2 | Perdido en ti

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El sentido de la pérdida.

Es la frase que se escapa de mi boca cuando la pantalla del reproductor se pone negra.

Ese es el mensaje que el videoclip busca que entiendas.

O quizá no.

Quizá se trata de algo mucho más sencillo. Y quizá solo yo le he designado un significado tan rebuscado.

A pesar de que uno de los consejos, que los profesores siempre nos repiten, es el de asociar un poco las escenas que se proyectan sobre la interpretación de los actores de cada video musical con algo que nos haya pasado, conmigo tal cosa no aplica.

Es decir, se supone que debemos evaluar lo que vemos antes de intentar interpretar algo.

La cosa es que los videos musicales no tienden a significar algo para mí.

Con este específicamente no puedo asociar alguna experiencia personal con la actuación del vocalista (qué, por la buena María, no me explico como una mujer puede verse más atractiva que yo en el papel del hombre), ni mucho menos con la actriz que interpreta su trágica ruptura amorosa.

Sí, bueno, el mensaje es bastante claro para el 90% de la audiencia ordinaria. Un amor que no se supera a pesar de ya estar con otra persona. O algo así.

Sí, muy trágico, pero el sentido de la pérdida no es algo que yo haya vivido alguna vez.

Y la muerte de mi última mascota no cuenta.

Eso es porque, quizá, soy un topo en la materia del romance. Y porque ninguna de mis experiencias pasadas puede considerarse como algo serio o algo que hubiese lamentado al finalizar. Por eso no puedo entender, a buenas y a primeras, el sentimiento que el vocalista –y autor de la misma- intenta transmitirme.

Y porque tengo la sensibilidad de una piedra, posiblemente.

Distinto a Naruto que llora siempre que ve esa película a cerca de una boda griega. O como Ino...aunque ahora parece más interesada en saber si el dueño de sus suspiros (el vocalista) es hombre o mujer. O como cualquier otro de los estudiantes que hay hoy en la sala de práctica. Todos interesadísimos y espontáneos, intercambiando comentarios. Unos más absurdos que otros.

—Entonces ¿creen que la tenga grande?

LP* es mujer, imbécil.

Es la segunda vez que Naruto pregunta obscenidades y también la segunda vez que Ino le da un golpe en la cabeza por ser un marrano.

Luego de eso, más ruido.

El videoclip vuelve a reproducirse y todos comienzan a improvisar como si esto fuera la arena central de un circo.

Así es el ambiente siempre, al menos cuando ya no es horario de clases en Bastille y aquella sala de práctica es solicitada por el monstruo rosado.

—Repítela de nuevo.

—Pero si apenas lleva como seis segundos desde que la puse.

—Repítela.

Cuento ocho segundos en mi mente, luego de escuchar como la melodía se reinicia, y Sakura ya está pidiendo lo mismo de nuevo. Normalmente le toma como diez segundos entre cada corto periodo, en el que improvisa de dos a tres movimientos, para luego volver a hacer lo mismo.

Río bajito, negando con la cabeza, acercándome a coger el cambio de cuerdas nuevas de la vieja Telecaster que mi hermano me ha heredado por mi pasado cumpleaños. A Sakura no le molesta porque sabe que para estas cosas soy un bruto.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2019 ⏰

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