En la última expedición a las islas del Norte, la Universidad de Berk ha descubierto unas piezas de arcilla con inscripciones rúnicas. El valor de estos restos es incalculable, no sólo porque es difícil que la arcilla pueda conservarse en tan buen estado con el pasar de los siglos, sino porque además, esas runas pertenecen a un dialecto único que sólo se hablaba en el archipiélago situado dentro del meridiano nombrado antiguamente La Desgracia.
Los investigadores, después de varios días de arduo trabajo, han conseguido transcribir las runas, sorprendiéndose al comprobar que se trata de una canción o leyenda sobre vikingos que cabalgaron dragones. Desconocen si se refiriere a una flota de barcos decorados con tallas de dragones –una práctica habitual de esa cultura- o una aventura perteneciente al folclore de la mitología nórdica.
La historia trata de un guerrero y futuro jefe de la tribu Hooligan. Esta tribu tenía por costumbre cazar un dragón para demostrar su valía y entrar a formar parte de la vida adulta. Pero nada de eso parecía ser posible por el guerrero, que en sus primeros quince años era considerado una vergüenza para su pueblo y hasta ponían en duda que llegara a convertirse en un vikingo digno. La incertidumbre terminó el día que encontró y perdonó la vida a un Furia Nocturna –un tipo de dragón muy escaso del cual no tenían muchos datos y que hasta los propios vikingos temían-. A escondidas, los dos se hicieron amigos y el vikingo, comprendiendo que el dragón no podía volar por tener un ala rota, diseñó un dispositivo de sustitución con el cual, el dragón consiguió volver a volar con el humano subido en su lomo.
Cuando la tribu los descubrió, capturaron al dragón para que los guiara al nido de los dragones con la intención de matarlos a todos y terminar con la amenaza constante que suponían esos animales. Lo que no esperaban es que detrás hubiera una Reina Dragón, tan grande como una isla entera. Por suerte, el guerrero vikingo acudió a salvar a su compañero y juntos derrotaron a la Reina, no sin antes perder una pierna.
A partir de este momento, la vida de la tribu cambió por completo. Abandonaron la costumbre de matar los dragones y, gracias a las enseñanzas del guerrero vikingo, estos entraron a formar parte de su sociedad. Las dos partes colaboraban y se ayudaban para hacer el día a día más fácil. Incluso, el guerrero vikingo fundó una escuela donde se podía aprender más sobre el comportamiento de los dragones y también enseñaba a sus iguales a domar un compañero alado.
Lejos de tener una vida pacifica, el guerrero y su compañero tuvieron que enfrentar a enemigos, tanto humanos como dragones, en varias ocasiones para evitar que invadieran su aldea o causaran un daño mayor al mundo, pero gracias al ingenio del humano y la habilidad del dragón salieron victoriosos de todas las batallas.
Y así pasaron los años, y cuando vivían los hijos de los hijos del guerrero, Odín llamó al valiente vikingo al Valhalla. Su cuerpo lo pusieron en una gran pira funeraria que quemó durante tres días enteros. Triste por la pérdida, el dragón quiso irse con él pero sus escamas resistentes al fuego lo impidieron. Sin saber qué hacer, el dragón decidió quedarse al lado de la tumba esperando su turno. Los descendientes del guerrero intentaron ayudarlo dándole comida y hablándole, pero nada parecía distraerlo. Y un día desapareció.
No fue hasta muchos años más tarde que, después de una extraña tormenta que azotó la isla durante una semana entera, los aldeanos vieron el cadáver del dragón descansando al lado de la tumba del guerrero. Entendiendo el deseo del animal, los descendientes lo enterraron y construyeron una tumba al lado de su familiar, deseando que los dos amigos se pudieran por fin reencontrar en el Valhalla.
- ¡Hiccup!
Sin reprimir un sobresalto, el joven castaño levanta la vista del artículo del periódico para encontrarse con el rostro molesto de su amigo.
- ¿Tooth? ¿Qué pasa?
- ¿Cómo que qué pasa? Pues que no me estabas haciendo caso.
- Estaba leyendo.
- Siempre estás leyendo, eso no es ninguna novedad. Y me juego mi melena que estás leyendo sobre la leyenda del guerrero vikingo y su amigo dragón por quinceava vez.
- ¿Y qué si es así?
- Nada, simplemente me parece curioso.
- Es que... La historia es muy interesante.
- ¿Y? ¿Qué más ronda por esa cabeza tuya?
- N-Nada...
- Hiccup. –advierte Toothless con una ceja alzada- Nos conocemos demasiado como para que me puedas mentir. A parte de que no sabes hacerlo. Así que venga, canta.
- Bueno... Claro, es una leyenda, los dragones no existen pero... ¿No dicen que todas las leyendas tienen su parte real? Quizá es la gran amistad que compartieron dos amigos... Si es eso, ojalá se reencontraran...
- Estoy seguro de eso. –responde Toothless con una sonrisa.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro?
- Porque lo sé. Ah, por cierto, Gobber ha dicho que pasará el fin de semana pescando en el lago, ¿quieres que vayamos?
- Claro. Hace tiempo que no lo vamos allí.
- Estupendo, ¿Pues a qué esperamos?
Poniéndose al día con los dos chicos se dirigen hacia el estacionamiento, deteniéndose delante de una moto negra. Y allí, entre las sombras proyectadas por el crepúsculo se puede ver una figura delgada con un casco bajo el brazo al lado de una más ancha con unas grandes alas.
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Cómo entrenar a tu dragón week 2019
FanfictionRelatos en motivo de la semana temática #comoentrenaratudragon convocada por el grupo de MotinFanficker. #DÍA 1: Familia #DÍA 2: Reencuentro #DÍA 3: Nuevo entrenamiento #DÍA 5: Cicatrices #DÍA 6: Confesiones #DÍA 7: Capricho de dragón Los personaje...