam?, ¿es trabajo?

—Algo así — Murmuro, con el ceño fruncido incluso después de colgar.— Desde que regrese a Corea, ladrones han intentando colarse a la casa de Seúl, como si... — Dijo más para si mismo. Cerró la boca, observando a los presentes.— Ya me tengo que ir, tengan cuidado, y disfruta tus regalos, Jimin — La mirada que le dio al más pequeño fue cálida.

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⏰ Última actualización: Nov 05, 2022 ⏰

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