I. Pétalos amarillentos.

7K 772 128
                                    

Dicha mañana era emocionante para todos los estudiantes de la U.A puesto que la primavera comenzaba a aparecer y sin duda era la estación favorita de casi todos; el rocío, las flores frescas de distintos colores, los días soleados y aún más porque se respiraba la alegría en cada rincón del pueblo... pero claro, siempre habrían pequeñas excepciones.

Shinsou caminaba con normalidad por los pasillos del edificio principal, no era extraño verlo con su expresión monótona y un tanto gris; además de que su aura irradiaba negatividad que se expandía por dondequiera que pasaba, quizás por eso no tenía muchos amigos y es que era de esperarse, un chico de cabello morado, con pronunciadas ojeras, semblante malhumorado y estoico acompañado de un kosei que ahuyentaba a bastantes personas pero volviendo al tema, igual acá existen quienes estaban al margen de ese grupo.

A él le importaba muy poco la felicidad y la vibra colorida que flotaba en el ambiente, al parecer era inmune a esa especie de cosas porque le desagradaban. Estaba más que acostumbrado de estar así y se sentía cómodo, ¿por qué lo cambiaría?

—¡Hitoshi-san! —exclamó una voz femenina que se habría paso de entre la multitud de alumnos.

El mencionado alzó una ceja en duda puesto que no tenía ni la menor idea de quien se trataba y tomando en cuenta que ese timbre de voz le era desconocido, a pesar de sus ganas de ignorar a quien lo buscaba decidió detenerse y encarar a la muchacha.

—¿Se te ofrece algo? —preguntó con indiferencia, metiendo su mano en el bolsillo de su pantalón y aguardando a que la desconocida hablase.

Blair sonrió, inclinándose levemente ante el desinteresado chico que tanto se había empeñado en hallar. La preparatoria era muy grande y no era sencillo encontrar a un chico que parecía ser una sombra de lo callado que era. Sacó un precioso girasol del ramo variado que descansaba en su mano izquierda y le tendió dicha flor al mismo tiempo que reía suavemente por el gesto confundido de Shinsou, el cual poco a poco empezaba a recordar que esa chica pertenecía a la famosa clase de héroes.

—Toma éste girasol para que ilumine un poco tu día, por si no lo sabías, éstas flores cuando no hay sol se giran entre ellas mismas para obtener ese resplandor que proviene de el —explicó, al mismo tiempo en que empezaba a brillar de un dorado que hacía un singular contraste con su piel tostada—. Así que creo que es la mejor para ti.

Hitoshi la sujetó entre sus masculinas manos mientras que la observaba aún con algo de inquietud, eso era particularmente raro y más que todo tomando en cuenta que le estaba sucediendo eso, ya que nadie quería entablar un vínculo él. Lo que en parte entendía.

—No creo que eso ocurra, pero igual gracias...

—Blair, solo Blair. No necesitas usar formalidades conmigo, Hitoshi-san. Te conozco aunque tú no sepas quien soy aunque eso parezca de acosadora ¡tengo algo en mi defensa! —respondió la de cabello negro rizado, que se notaba era bastante elocuente y parlanchina—. Desde que peleaste con Deku-kun en el festival tu nombre resonó en el departamento de héroes así que ¡heme aquí!

—Bueno, creo que ahora comprendo —respondió secamente el chico,  quien había escuchado las palabras de la joven, que por lo visto le gustaba hablar.

—En fin, debo irme a seguir repartiendo éstas que me quedan —dijo Blair, alzando las numerosas flores de distintos tipos y volviendo a sonreír ampliamente—. Espero que coincidamos de nuevo, hasta pronto, Hitoshi-san.

Así como la recurrente Blair había aparecido, desapareció de su campo de visión al doblar en la esquina del pasillo; por lo que se imaginó traía mucha prisa al correr sin agotarse repartiendo lo que parecían ser flores naturales a personas seleccionadas por sí misma. Ya que únicamente él de su clase recibió una, todavía las interrogantes permanecían nadando en su mente que no paraba de preguntarse porqué esa energética chica había estado buscándolo para darle un girasol ¿con qué propósito lo hacía? Puesto que no tenía la menor idea, así que eso ocupó su atención todo el primer día de escuela después de unas merecidas vacaciones.

 Ya que únicamente él de su clase recibió una, todavía las interrogantes permanecían nadando en su mente que no paraba de preguntarse porqué esa energética chica había estado buscándolo para darle un girasol ¿con qué propósito lo hacía? Puesto que...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sabía que Blair Saint-Claire era una estudiante del curso de héroes, ahora que recordaba la había visto enfrentarse a Iida Tenya en el festival y no podía olvidar lo excelente que estuvo y como destacó por sus habilidades al saberlas manejar de una manera impecable, merecía estar ahí por lo que pudo analizar en ese instante. Pero no solamente de eso se trataba sino que la chica era muy diferente según lo que escuchaba en los pasillos; la bondad se leía en sus orbes almendra, una luz la rodeaba de forma constante y dejaba rastro por donde sea que pasara, era como un dibujar un sol y colorearlo del amarillo más llamativo que existiese en la paleta de colores lo que le daba un poco de escalofríos.

Admiró los pétalos del retoño que reposaba en la mesa de la cafetería, ya había salido de su clase de matemáticas y era totalmente honesto al decir que no había estado concentrado en ninguna de las ecuaciones. Se cuestionó que distinción habría de esa entre todas las demás flores que llevaba; ¿por qué esa? Y mucho más relevante ¿por qué él? Ella era la única que sabía la razón por la cual había elegido dicha planta amarilla para Shinsou, por lo que suspiró en resignación y pensó en guardarla junto a su estantería de libros de misterio, de seguro le encontraría un bonito lugar en su habitación. Le dio esa ventaja en vista de que en sus facciones no se percibía una mala intención, confiaría en su criterio para con las personas y después hablaría con ella para interrogarla, a pesar de que dudaba que eso se repitiera.

Por otro lado la de piel morena entregaba la penúltima de sus hermosas flores a su amiga Yaomomo, una rosa que representaba la amistad y recibiendo los agradecimientos por parte del grupo de féminas de la clase 1-A que yacían maravilladas por el retoño rosado que reposaba en sus manos. Eso le incitó a continuar con su dinámica, pero si había algo que coronó ese día fue la imagen de Hitoshi aceptando su detalle preparado especialmente para él. Quizás si se acercaba lo suficiente lo vería sonreír una vez y estaba convencida de que cuando sus ojos apreciaran ese suceso extraordinario su corazón brincaría de alegría, porque el amor unilateral que sentía la mantenía radiante al contemplar la posibilidad de esclarecer la faz del recién nombrado.

—Prometo contagiarte de felicidad, Shinsou-kun —pensó en voz alta la castaña haciendo reír a sus amigas quienes estaban enteradas del crush que tenía su amiga con el de cabellos morados.

Por eso su nombre de heroína sería Iridessa.

Inmarcesible ❀ Shinsou HitoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora