Capítulo 38

1K 187 31
                                    

Arthit POV

Mis ojos se abrieron lentamente y lo primero que vi fue la cara de Kong que miraba por encima de la mía a unos centímetros de distancia. Nuestra mirada se fijó instantáneamente cuando vi mi propio reflejo en sus pupilas.

—¿Qué estás haciendo?

Parpadeó rápidamente varias veces antes de alejarse y mostrar su sonrisa patentada mientras extendía lentamente su mano, sacó su dedo índice y comenzó a pinchar las erupciones rojas y escamosas en mi cara.

—Estaba examinando tu cara. ¿Cómo te sientes ahora?

—Uh ... mejor ... supongo.

Miré a mi alrededor para encontrarme una vez más en una cama de hospital, y si mi experiencia pasada fuera algún indicador, me quedaría estancado aquí por el resto de la noche. Afortunadamente, al menos esta vez no iba a estar rodeado de mis amigos sádicos riéndose de mí.

¡Esperen no!

Ahora es mucho peor cuando Kong me dio un codazo a propósito, de modo que me moví para dejarle suficiente espacio para que se deslizara sobre la cama y se sentara con las piernas cruzadas a mi lado, sin dejar de mirar la tez manchada de mi cara. Mirando un poco demasiado en casa y en una cama de hospital luego del asunto/cita casi desastrosa.

—Así que lirios, ¿eh?

—Sí.

—Supongo que eso explica por qué seguiste luciendo como un tomate quemado por el sol toda la mañana. Supongo que prácticamente estar bañado en polen no ayudo.

—Nop. Sentí como si estuviera ardiendo vivo.

—¿Por qué no me dijiste que eras alérgico a ellos?

—Cómo se suponía que supiera que planeabas un asesinato como parte de la cita.

—Se suponía que debía ser romántico P'. ¿Supongo que esto también explica las flores afuera de mi puerta después de los exámenes?

—Hmmm ...

—¿Es por eso que ingresaron en el hospital esa vez? Mientras intentaba hacerte una broma con los relojes de alarma y me quede atrapado en tu armario toda la noche.

Simplemente asentí con la cabeza mientras dejaba salir un ruidoso gesto y se dejaba caer sobre la almohada a mi lado, los dos miramos al techo durante mucho, mucho tiempo. Reflexionando en silencio sobre todo lo que habíamos dicho, hecho, compartido.

¿Cómo hemos llegado hasta este día? Con odio y gustos, bromas y infinitas emociones diferentes que han girado en torno a nuestra complicada relación.

—Somos un par de tontos, ¿no?

—Puede que tenga que estar de acuerdo con eso. Llevamos, ¿qué, dos intentos fallidos de citas ahora?

—Bueno, veamos el lado bueno P', si seguimos la regla de la tercera cita, podemos evitar todas las partes inútiles de conversación y limitarnos a fajar. Por lo menos, esa parte ya la hemos resuelto.

Puse los ojos en blanco mientras se reía de mis exasperadas expresiones.

—¿Y ahora que?

—¿Qué quieres decir? Esperamos a que tus labios alcancen un tamaño normal y luego volvemos a intentarlo. Nos quedan algunas semanas antes de que empieces tu pasantía, ¿no? Vamos a acabar con este asunto de las citas, aun si nos mata. Bueno esperemos que no te mate.

—¿Por qué?

—¿Por que, que?

—¿Por qué estás haciendo esto?

Cartas a mi amado // Letters to my beloved [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora