Capítulo 1: DESPERTAR

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Krist despertó en la oscuridad de una habitación completamente desorientado y conectado a un respirador artificial que llenaba el cuarto con un sonido aterrador. A su lado, otra máquina con luces rojas monitoreaba su ritmo cardíaco ruidosamente. Un dolor punzante en su cabeza le provocaba mareos, como si estuvieran golpeando su cráneo. Intentó recordar lo último que ocurrió con él y entonces imágenes borrosas llegaron a su mente.

Las fans gritaban emocionadas, como siempre. Había sido un gran show y la había pasado genial con su amigo. Singto había estado especialmente cariñoso y las fans se entusiasmaron mucho con sus roces y coqueteos. Estaban despidiéndose ya cuando los gritos de las fans se tornaron aterradores y muy diferentes a lo que acostumbraban. Todas de repente señalaban el techo histéricas con una expresión de horror. Recordó a Singto gritando también con aquella misma expresión, corriendo hacia él desesperado, haciendo señas que Krist no llegó a comprender. Luego todo oscureció para él.

Un leve movimiento a su lado lo sobresaltó, había alguien sentado a su lado. Su respiración pausada pero profunda le advirtió de que estaba completamente dormido y que de hecho se trataba de Singto. Él reconocería su forma de dormir entre mil personas.

Su cuello de repente se sintió muy rígido, apenas podía girar su cabeza con dificultad. Se dió cuenta entonces que traía un cuello ortopédico limitando sus movimientos. Se puso nervioso de repente, no podía parar de imaginar su aspecto físico general si su cuello debía ser limitado y además tenía que estar conectado a un respirador artificial.

El monitor cardíaco comenzó a pitar con mayor frecuencia y la persona a su lado se despertó y rápidamente encendió la luz de la habitación. Efectivamente era Singto quien lo acompañaba y de hecho suspiró aliviado cuando notó que Krist había despertado al fin.

—Amor... —murmuró Singto al borde del llanto. Su cuerpo entonces se movió muy rápido hasta donde descansaba el menor y se arrojó sobre él, llorando sobre su pecho demasiado angustiado. Krist entonces entró en pánico, ¿Qué tan mal debía estar como para que Singto llore sobre él? Debía estar realmente grave si su amigo lloraba con esa intensidad y lo llamaba 'amor'. «¿Amor? Es la primera vez que me llama así.» —Tranquilo cariño, buscaré a una enfermera de inmediato. Por favor no te muevas, estás muy herido. —rogó él, demasiado afectado. Krist asintió con dificultad y luego lo vio correr fuera de la habitación y tropezar con todo a su paso. «¿Cariño?»

Una enfermera y un doctor ingresaron a su habitación minutos después acompañados por el mayor. El doctor comenzó a auscultarlo mientras la enfermera anotaba todo lo que el hombre le dictaba.

—Las pupilas responden bien, la temperatura es estable y el ritmo cardíaco está en la media. Parece que estás estable, Krist. Nos has dado un gran susto. Has estado tres días inconsciente... ¿Recuerdas algo de lo que te paso? —Krist negó lentamente. No podía recordar que lo trajo hasta allí. —Una viga cayó sobre tí. Golpeó muy fuerte tu cabeza y aplastó tus pulmones. También lesionó tus piernas. Entraste en coma después del accidente y tuvimos que conectarte a un respirador artificial para prevenir un paro respiratorio, así que te voy a pedir que no vayas a esforzarte demasiado, acabas de despertar y debes estar muy débil. —expresó el doctor mirándolo con atención luego su vista se centró en su compañero, bastante preocupado. —Señor Singto, veremos cómo evoluciona y si para mañana se encuentra estable lo cambiaremos a intermedia, pero por ahora permanecerá en terapia intensiva.—

—Esta bien doctor, yo me quedaré con él de todos modos.—

—Bien, ante cualquier emergencia háganoslo saber.—

—Por supuesto. Muchas gracias por ocuparse de mi esposo, ha sido muy paciente conmigo. —Singto le dedicó una exagerada reverencia al hombre y Krist observó confundido la escena. «¿Él acaba de decir que soy su esposo? ¿Pero qué rayos está pasando?»

—No tiene que agradecerlo. Es mi trabajo y lo hago con gusto. Ahora por favor, intente descansar usted también. Se lo ve muy cansado.—

—Lo intentaré. —el doctor y su enfermera abandonaron la habitación luego de su pequeña conversación.

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