Capítulo 8

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Irene

La muerte puede llegar tan rápida e inesperadamente que incluso nosotros no nos damos cuenta de cuando sucede. Y no pensamos en que podríamos ser nosotros los que nos encontráramos en dicha situación. El tiempo pasa rápidamente, y nosotros somos lentos para poder procesar lo que está pasando.

He llegado a la conclusión de que el ser humano sirve para destruir, destruye partes de la tierra, sentimientos de los demás, e incluso pude eliminar la vida de una persona. Si esta es la finalidad del ser humano. ¿Cuando llegara el momento en que yo haga lo mismo? ¿O ya lo he hecho y no me he dado cuenta?

Siento el miedo trepar por mi cuerpo. Como si tuviera un animal salvaje tratando de jalarme por todas mis extremidades. ¿Y si este es mi fin también? No siento el oxígeno en el aíre. Me siento sofocada, atrapada, encerrada, en este cuerpo y en mis pensamientos. Quiero una salida, pero mi propio ser es mi prison.

- ¡Irene! - Gritó Sebastian, parecía como si ya hubiera dicho mi nombre anteriormente. Volví a mi alrededor. Ya no estaban los demás, solo quedamos unas otras pocas personas, además de Sebastian y yo. - ¿Estás bien? - Dijo mirándome a los ojos, honestamente me sentía todavía desorientada. Sus ojos conectaron con los míos, parecía como si pudiera ver todo el desastre que estaba sucediendo dentro de mí. -Ven debemos salir de aquí. - Me ayudo a levantarme, y me guío hacia la salida.

Mientras íbamos avanzando hacia la puerta de emergencia, él me estuvo sosteniendo la mano durante todo el trayecto. Él sabía todo el terror que me estaba acumulando por dentro. No quería mantener mi mirada arriba. No quería mostrar mi cara, lo único que quería era ver el suelo, y como mis pies iban siguiendo los suyos.

Llego un momento en el que me di cuenta que el piso no era ya artificial, si no que ahora mis pies se encontraban en el verde césped. Los pies de Sebastian pararon de moverse. En este momento tuve que levantar la cabeza para poder entender que era lo que estaba sucediendo. Vi los luces color azul y rojo iluminando todo el lugar exterior. Patrullas de policías, ambulancias, he incluso una camioneta televisiva de noticias se encontraban presentes.

Pero para que servía su presencia, si él hombre ya estaba muerto. Que aparezca su noticia en la televisión no lo iba a devolver de vuelta a la vida.

Mire a Sebastian, él todavía seguía agarrando mi mano. Él también estaba mirando hacia todas partes, como si quisiera tratar de resolver la situación él solo. Se percató de mi mirada puesta en él, luego en nuestras manos.

- Oh perdona. - Dijo mientras soltaba nuestras manos.

- No te disculpes. Solo trataste de ayudar. - Le respondí honestamente.

- ¿Como te sientes? Ahí adentro pensé que te habías ido, no respondías a ninguna señal. -Dijo con preocupación.

Eso me suele suceder cuando me da un ataque de ansiedad. Caigo en el hoyo de mis pensamientos, pierdo el sentido de mi cuerpo, y mi respiración se acelera. Hacia tiempo que no me había dado uno, pensaba que lo había dejado en el pasado. Pero el pasado siempre viene de regreso a perseguirnos. ¿No es cierto?

- Me siento mejor. - Era la verdad, ya podía volver a sentir el aire fluir por mis pulmones. - Gracias por ayudarme a salir, no sé qué hubiera pasado si no lo hubieras hecho.

- De nada. - Se quedo callado un momento, estaba mirando a todas las personas que nos encontramos afuera del restaurante. - ¿Cómo crees que ese hombre haya muerto? - Dijo inesperadamente.

Me sentí un poco sorprendida por la pregunta. Como se había vuelto tan fácil hablar de una persona fallecida. Pero de todas maneras busqué una respuesta a su pregunta. Cuando la obtuve, deseé no haberla conseguido.

- Creo que... - No pude acabar de decirlo, pero agarré el valor para poder acabar mi oración.- Creó que el hombre fue una víctima de "El Asesino de Junio".

- ¿Por qué lo dices? - Dijo intrigado.

- Si él hombre hubiera muerto por causas naturales, la policía no hubiera llegado. Además vinieron los reporteros, las noticias siempre tratan de brindar lo más reciente que hay sobre el o la criminal.

- ¿Segura que no eres criminóloga? - Dijo con tono burlesco.

Me di cuenta que su presencia me hacia más segura de mi misma. Tengo que admitir que eso me agradaba. Empece a mirar a todas las personas que se encontraban a nuestro alrededor, tratando de encontrar alguna cara familiar.

- Tengo que ir a buscar a los demás.

- Te acompañó. - Dijo amablemente.

Empezamos a caminar entre toda la gente. Tardamos poco en poder ubicar a mis amigos. Ya que Adán era el más alto de todos, y era inconfundible por su gran melena.  Nos acercamos a ellos.

- ¡Ah Irene aquí estas! - Dijo Nancy dándome un abrazo.

- ¿Estas bien? - Pregunto Joe. Aunque hayamos tenido una discusión, no significa que valiera menos su amistad.

- Si estoy bien. - En realidad podría estar mejor emocionalmente. Pero creo que físicamente no me a ocurrido nada por ahora. - Solo quiero salir de aquí, eso es todo.

- Yo manejó. - Dijo Adán. Parecía como si estuviera consciente de mis ojos lagrimosos.

Lisa se acercó a mi. - Hey todo va a estar bien, no nos pasó nada. Ni nos pasará. Tu tranquila. - Dijo mientras me brindaba un abrazo.

Todo el miedo que me estaba apoderando hace unos minutos se había ido. Era como si estuviera evaporándose lentamente.

- Bueno creo que es tiempo de mi despedida. - Dijo Sebastian , haciendo seña de despedida con su mano. - Nos vemos luego. -Le dijo a todos los demás.

Luego de decir eso se acercó a mi y me dió un abrazo. - Recuerda que siempre va a ver dientes de león. Siempre va haber esperanza Irene. Nunca lo olvides. - Después de decir esto, corto el abrazo. Y se alejó hacia otra dirección.

Mire hacia mis amigos, todos solo se quedaron mirándome sin decir nada.

- ¿Qué?

- Nada. Solo estábamos viendo la futura pareja que van a ser. - Dijo Lisa mientras sonreía.

- Subamos al carro ya. - Dijo Joe en un tono más serio. Y eso fue lo que hicimos. Como había dicho Adán el fue el que manejó durante todo el viaje de regreso.

Mientras el carro avanzaba, yo iba analizando todo lo que acababa de pasar. Pasó una tragedia. Una persona había perdido la vida. El miedo se había esparcido por unos momentos. Nadie estaba completamente seguro en esta ciudad. Yo podía ser la siguiente víctima incluso. Pero al mismo tiempo pude encontrar esperanza. La encontré gracias a él.
Tal vez él era mi diente de león.

N/A
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