Capítulo 1: The begining

9.7K 64 1
                                    

"A veces uno se pregunta y se dice cosas sin saber el porqué, la razón o el motivo. Son esas veces que haces lo que te dicta el corazón por impulsos y sensaciones, sensaciones buenas y malas, pero que pueden significar mucho en el camino de alguien, ya que esas decisiones te llevan por un camino y al fin y al cabo, por muy pequeña que sea esa decisión, cambiaste tu vida."

Era un día normal, y como cada jueves mi padre me llevaba en coche a la escuela de baile que quedaba lo suficientemente alejada como para que no pudiera ir andando. Como cada día nos limitábamos a cantar a todo pulmón las canciones que ponían en la radio. El sémaforo se puso en verde y mi padre arrancó. En ese momento un camionero borracho nos arroyó. Mi padre quiso protegerme a toda costa, por lo que me cubrió con su cuerpo quedando él expuesto.

-"Tranquila princesa"

Me desperté sobresaltada, con la respiración agitada y el corazón palpitando más rápido de lo que estaba acostumbrado.

Después de seis meses la tarde del accidente seguía atormentandome cada vez que cerraba los ojos haciendo que mi dolor de cabeza aumentanse en un doscientos por cien.

Era curioso como a pesar de haber perdido la mayoría de mis recuerdos, recordaba con lujo de detalles el accidente y todo lo que vino después.

Me desperté a los tres días en el hospital sin tener idea de que había pasado. Hasta que me acordé.

Me estuvieron haciendo miles de pruebas y de preguntas debido a un golpe demasiado fuerte en la cabeza. Tenían miedo a que me hubiera afectado de algún modo. Y no se equivocaron. Había una parte de mi vida anterior que no conseguía recordar, como si fuera un libro y me hubieran arrancado esas páginas... Solo recordaba los cinco últimos año.

Dijeron que era normal, que después de sufrir algo así, este tipo de amnesia parcial era bastante común y que poco a poco iría recordando, aunque fuera muy poco a poco y que sobretodo evitara preguntar en exceso. Tenía que ser mi propio cerebro el que recordara y evitar demasiada información. Un daño colateral decían, luego sonreían "al menos estás viva", "es como un milagro", "has vuelto a nacer" entres otras. Volvían a sonreír satisfechos del papel que estaban jugando y salían de la habitación. Cómo si no prefiriera estar en su lugar... como si no me cambiara por él sin pensarlo un segundo...

Me acordaba de mis amigas, Jane y Enma, de toda la gente del colegio, de Miles, mi mejor amigo, y prácticamente de todas las personas que había conocido en estos cinco años. El resto estaba en blanco.

Miedo. El sentimiento me invadía por completo ¿y si no lograba recordar como era mi vida antes de estos cinco años? ¿Y si había olvidado a gente importante de mi vida? ¿y si lo que recordaba no me gustaba? El dolor de cabeza aumentaba a una velocidad irreal de solo pensarlo.

Analicé la habitación en la que me encontraba intentando descifrar dónde estaba hasta ser consciente de que esto no era mi habitación de Brooklyn. Estaba en Mullingar, y esta, a pesar de todo, no era mi casa.

Un impulso, una sensación. Eso es lo que me llevo a venir dónde estoy ahora.

Después del accidente que tuve hace seis meses cuando iba en el coche con mi padre era hora de pasar página.

El día a día se hacía casi insoportable. Nuestra casa ya no era la misma, nada más lejos de lo que había sido nuestro hogar. Ahora solo eran estancias sin vida llenas de recuerdos demasiado dolorosos.

Continuar allí cada día se hacía más duro. Todos nos miraban con pena o compasión y los que no, simplemente se limitaban a mirar expectantes, esperando a que en cualquier momento me derrumbara. No lo hacía, no lo había hecho en todo este tiempo por muy frustante y doloroso que fuera. Había intentado mantenerme fuerte, por él, por ella y por todos. Tampoco estaba bien.

Sin embargo mi madre era diferente. Ella sí se había derrumbado. Había perdido todo signo de alegría o esperanza en los ojos y ahora solo se limitaba a dar tumbos por toda la casa como si de un zombie se tratara. Habia dejado su trabajo y se limitaba a hacer la comida y recoger vagamente la casa. Sus habituales cantes y risas habían desaperecido junto al particular brillo que la caracterizaba y eso era lo que más me preocupaba de todo. Sobrevivía, pero no vivía, como si un dementor hubiera chupado cualquier resquicio de felicidad a su paso.

Después de aquel fatídico día todo cambió.

Mis amigos casi habían desaparecido de mi vida. Jane y Miles iban a lo suyo, y Emma, bueno, Emma ya era caso aparte. Se llevaba el día con unos y con otros y por lo que se ve ya tampoco salía con Jane y Miles. Los necesitaba a mi lado, pero ya no eran los mismos, y yo tampoco.

Necesitaba salir de allí, cambiar de ciudad, de colegio, de vida... Sentía que si me quedaba en Brooklyn me ahogaría, me derrumbaría en cualquier momento como todos esperaban que hiciera y ya no tenía motivos para permanecer allí.

Era cuestión de necesidad, no solo mía, sino de todos. Cúanto más lejos estubiera de allí mejor, otro país, otro contiente. Europa era la mejor opción. Por impulso, por est tipo de sensaciones que simplemente se tienen, y solo tú puedes sentirlas, o por cualquier otro tipo de motivo que aún no alcanzo a comprender quería Irlanda. Un pueblo pequeño, donde pudiera respirar con tranquilidad.

Mullingar, por ejemplo.

From this moment (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora