Chispas Azucaradas » Min Yoongi [STBM] [Completa] ✔️

Capítulo 08 🌈

Decirles adiós a mis amigas me hizo distanciar días con ellas. Los siguientes días me la pasaba con Jimin-shi, Tae, Kookie y Seungyeol. O sino con todos a la vez. Seungyeol nunca tarda en llevarse bien con los demás. De vez en cuando también veía a Min Yoongi. Siempre está jugando, y no quiero ser muy pesadita en ir a interrumpirlo con mis dilemas. De todas formas, él siempre dice que está para escucharme.

El jueves por la tarde bajo corriendo con cuidado de no tropezar con mis torpes pies ya que el timbre no deja de sonar, y Jongsu, que está frente al televisor con sus videojuegos no se molesta en abrir. Papá tampoco está en casa, tiene seminario. Apuesto, que si hubiera escuchado el auto de Min Yoongi, enseguida se hubiera levantado a abrir.

Una sensación no agradable me invade al ver a Yoora y a Soomin en la puerta. Creo que es incomodidad. No me gusta. No me gusta. Ambas sonríen tan ampliamente, que por un momento dudo si de verdad estoy haciendo lo correcto. No obstante, cuando veo que atrás de ellas están Jihyon y Heize me decepciono por completo. Una parte de mí tenía la pequeña esperanza de que sólo íbamos a ser las tres, y que de alguna manera iba a sentirme bien con mis amigas, como antes.

—¡Holaaaa! —Saluda Yoora. Se regocija de tanta emoción. Desearía tener un poquito de eso para no hacer de la atmósfera más incómoda. Supongo que soy la única que lo siente así.

Simulo mi mejor sonrisa. Me hago a un lado para dejarlas pasar. A todas les sonrío —no como debería—, ellas me devuelven el gesto. Es que incluso se ven más sinceras que yo. No lo entiendo, ¿de verdad les caigo bien a Heize y a Jihyon? ¿Por qué siento que solo llegaron a quitarme mis amigas?

—Vinimos a visitarte. Esperamos no molestar —dice Soomin—. ¿Estás ocupadas o tienes planes?

—No tengo nada que hacer. —Aplano los labios.

Las otras dos chicas le echan un vistazo a todo el alrededor. Me siento mal por decir esto, de verdad no es mi intención, pero Heize y Jihyon tienen apariencia de pandilleras. Solo nombrarlo me hace sentir la persona más cruel.

Yoora lleva un pliego negro de cartulina enrollado bajo el brazo. Me da curiosidad, pero no pregunto.

—¿No hay nadie más que tú y el niño que está jugando? —pregunta Heize.

—Me llamo Jongsu, intrusa —replica mi hermanito. En ningún segundo se molesta en pausar su juego y voltear a verlas.

Está al tanto de todo, debe imaginarse que ellas son “las arribistas que me quitaron a mis amigas” como él dice. Conociéndolo, no va disimular su enojo hacia todas ellas. San unicornio, eso me preocupa.

—Wow, qué rudo. —Ríe levemente.

—Sólo estamos él y yo —respondo.

—Bien, montemos una fiesta. —No sé si es una broma, pero no puedo evitar alarmarme.