Especulaciones y amistades

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...Halloween perdió su esencia desde tu partida, escríbeme más seguido y cuéntame como fue el baile este año, espero que no muy aburrido, con amor, Peggy.

Rogers esbozó un pequeña sonrisa, las cartas de ella nunca faltaban, en especial en este tipo de fechas, Navidad, Año Nuevo, San Valentin, hasta Pascuas, cualquier fecha medianamente relevante era excusa para que su amada le escribiera esas cartas que irradiaban una dulzura asfixiante, y al final de las notas, como siempre, una silueta de sus labios marcados con aquel seductor pintalabios rojo.

A Rogers siempre le gustaron las chicas dulces, inteligentes, bondadosas y Margaret era todo eso y más. Hermosa y además fiel a él, aún perdidamente enamorada aunque sólo podía disfrutar de la compañía de Steve en aquellas cortas vacaciones y navidades en las que el rubio iba a visitar a su familia y a ella también claro está.

A veces el Gryffindor se sentía mal con respecto a ese tema, era muy injusto de su parte no poner más empeño en su relación, pero que se suponía que tenía que hacer, él estaba muy ocupado, ser prefecto y mantener sus notas no era nada sencillo, Rogers casi no podía darse el lujo de salir de vez en cuando de visita a Hogsmeade con sus amigos por estar verificando salones, controlando a los más pequeños o estudiando, era difícil para él y Margaret tenía que entenderlo.

No tengo tiempo, se decía en aquellas noches en las que la culpa lo enfermaban de insomnio, No tengo nada relevante que decirle, pensaba a veces cuando terminaba de leer sus  largas cartas, pero después de divagar aquello, automáticamente unas voces llenas de reproche venían a su mente,  Sabes que a ella no le importaria, ella se alegraría aunque la bendita carta solo tuviera un Hola como mensaje, Rogers en el fondo lo sabía pero solo lo ignoraba. Quién en su sano juicio echaría por la borda una relación de cinco años. Al parecer Rogers, porque ya habían llegado como ocho cartas, y ninguna de ellas había sido contestada.

No tengo tiempo, en la noche le escribiré, se dijo a si mismo.

Bucky interrumpió sus estudios matutinos.

-Steve, traje algunos bollos de cereza-  el adolescente dejó la bandeja en la pequeña mesa al lado de su cama -y también te pedí un café, con mucho azúcar-  Rogers murmuró un Gracias y dando pequeños sorbos volvió a fijar su vista en el libro de artimancia.

Barnes acomodó sus largos mechones de cabello detrás de sus orejas y empezó a devorar los dulces, dejando como siempre el último para su mejor amigo y compañero de cuarto. Al terminar, fijó su vista en el contrario y arrugó un poco el ceño.

-¿Pasó algo? Te veo distraído.

-Eh?- Steve alzó la mirada para después volver a bajarla hacia libro-no es nada, solo estaba pensando en la carta que mandó Margaret.

-Ya veo.. - Susurró -¿Novedades? Ella está bien?

-Sí, todo bien como siempre- respondió amable, tomándose otro sorbo de ese café sobrecargado de azúcar, Bucky lo conocía, Steve no quería hablar del tema, su sonrisa neutra y sus ojos azules escondiéndose en aquel enorme libro lo decían todo, conocía muy bien a aquel hombre que tenía al frente, desde los siete para ser exactos, compartió comida, cama, juguetes y peleas con Steven. Había visto el amor entre él y Margaret desde que fue una semilla hasta que floreció en sus  juventudes tempranas y ahora los veía desde ahí, marchitándose, como un ciclo completamente natural, pero por alguna razón, se sentía raro. Buck había estado seguro que Peggy sería la mujer con la que Rogers se casaría y tendría hijos, eran tal para cual, los dos tan altivos, amables y con ese deseo inaudito de querer siempre la justicia y, por la expresión de confusión y culpa que colocaba Steve en su rostro cada vez que le llegaban una de esas cartas, Buck estaba seguro que Rogers había creído lo mismo en algún tiempo.

-Yyyy.. ¿Ya tienes a alguien con quién ir al baile? Sabes, escuché por ahí que a Pepper, la prefecta de Ravenclaw- Steve asintió-  le gustas, creo que va a invitarte uno de estos días-  el pelinegro sonrió con sorna y empezó a darle pequeños golpes en el hombro al contrario -¿Le dirás que sí? Es muy guapa además se ve centrada, no creo que a Peggy le moleste.

Rogers soltó un suspiro y murmuró pacífico, con la tranquilidad de una tortuga: Las especulaciones son tan vagas como los rumores Buck, solo hay que ignorarlas y viviremos más tranquilos. Barnes arrugó la nariz, a veces Steve podía llegar a sonar tan anciano que por momentos entendía un poco a Stark y sus ganas insaciables de molestarlo cada que podía.

Más tarde en el comedor surgió algo que hizo que al amante de los fríos inviernos de Hogwarts no pudiera dormir hasta muy tarde esa noche.


Stark estaba molestando a Pepper en los pasillos, al parecer coqueteandole ya que cada que la chica se alejaba o arrugaba el ceño, el castaño se pegaba aún más.

Barnes no le dio mucho importancia y siguió con su camino pero a Rogers aquello parecío consternarle un poco ya que desaceleró el paso y con un tono de voz que trataba de verse como indiferente preguntó,

¿A Stark le gusta Potts?

Bucky tragó el pedazo de emparedado de mermelada que tenía la boca.

-No estoy seguro, creo que sí, siempre la está persiguiendo.

Steve soltó un neutral Ya veo y  siguieron su camino.

A los dos días y como se esperó, la rubia citó al prefecto de Gryffindor en la torre de astronomía y al volver Rogers solamente dijo, Ella insistió, no pude decirle que no.

Buck asintió con la mirada y devolvió su vista hacía al cómic que hasta hace unos segundos estaba leyendo con intriga, fue por nada, ya que no pudo volver a concentrarse en absoluto.









Merodeadores (AU Marvel/Hogwarts)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora