Cómo entrenar a tu dragón week 2019

DAY 3: NUEVO ENTRENAMIENTO

Un nuevo día empezaba en la isla de Berk y con ello, una nueva idea revolotea en la mente de Hiccup. Y le parece tan emocionante que no duda en incorporarse y levantarse después de desentumecer los músculos. Mientras el chico se cambia la ropa de dormir, Toothless sigue hecho una bola en su cama. Sabiendo que el dragón no se levantará, ni aunque le rogara hasta la saciedad, Hiccup se lanza sobre su lomo mientras le acaricia la panza.

- ¡Venga Toothless! ¡Arriba! –viéndose ignorado, el castaño decide jugar su última carta- Ya sabes que es hora de comer, ¿no? Creo recordar que tenemos salmón ahumado de Noruega... Y está buenísimo, ya lo sabes...

Y por fin, el dragón decide levantarse, no sin antes darle una mala mirada al chico.

- Sí, sí, lo que tú digas. Venga, vamos.

Después de ponerle la cesta llena hasta el tope, con el salmón arriba del todo, Hiccup se prepara su almuerzo con leche de yak, panceta, huevo duro y pan tostado.

- ¿Sabes? Se me ha ocurrido un nuevo entrenamiento. Servirá para hacer maniobras en caso de que nos encontremos con corrientes de aire cambiantes...

Y con Hiccup perdido en una nube de pensamientos y susurros, Toothless solo puede gemir exasperado por las locuras de su amigo y hermano de diferente especie, al mismo tiempo que se da a la tarea de recordarle que se termine el almuerzo antes que este se enfríe.

Después de lavar los trastes, Huccup se pone una capa de piel de yak y con las correas de Toothless aseguradas, los dos levantan el vuelo hacia la cima de la montaña más alta de la isla. Allí, la nieve y las constantes corrientes de aire erráticas desorientan fácilmente a los viajeros, motivo por el cual, la nombraron la Cima Helada de la Muerte. Como siempre los vikingos no eran los más románticos a la hora de poner nombres, pero el aspecto práctico no se les puede negar. Siguiendo las órdenes de Hiccup, Toothless se queda sobrevolando la cima.

- Bueno, pues ahora tenemos que intentar que...

De repente, una quietud en el aire seguida por unas corrientes extrañas los desestabiliza, haciendo que se precipiten hacia la nieve.

- Oh, ¡Por Odín!

Moviendo la palanca de las alas, buscando virar hacia la derecha, el cuerpo del dragón da un giro a la izquierda con tanta fuerza que Hiccup se ve dando vueltas en el aire con Toothless encima suyo.

- ¡Había olvidado arreglar la anilla de la cuerda!

Toothless gruñe e intentando escapar de las corrientes de aire que lo alejan del chico, pliega las alas y cae en picado. A pesar de conseguir ponerse en el mismo nivel, el cuerpo flacucho del humano se mueve demasiado acorde con las corrientes, impidiendo que el dragón pueda agarrar el abrigo con las fauces.

- Vale, a ver si el invento funciona...

Con la nieve blanca cada vez más cerca de los dos, Hiccup saca un dispositivo redondo que en apuntarlo hacía Toothless, dispara una cuerda que se enrolla alrededor de la pata delantera. Apretando una pequeña palanca, el aparato recoge la cuerda y acercando a Hiccup al dragón, agarrándose del cuello. Envestido por el viento, Hiccup consigue subirse al lomo del Furia Nocturna y asegurar su pierna protésica a la palanca de las alas.

- Vale, y ahora, veamos cómo podemos ganar al viento.

Y sí, Toothless cree que su principal preocupación debería ser salir de esas corrientes extrañas y evitar estrellarse contra la cima cada vez más cercana, pero al mismo tiempo, también quiere demostrar que no hay ningún fenómeno de la naturaleza capaz de detener un Furia Nocturna. Como dijo Gobber, no hay nada más peludo que un vikingo testarudo encima de un dragón orgulloso. Básicamente este dicho fue hecho para ellos después de las numerosas ideas locas que ponían en práctica en la Academia de Dragones. Ya es sabido que los gemelos se llevaban la palma en cuanto a desastres y caos, pero de alguna forma ellos dos también tenían su cuenta propia. Y no se arrepienten de nada, solo faltaría.

Pero muy a su pesar, parecía que ese viento era indomable y por más que lo intentaran, las maniobras salían al contrario de lo que la mente de Hiccup planeaba. Y cuando los relieves de la nieve ya eran visibles, una idea acude a la mente de Hiccup. Reordenando las modalidades de la palanca con las acciones resultantes, el chico consigue planear y hasta coger un poco de altura. Asegurándose de rodear la cima, tanto dragón como humano sienten la emoción recorrer por sus venas, exclamando en risas y carcajeos.

- Ahora podemos decir que podemos volar por cualquier lugar. ¡Au! Pero bueno, ¿y ahora por qué me golpeas?

Con la mirada fija hacia delante, Toothless suelta un gruñido que simula una risa.

- Con que esas tenemos, ¿eh? Muy bien pues ahora veras.

Hiccup tenía la intención de obligar a Toothless a girar hacia la izquierda pero, olvidando que aún estaban sumergidos en las corrientes de aire traicioneras, el cuerpo de la Furia Nocturna vira hacia la derecha cayendo sobre la nieve de una sobresaliente de la montaña.

- ¡Oh venga ya! Definitivamente los dioses nos odian...